Los grupos naturales en las empresas, las tribus, tendrán cada vez más
importancia. Las redes sociales que se están incorporando a nuestras
organizaciones como herramientas de innovación dan más importancia a
este tipo de comportamientos más tribales. Para obtener más resultados,
el liderazgo se deberá ejercer cada vez más frecuentemente en este tipo de
entornos más líquidos. Un nuevo tipo de liderazgo denominado liderazgo
tribal.
Cuando la cultura se desayuna la
estrategia
Aunque hace mucho tiempo que se habla de liderazgo tribal.
El autor que más ha ayudado a popularizar este concepto es Set Godin en su libro “Tribus”. Godin explica la importancia del
líder en el proceso de formación de una tribu en la era de Internet,
donde la interconexión entre las personas facilita este fenómeno. El
líder tribal reta el statu quo creando un lenguaje propio que identifica a los
miembros de la tribu, crea una cultura que señala una causa en la que se
comprometen los miembros de la tribu.
Pero las ideas de Set Godin se sitúan sobre todo en el campo del
marketing, donde los miembros de la tribu suelen ser consumidores
convertidos ahora en fans.
Muy poco después de que Set Godin publicara su libro, otros autores
encabezados por Dave Logan escribieron el “Tribal Leadership”, un libro que impulsó el concepto
desde una perspectiva interna, dentro de la empresa. Estos autores
señalan cómo los líderes organizativos deben entender el funcionamiento de los
grupos naturales dentro de las empresas como clave para iniciar nuevas
dinámicas organizativas y culturales en la búsqueda de resultados y del cambio.
Lo cierto es que hace décadas que los estudiosos de las culturas
organizativas, de desarrollo organizativo, hacen paralelismos con ciencias
como la antropología; hablaban de clanes o tribus como grupos en las empresas
con fuertes lazos de confianza entre sus miembros, con respeto a ciertas normas
que sobre todo comparten cultura, valores e intereses. No son conceptos nuevos.
Desde la perspectiva de los autores de desarrollo organizativo, las
tribus son más poderosas que los directivos y las estrategias; se
decía: “la cultura se desayuna la estrategia todas las mañanas”.
De los silos organizativos a las
comunidades
¿Por qué han eclosionado ahora el término y el concepto? Las
nuevas organizaciones 2.0 de mano de las tecnologías 2.0 están creando
nuevas formas culturales donde esta forma de analizar la organización está
cobrando importancia.
En la búsqueda de la eficiencia nuestras organizaciones se convirtieron
en una máquina burocrática organizada en departamentos y áreas organizativas
convertidas en “silos”, áreas que se responsabilizan de un proceso o una
función ordenada, pero que se comunican poco con el resto de la organización.
La necesidad de cambio e innovación hace ineficiente este modelo: se
necesita escuchar más a todas las voces sin importar dónde están situadas y que
éstas colaboren más entre sí, y el orden pierde importancia en entornos más
desestructurados por el cambio continuo. Por esta razón aparecen nuevos
modelos organizativos como las comunidades, que no responden al esquema
funcional y jerárquico.
La cultura corporativa donde la innovación tiene más importancia, la
Cultura 2.0, hace más útil dar protagonismo a las comunidades y su
gestión, hace útil rescatar la idea de tribu como una forma de entender las
organizaciones y el liderazgo tribal como forma de liderar, pero sobre todo la
idea de buscar resultados superiores.
Los líderes tienen seguidores y
los jefes subordinados
La competitividad empresarial ahora necesita más las nuevas
ideas y la creatividad, pero sobre todo la capacidad organizativa de implantar
estas nuevas ideas. Y para
la implantación de ideas y potenciar las sinergias y la generosidad
organizativa son cada vez más las empresas que crean entornos virtuales,
comunidades, tanto internas como externas, cuyo funcionamiento se asemeja
a un comportamiento “tribal”.
Por ello las empresas necesitan conducir los comportamientos tribales,
pues los miembros de una tribu aportan valor extra, porque emocionalmente se
sienten vinculados a una causa común con la que se sienten
comprometidos. El compromiso con los nuevos cambios, con una
cultura innovadora, es ahora el tesoro que buscan las empresas, pero para
ello se requiere una nueva naturaleza de líderes.
El líder tribal crea un gran equipo, refuerza la fortaleza de lo
colectivo, que permite la colaboración y la coordinación de individuos que son
el motor del cambio. Esto,
paradójicamente, en una sociedad que camina hacia al superindivualismo, que nos
hace actuar conjuntamente sólo por convicción no por obligación.
El éxito de las empresas dependerá cada vez más de la capacidad de sus
líderes de ganar los cerebros y corazones de sus empleados, de convertirlos en seguidores
de una idea de algo más grande que todos ellos en entornos más
desestructurados en cuanto a procedimientos y más fuertes en valores, con
culturas corporativas más poderosas.
Estos nuevos escenarios organizativos que devienen claves para potenciar
la innovación introducen más complejidad en la gestión, pero la hacen más
apasionante y humana y nos dan nuevas pistas sobre las nuevas formas de
liderar, formas “tribales” más basadas en tener seguidores que
subordinados.
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