En
toda oficina se encuentra múltiples personalidad y estilos de liderazgo, pero
se trate o no de un cargo directivo, hay cinco personajes que impulsan la
fuerza laboral: el motivador-optimista, el inspirador, el ejemplo, el
opositor-pesimista y el autoritario.
Es
el individuo que siempre le ve el lado positivo a todo lo que ocurre. Por más
monótono o pesado que se vuelva el trabajo, él estará siempre dispuesto a
seguir con su tarea. Lo ventajoso para la compañía es que esta energía suele
ser contagiosa. Empleados decaídos que comparten el espacio con el
Motivador-Optimista suelen incrementar su actitud.
2 - El Inspirador
Es
una ficha clave pero escasa. Es la clase de empleado que parece estar ahí todo
el tiempo para escuchar. A modo de psicoanalista, el Inspirador escucha a su
colega, no sólo en el terreno de lo laboral, sino también de lo
personal. Es confidente, tranquilizador y confiable.
Pero
no se detiene ahí. Además de escuchar y contener a su "paciente", el
Inspirador amplía aún más su ejercicio y motiva a sus colegas. Aprovechando la
conexión que logra les impulsa a realizar su trabajo con agrado y tomar los
mejores beneficios de ello.
Aquellos
trabajadores que no cuentan con una persona para transmitir sus problemas
personales o no confían en el psicólogo de la compañía, usualmente acuden
al Inspirador para descargarse y tomar nuevas fuerzas.
3 - El Ejemplo
Este
arquetipo predomina en las compañías o divisiones donde se mide a los empleados
por cumplimiento de metas. Trátese de métricas como negocios realizados,
llamadas o cualquier otro número, el Ejemplo es la persona líder en cifras
que sirve para inspirar al resto del equipo.
No
tiene dones sobrenaturales y es por ello que a menudo es tomado como referencia
para dejarle claro al grupo que cualquier persona es capaz de obtener los
mismos resultados. El Ejemplo es sinónimo de disciplina, paciencia,
dedicación y esfuerzo.
4 - El Opositor -
Pesimista
Es
el empleado que utiliza la palabra "pero" más que cualquier otro.
Aunque a primera vista pueda parecer incómodo o pretencioso de su parte, la
realidad nos dice que las objeciones son una herramienta para encontrar rutas
alternas, prepararse frente a eventualidades y sobre todo tener la capacidad
argumentativa para sobre pasarlas.
Una
compañía que está a punto de implementar un plan de acción tiene que hacerse
con un Opositor-Pesimista que le ayude a encontrar los puntos débiles. Esa
visión aguzada es fundamental para la tarea emprendedora.
5 - El Autoritario
Todo
grupo de trabajo tiende a requerir la autoridad como estilo de liderazgo. La
flexibilidad en el mando por parte de algunos jefes y supervisores mantiene el
clima laboral, pero por otro lado relaja demasiado al equipo y se hace evidente
la falta de mano dura. De manera inconsciente, los empleados buscan la
identidad del macho alfa en el grupo, necesitan esa imagen que les sirva como
referencia para saber que alguien está a cargo.
Ocasionalmente
será necesario para verificar el cumplimiento de las metas de productividad: a
nadie le gusta ver enojado a su propio jefe. Sin embargo, sostener este rol de
una manera demasiado agresiva es una de las causantes de la alta rotación
laboral.
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