En los casos en que se logra desarrollar con éxito
un nuevo modelo de negocio, las empresas obtienen una rentabilidad
un 6% superior, de media, en comparación a otras formas de innovación como
la innovación en producto o proceso (BCG 2008). Por lo tanto, la
innovación del modelo de negocio juega un papel clave en el éxito actual y
futuro de las empresas.
Debido a ello, muchos directivos consideran que, para lograr
ventajas competitivas, es más importante la innovación del modelo de negocio
que otros tipos de innovación, y más del 90 % de los CEO encuestados en un
estudio realizado por IBM (2012) afirmaron, que planeaban innovar el modelo de
negocio durante los próximos tres años. Sin embargo, las buenas intenciones no
son suficientes.
Cuando se trata de pasar a la acción, aparecen los
problemas. Pocos directivos son capaces de explicar el modelo de negocio de su
empresa de manera espontánea y todavía menos definir lo que realmente es un
modelo de negocio. Es todavía muy excepcional encontrar empresas que
tengan equipos dedicados a la innovación del modelo de negocio, o hayan
establecido procesos para tal fin. Dada la relevancia del tema, esta falta
de institucionalización es sorprendente, aunque si se te tiene en cuenta la
complejidad y la confusión que rodea al tema, resulta comprensible.
Modelo de negocio
En esencia podemos decir que un modelo de negocio es el
modo en que las empresas crean, entregan y capturan valor. Se trata por lo
tanto de la lógica del negocio, y es siempre el resultado de una serie
de reflexiones y decisiones estratégicas.
Para describir un modelo de negocio, podemos utilizar
una conceptualización que se basa en cinco componentes: segmentos
de clientes, propuesta de valor, configuración de valor, red de valor y captura
de valor.
- Segmentos
de clientes: además de los segmentos de clientes a los que una empresa
se dirige, y las necesidades de éstos, incluye las interacciones y las
relaciones que se establecen con esos segmentos de clientes.
- Propuesta
de valor: se trata de los productos y/o servicios que una empresa
ofrece. Describe también los beneficios que la empresa aporta a sus
clientes o usuarios (por ejemplo, diseño, confianza, facilidad de uso,
rendimiento, durabilidad, etc.)
- Configuración
de valor: hace referencia al conjunto de recursos, capacidades,
procesos y actividades que se precisan para crear y entregar,
posteriormente, la propuesta de valor al segmento de clientes.
- Red
de valor: identifica a la red de colaboradores que cooperan con una
empresa con el fin de lograr un objetivo (por ejemplo, economías de
escala, aportar recursos o conocimiento, reducir el riesgo, etc.)
- Captura
de valor: describe cuánto, y de qué modo, pagan los clientes por los
productos y/o servicios ofrecidos, así como la cantidad de valor que
captura la empresa, teniendo en cuenta los costes en los que incurre para
crear, y entregar la propuesta de valor.
Transformación del modelo de negocio
En los últimos tiempos, y especialmente a lo largo de la
última década, los cambios en el entorno se han acelerado dramáticamente.
Algunos de los impulsores de estos cambios son factores tales como la
digitalización, los cambios en las preferencias de los clientes, las
modificaciones regulatorias, la entrada de nuevos competidores o la
globalización.
Todo ello ha generado una transformación en el modo en el
que muchas empresas compiten, o lo que es lo mismo en sus modelos de negocio.
Por lo tanto, la transformación, o innovación, de modelos de negocio
establecidos, está pasando a ser un aspecto fundamental para garantizar la
competitividad de las empresas.
Sin embargo, las empresas muestran diferentes
actitudes ante este fenómeno, es decir existen diferentes enfoques por los
que una empresa establecida inicia un proceso de innovación de su modelo de
negocio actual:
- Reactivo:
Sufrir una crisis a la que el modelo de negocio actual no puede dar
respuesta.
- Adaptativo:
Ajustar, mejorar, o defender el modelo de negocio actual.
- Expansivo:
Lanzar una nueva tecnología, producto o servicio.
- Proactivo:
Prepararse para el futuro.
Es importante destacar que cuando hablamos de crear nuevos
modelos de negocio hay que diferenciar dos situaciones distintas: 1)
el diseño, partiendo de cero, de un modelo de negocio 2) la transformación de un
modelo de negocio ya existente.
Se trata de dos situaciones que implican diferencias
considerables. Por ejemplo, debido a que, en el caso de la transformación, se
asume la existencia de un modelo de negocio previo, los desafíos que se
presentan son propios de las organizaciones ya existentes, por ejemplo, inercia
organizativa, resistencia al cambio, visión interna, temor a la canibalización
o aversión al riesgo, desafíos que no son relevantes para las empresas de nueva
creación, y que hacen que muchos intentos no logren obtener los objetivos
esperados.
Estos desafíos se presentan a lo largo del proceso de
innovación del modelo de negocio, ya sea en la etapa de diseño, o en la de
implementación. Tenerlos en cuenta y darles respuesta, es vital para el éxito de
la iniciativa.
- Visión
interna: la empresa debe ser capaz de entender las necesidades de los
actores más relevantes para el éxito de la iniciativa e identificar los
factores de cambio que pueden tener un mayor impacto en su modelo de
negocio actual (transformación digital, globalización, economía
circular…). Para ello es fundamental mirar más allá de sus paredes.
- Inercia
organizativa: la dificultad de superar la lógica dominante de la
empresa limita la capacidad de generar ideas, que cuestionen los convencionalismos
sobre los que se sustenta el modelo de negocio actual. Para superar este
desafío es clave el cuestionamiento crítico, y el uso de analogías.
- Visión
centrada en el producto: las empresas suelen tener un enfoque muy
orientado a producto, lo cual dificulta que se piense en términos de
modelo de negocio. Introducir la idea de que la empresa es un sistema, y
que el producto es una pieza muy importante de ese sistema, pero no la
única, puede contribuir a tener una visión más sistémica de la empresa.
- Temor
a la canibalización: en ocasiones el nuevo modelo de negocio
requiere abandonar alguna fuente de ingresos actual, para substituirla por
otra. Lo cual, genera dudas, y aplaza la toma de decisiones. Un ejemplo
claro es Kodak. Empresa que postergó su transición hacia la fotografía
digital, debido a que gran parte de sus ingresos provenían de los carretes
de fotografía, mientras que otras empresas sí que aprovecharon esa
oportunidad. El resultado, es que Kodak perdió su posición de liderazgo.
Cabe recordar, que si llegado el momento, no te canibalizas a ti mismo,
otro lo hará por ti.
- Resistencia
al cambio: toda transformación del modelo de negocio actual
implica, en mayor o menor medida, cambios. Existen muchos motivos por los
que las personas que forman la organización pueden ser reticentes a
cambiar, e incluso tener incentivos para boicotear la nueva iniciativa.
Este es uno de los aspectos que puede hacer que la implementación del
nuevo modelo de negocio fracase. La transparencia, la empatía, la comunicación
y las respuestas personalizadas son fundamentales para superar esta
situación.
- Aversión
al riesgo: durante la etapa de implementación, uno de los mayores
desafíos es el de lanzar el nuevo modelo de negocio de manera escalonada,
para evitar dañar la imagen de la empresa, en caso de que algo no salga
según lo previsto. Hay que planificar de manera cuidadosa los segmentos de
clientes, o territorios geográficos en las que se van a iniciar la
implementación.
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