La universidad española es manifiestamente mejorable, señala Rafael Puyol, asesor de la comisión de expertos que aconsejará al Ministerio de Educación sobre el futuro de las universidades españolas, en declaraciones a La Voz de Asturias. Doctor en Geografía y ex rector de la Complutense, Puyol añade que, en su opinión, la prioridad es desarrollar la universidad hacia cotas de calidad y estabilidad.
Hemos vivido etapas con muchos alumnos,
fruto de cambios demográficos e históricos, debido al baby boom y porque se
fueron corrigiendo los bajísimos niveles de acceso a la universidad de la
población. Hubo, por tanto, que afrontar el reto de la cantidad, que no siempre
fue parejo con la calidad. Fue necesario crear muchas universidades, conseguir
recursos, profesorado..., señala Puyol.
Y añade: Ahora
estamos en una situación diferente, en la que ya no hay masificación, con una
curva descendente en el número de alumnos desde el año 2000 y con un ligero
repunte en los dos últimos años que es coyuntural, por razones puntuales como
la falta de empleo. Ahora, el reto es la calidad y conseguirla pasa por
introducir cambios en el funcionamiento, en la ordenación y estructura de las
titulaciones, en conseguir nuevos recursos...
Respecto al proceso de adaptación a
Bolonia, señala Puyol que abría las universidades a la
sociedad y las internacionalizaba. Otra cosa es que quizá no se ha sabido
aplicar. El plan está siendo muy criticado porque dicen que mercantiliza la
educación. Yo no lo creo, pero sí que necesita una vuelta de tuerca más. Puede
ser el germen de un buen sistema universitario.
Respecto a los campos de excelencia, también sujetos a revisión por el Gobierno, Puyol explica que el problema es que ahora casi todas las universidades tienen el sello y eso no coincide con la filosofía con la que se crearon, que era para sacar a las universidades de la medianía. Hay muchas universidades y están haciéndolo casi todo de forma muy parecida. No se diferencian.
El exrector de la Complutense se refiere asimismo al número de universidades, sobre las que el Gobierno considera que hay demasiadas en España, y señala: No parece razonable que haya casi 80 universidades haciendo cosas muy parecidas. Todas ofrecen lo mismo. Tienen una estructura de estudios semejantes y se han especializado poco. Sirven preferentemente a las regiones en las que se enclavan y ofrecen todos los estudios. Eso no es un buen sistema. Tienen que dejar de ser tan clónicas. Eso pasó también con los campus de excelencia internacional. Hubo café para todos y todos hicieron lo mismo.
Más competitividad
Puyol se refiere a las necesidades más apremiantes de las universidades y señala que se necesita más competitividad, hacen falta más alianzas estratégicas entre universidades para la docencia, la investigación y la transferencia del conocimiento. No puede ser que dos universidades a 100 kilómetros tengan el mismo catálogo de titulaciones. El sistema autonómico hizo que las universidades no se desarrollasen como deberían. No sé si al final de este camino puede estar la fusión de universidades, pero no debemos asustarnos si se producen. Si no, por lo menos, debe haber más colaboración.
Puyol se refiere a las necesidades más apremiantes de las universidades y señala que se necesita más competitividad, hacen falta más alianzas estratégicas entre universidades para la docencia, la investigación y la transferencia del conocimiento. No puede ser que dos universidades a 100 kilómetros tengan el mismo catálogo de titulaciones. El sistema autonómico hizo que las universidades no se desarrollasen como deberían. No sé si al final de este camino puede estar la fusión de universidades, pero no debemos asustarnos si se producen. Si no, por lo menos, debe haber más colaboración.
También aborda otro problema planteado
por el ministro de Educación, los grados con pocos alumnos, y señala Puyol al
respecto: hay titulaciones como Románicas en Oviedo que son una
referencia y que deben continuar. Pero para esos casos complicados está la colaboración
entre universidades cercanas, la oferta conjunta de títulos. Las humanidades
son necesarias para cualquier profesional, porque dan otra visión del mundo,
herramientas y capacidades necesarias en todas las profesiones. Así que esos
grados prestigiosos también pueden ofrecer módulos en humanidades a estudiantes
de otros grados. Hay que usar la imaginación y ésa es una forma de darle salida
a la escasez de alumnos.
Respecto a la posible supresión de
titulaciones repetidas o fijar matrículas mínimas para la aprobación de un
título, Puyol expresa que no es preocupante que haya algunos títulos
con escasa demanda, pero sí lo es que los haya en muchos sitios a la vez. Eso
sí es crear ineficacia y no es nada mercantilista. Quizá lo que habría que hacer
es dirigir a los alumnos a donde haya esas titulaciones. Los estudiantes deben
salir de casa. La universidad española ha tenido poca movilidad y eso no es
nada bueno. Eso se puede fomentar con un buen sistema de ayudas.
Termina sus declaraciones hablando de las ayudas, señalando al respecto que nadie, ni el ministerio, puede negar que la Universidad necesita más ayudas. Otra cosa es que sean malos tiempos y que no haya todos los recursos que se necesitan. La situación no es fácil. Tenemos que hacer un uso más racional de los fondos… y conseguir un instrumento que permita captar aportaciones privadas, con sistemas de compensación, como ya hacen en Estados Unidos con los donativos.
Termina sus declaraciones hablando de las ayudas, señalando al respecto que nadie, ni el ministerio, puede negar que la Universidad necesita más ayudas. Otra cosa es que sean malos tiempos y que no haya todos los recursos que se necesitan. La situación no es fácil. Tenemos que hacer un uso más racional de los fondos… y conseguir un instrumento que permita captar aportaciones privadas, con sistemas de compensación, como ya hacen en Estados Unidos con los donativos.
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