Si tu trabajo no te gusta, no te resignes, actúa.
Trata de cambiar lo que no te encaja, y si no puedes lograrlo, busca
alternativas y di “No”. Hay que decir “No” a las malas empresas, a los malos
trabajos, a los malos jefes… pero también el atreverse a decir “Sí” a lo que
nos gusta, a lo que queremos hacer, a nuestros sueños.
Claver Munguía sin haber cumplido los treinta, dejó
una gran multinacional para montar Coco Dress Mexico, su sueño:
“Decidí que merecía la pena arriesgarme a montar un negocio de ropa y dedicarme
al mundo del diseño, volcándome 100% en lo que es mi pasión”. Un caso parecido
es el de Prado Arriero que renunció a un estupendo puesto para poder disfrutar
más de su vida y entonces fundó Enclase Toledo: “Cansada de no
tener horario de trabajo y casi sin vida personal decidí darle un giro a mi
vida. Mi pequeño negocio me está reportando enormes satisfacciones tanto
profesionales como personales y sobre todo, ha mejorado mi calidad de vida”.
Como decía la actriz Mae West “Hemos puesto años a
la vida y no vida a los años” y eso tiene que cambiar ya que nuestro tiempo es
muy valioso, pero limitado. Tenemos que encontrar la forma de llenar, como
decía Rudyad Kipling, cada minuto de sesenta segundos que nos lleven al cielo.
Pasamos casi un tercio de nuestra vida trabajando, y no podemos dejar que se
convierta en una condena, porque sólo se vive una vez.
Gandhi decía que “En la vida hay algo más
importante que incrementar su velocidad”, pero sin embargo nuestra sociedad
parece ignorarlo. Vivimos en un mundo en el que todo pasa, y parece que tiene
que pasar, a velocidad de vértigo: hay que estudiar, encontrar un trabajo,
casarte, comprarte un casa, comprarte un coche, tener, hijos, tener un trabajo
mejor, comparte otra casa mayor, comprarte otro coche mejor… ¿Por qué tiene que
ser así? ¿Qué sentido tiene?
En la película “Up in the air”, George Clooney
interpreta a un experto en despedir personas. En una de las escenas, tiene que
comunicar a un veterano profesional que han decidido prescindir de él. El
curtido profesional se enfada mucho al oír la noticia, pero toda su furia
desaparece cuando Clooney le pregunta “¿Era este el trabajo de tu vida? ¿Esto
es lo que has querido hacer siempre?”. Al no obtener respuesta, le vuelve a
preguntar “¿Por cuánto renunciaste a tus sueños?”, a lo que el hombre, mirando
al suelo, respondió “Por 27.000 dólares”.
¿Tenemos la vida que queremos o la que las
circunstancias nos ha puesto delante? Hay que despertar, tratar de vivir
conscientes, coger las riendas de nuestra vida. En el libro “La Pirámide Hueca”
que tuve la suerte de escribir con mi hermana, tratamos de buscar una reflexión
a través de un sencillo cuento para hacer ver la importancia de desarrollar
todas las facetas de nuestra vida: nuestros sueños, nuestra pareja, nuestra
familia, nuestro trabajo, etc. Renunciar a encontrar la felicidad en alguna de
ellas, es cerrarnos puertas a la felicidad. No te resignes, porque la
resignación es una muerte en vida, y la felicidad es posible si estás dispuesta
a luchar por ella.
Eugenio de Andres
Eugenio de Andres
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