Es una evidencia que
el trabajo para toda la vida tiene los días contados. Sin embargo, existen
profesionales cuya permanencia en una empresa supera la década y compañías que
presumen de esa fidelidad. La cuestión es si esta sólida relación laboral
favorece a ambos.
En 1938 Harvard comenzó una investigación en la que ha
examinado de cerca la vida de 700 hombres y, en algunos casos, la de sus
parejas. A medida que los científicos analizaban los factores que influían
sobre la salud y el bienestar encontraron que las personas que tenían
relaciones más estrechas estaban protegidas contra enfermedades crónicas y
mentales, y contra la pérdida de la memoria, aunque esas relaciones tuvieran
altibajos.
El doctor Waldinger, actual director de esta investigación,
aseguró que el estudio demuestra que "la gente a la que mejor le va es la
que se apoya en las relaciones con su familia, amigos y con la
comunidad".Y si los lazos sociales fuertes son la causa de la salud y el
bienestar a largo plazo, resulta fácil concluir que la relación laboral estable
también puede conducir a la felicidad que persiguen las organizaciones y los
empleados. Y si la felicidad laboral es el elixir de la productividad, no es de
extrañar que cada vez sean más las empresas que persiguen la satisfacción de su
plantilla en busca de esa fidelidad que, volviendo al estudio de Harvard,
garantiza una vida feliz.
El secreto mejor
guardado
Los expertos en gestión de personas cifran en un 3% el
índice de rotación (personas que se incorporan o salen de una empresa) saludable.
Un análisis de LinkedIn revela que este porcentaje se situó en un 11,9% en
2017, es decir, que más de uno de cada diez profesionales cambiaron de empleo
el año pasado. Las empresas tecnológicas son las que manejan la cifra más
elevada, un 13,2%. Lo más sorprendente es que el 94% de los empleados asegura
que permanecería más tiempo en su compañía si ésta invirtiera en su carrera.
Parece que estabilidad laboral es el sueño que persigue buena parte de los
profesionales, siempre y cuando ello favorezca su desarrollo profesional.
Un 94% de los empleados no
dejaría su empresa
si esta invirtiera en su
desarrollo profesional
Eva Aguilera, socia de Éthica Consultores, asegura que las
empresas que tienen la mejor nota por la fidelidad de sus empleados suelen ser
compañías grandes, sólidas y estables, "empresas que han podido vivir
transformaciones para adaptarse al cambio". Sin embargo, subraya que no
siempre llevar muchos años en la misma compañía es sinónimo de motivación y
compromiso, "simplemente permaneces en la misma porque te da estabilidad y
seguridad, y esto hace que te acomodes y no cambies nunca aunque no sea un
trabajo que te apasione". Puede que sea una de las opciones más populares,
pero los expertos en gestión dudan de que una situación de este tipo se pueda
mantener en el tiempo. El acomodo laboral perjudica tanto al empleado como a la
empresa y no suele tener un final feliz.
María García, socia fundadora de Smart Culture, menciona el
estilo de liderazgo del CEO y su equipo directivo, una cultura participativa y
el enfoque de la gestión del talento como algunos de los ingredientes de las
organizaciones que presumen de contar con empleados fieles: "En
definitiva, si una compañía con una plantilla con una antigüedad superior a
diez años es capaz de hacer evolucionar de una manera sostenible su estrategia
de negocio, su cultura y el desarrollo de sus personas, puede ser una compañía
del siglo XXI".
García hace referencia a la matriz que propusieron en 2002
Zenger y Folkman: "Si conocemos nuestras fortalezas, y además las hacemos
coincidir con nuestras pasiones y ocupamos un puesto en la empresa que responda
a las necesidades de la organización, hay un punto de intersección en el que
todos alcanzamos nuestro máximo rendimiento". Añade esta experta en gestión
de personas que "conseguir el punto de intersección es responsabilidad de
cada uno de nosotros, no de nuestros jefes ni de la empresa. Ambos tienen que
velar por crear un ecosistema inspirador, una cultura y un estilo de liderazgo
que potencien el aprendizaje y el crecimiento desde el 'ser' y no solo el
'hacer', esta es la manera de generar vínculo con las personas". Matiza
que "la fidelidad no depende de cómo es la relación contractual, tiene que
ver con la coherencia emocional e intelectual que la organización es capaz de
establecer con los profesionales".
Carina Cabezas, presidenta de Sodexo Iberia, lleva veinte
años en la compañía. Antes de su incorporación a la multinacional estuvo diez
años en Pepsico, en la que inició su carrera profesional. Explica Cabezas que
otorgan mucha importancia al compromiso y llevan mucho tiempo midiéndolo.
"Al fin y al cabo, la clave en nuestro negocio, los servicios, son las
personas". La presidenta de Sodexo establece varias fases en la relación
laboral: "De 0 a 3 años se vive el enamoramiento, luego suele haber un
descenso que dura hasta los diez años, y pasado ese punto durante otros diez
vuelve a remontar. A partir de entonces no deja de subir, poco a poco pero de
forma sostenida. Y después de veinte años en una empresa, el compromiso es
total".
Cosa de dos
La mayoría de los trabajadores
que llevan años
en la misma compañía han cambiado
de función
El esfuerzo de las empresas para motivar a sus empleados es
baldío si éstos no ponen de su parte. Puri Paniagua, socia de Pedersen and
Partners, setencia que "el profesional no puede dejar en manos de su
compañía su desarrollo. Cada uno debe definir cómo quiere evolucionar, y qué
necesita para conseguirlo. Es una responsabilidad individual". García
también defiende esta autonomía: "El paternalismo ya no fideliza. Los
profesionales necesitan reto y acompañamiento. No precisan dirección por
tareas, requieren saber cuáles son sus responsabilidades y su contribución a la
compañía".
Para Marta Romo, socia de Be-Up, la fidelidad está relacionada
con la adaptación y con el cambio de tareas: "La mayoría de los
profesionales que llevan más de diez años en una empresa no han hecho lo mismo.
Las personas cambian de puesto para aumentar su empleabilidad y eso se produce
con un cambio de trabajo". Coincide en que los desafíos fortalecen la
motivación, "llega un momento que esta se estanca por mucho que te guste
tu trabajo".
No obstante, a veces la fidelidad y la coherencia no siguen
el mismo camino. Paniagua recuerda que "las empresas pretenden fidelizar a
los mejores trabajadores. A los que necesitan en el corto y medio plazo. En
cambio, despiden por edad -famosos ERES- sin considerar el rendimiento ni el
compromiso de dichos profesionales. Es poco coherente pretender fidelizar a
colectivos jóvenes, recién incorporados, mientras se despide con criterios no
relacionados con el rendimiento".
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