Marlene Chism,
autora entre otros libros sobre liderazgo de “No-drama leadership”, en Smart Brief on Leadership del pasado 11
de septiembre, plantea que existen 7 signos
de que estamos creciendo como líderes.
Ray Kroc,
impulsor del crecimiento de Mc Donald´s, solía hacer esta pregunta a los
líderes: “¿Estás verde y estás creciendo o maduro y pudriéndote?
La mayoría de los directivos piensan que están creciendo sin
ser realmente capaces de identificar las señales que indican crecimiento en
lugar de descomposición. Para comprobarlo Chism
propone que verifiquemos si:
1.- Nuestras
creencias están evolucionando. Todos crecemos manteniendo unas ciertas
creencias sobre la religión, el dinero, las relaciones o cómo funciona el
mundo, por ejemplo. Si queremos crecer deberemos estar dispuestos a modificar o
a cuestionar algunas de nuestras creencias más antiguas. Para pasar de ser un
profesional de primera línea a un supervisor o de éste a un ejecutivo tendremos
que cambiar nuestra perspectiva en numerosa situaciones al asumir los nuevos
roles.
2.- Podemos
contemplar distintos puntos de vista. Cuánto más deseemos aprender más
curiosos seremos. Cuánto más curiosos seamos más dispuestos estaremos a
considerar otras perspectivas. Cuando lo hagamos empezaremos a comprender que
la experiencia de cada apersona es única debido a sus antecedentes personales,
su entorno y sus circunstancias. No quiere decir que tengamos que cambiar nuestro
punto de vista sino que dónde, a lo mejor, nuestras opiniones eran más rígidas (blanco
o negro) comenzamos a entender que las personas pueden experimentar la vida y
procesar la información de forma distinta a la nuestra.
3.- Estamos
dispuestos a abandonar hábitos improductivos. Crecer requiere que
incrementemos nuestra consciencia sobre nosotros mismos para que seamos capaces
de identificar nuestras debilidades y cambiar nuestros hábitos improductivos.
4.- Conscientemente
construimos hábitos productivos. La creación de un nuevo hábito suele
requerir que repitamos en numerosas ocasiones una acción, con frecuencia
incómoda, hasta que la convirtamos en una nueva rutina, lo que conseguiremos
cuando no tengamos que pensar conscientemente sobre él.
5.- No nos mostramos
excesivamente sensibles. Un signo de crecimiento es el que nos hemos
endurecido y no nos afectan situaciones que antes nos podían llegar a hundir
como por ejemplo un jefe bully ya no nos intimida como antes. Somos capaces de
mantener nuestra postura y no dejamos que la ira nos domine o somos capaces de
abordar conversaciones difíciles en lugar de rehuirlas.
6.- Obtenemos mejores
resultados de los que pensábamos podíamos alcanzar. Si hemos conseguido
logros que unos años antes nos parecían imposibles hemos crecido. Los logros
son signos de crecimiento personal y profesional.
7.- Nuestra
perspectiva de lo que supone triunfar
cambia. En un principio podía ser el alcanzar tener determinadas posesiones
o un puesto específico. Eventualmente tener éxito pasa a ser más un estado de
ser o se liga al tipo de mantenemos que somos capaces de mantener con los
demás. Al ir creciendo nuestra perspectiva de lo que es importante va
cambiando.
Como conclusión la autora recuerda que obviamente existen
más de siete formas de crecer. El crecimiento se produce a través de las
experiencias vividas, a través de nuestra educación y de la adquisición de
conocimientos y por nuestras conexiones con otras personas, pero, quizás, el
enfoque más enriquecedor del crecimiento deriva de la decisión consciente de aprender más y de ser mejores.
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