La ‘coach’ Eva Álvarez
da las claves para entrenar la imaginación vinculándola con los sentimientos. La intuición permite llegar más lejos y
descubrir soluciones novedosas.
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La creatividad es una
herramienta cada vez más demandada en el ámbito profesional. En un mundo
cambiante, las empresas necesitan trabajadores capaces de resolver con ingenio
problemas muy variados y que sepan ver las oportunidades en un contexto
incierto.
La entrenadora de creatividad Eva
Álvarez considera que todo el mundo nace con la habilidad de ser creativo, sin
embargo, es una destreza que no se entrena lo suficiente. Para la experta,
el problema reside en que existen numerosos métodos para alcanzar una explosión
de imaginación en un determinado momento, pero no para lograr una actitud
profesional con alto rendimiento creativo de forma constante. En su libro, Innovación interior (editorial Kolima),
Álvarez comparte su revolucionario sistema para practicar y recuperar, que no
descubrir, la creatividad perdida. Un método en el que las emociones son un
pilar fundamental. Estas son algunos de los ejercicios que recomienda:
- Empatía: en los zapatos de la creatividad. Es una herramienta imprescindible para que las soluciones que se aporten concuerden con el objetivo de la empresa. Además, los resultados también mejoran cuando se tienen en cuenta los puntos de vista del resto del equipo. La escucha activa, en lugar de obstinarse en defender las ideas individuales es un pilar fundamental para conseguirlo. Cuando el objetivo es estimular la empatía, resulta muy positivo incentivar la interacción entre los individuos implicados en un proyecto.
- La intuición: el salto hacia lo desconocido. “Tratamos de justificar todo con la lógica y en la creatividad hay mucho de tripas, la intuición ayuda a llegar más lejos”, explica Álvarez. En realidad, gran parte de las decisiones que se toman son producto de corazonadas, sin embargo, estas se perciben como acciones de riesgo. Por ello, se tratan de evitar en el ámbito empresarial, cuando de no ser por ellas, nunca se llegaría a un producto realmente novedoso. Es la mejor forma de reflexionar sobre las nuevas posibilidades en lugar de limitarse a repetir las que ya existen.
- El criterio y la observación. Si no se está informado de lo que sucede en el entorno, será muy difícil crear un marco en el que discernir lo que es útil de lo que no. La observación es de vital importancia para ello. Las personas tienden a fijarse en las cosas que están, en lugar de en las que faltan, y en el tiempo presente en vez de analizar qué es lo que ha ocurrido anteriormente. Sin embargo, reparar en estos detalles también ayuda a crear algo más válido.
- La visión: en busca del eslabón perdido. Esta cualidad ayuda a ver oportunidades donde aparentemente no hay nada. Álvarez recuerda que para descubrir esta conveniencia, es importante tener en cuenta que “toda idea creativa necesita conectar con las personas, porque si no se convertiría en algo inútil y vacío”.
- El juego. Una vez se ha tomado consciencia de la trascendencia de los elementos emocionales en la creatividad, es el momento de entrenarla. Cada uno debe aprender que técnicas funcionan mejor para sí mismo y cuáles se deben aplicar en cada momento. El objetivo es estimular la imaginación mediante juegos, ya que cuando se está acostumbrado a manejar ciertas técnicas y la mente está preparada, es más sencillo que la inspiración aparezca.
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