Según explica Carme
Castro, coach y socia de Kainova, “asumir el rol de líder y ser un buen líder
provoca que su equipo crea y confíe en él y, en consecuencia, personas
dispuestas a trabajar, motivadas, produciéndose una cohesión de equipo que le
permitirá enfrentarse a situaciones de crisis con más posibilidades de
superarlas”.
La
crisis económica actual no sólo desmotiva a aquellos que sufren sus
consecuencias y pierden su empleo, también puede ser una carga para profesionales
que cuentan con un puesto de trabajo y que observan su futuro laboral con
preocupación. La consecuencia de esto dentro de una organización o empresa
puede derivar en personas desmotivadas y un clima laboral de desánimo
generalizado contagioso.
Para
atajar esta frustración y conseguir que las personas dentro de la organización
recuperen su optimismo y se sientan motivadas, a pesar de la realidad del
entorno, es necesario que los líderes sean responsables asumiendo su rol de
líder, y desarrollen las competencias necesarias para generar el entusiasmo y
credibilidad en sus equipos.
Según
explica Carme Castro, coach y socia de Kainova, empresa especializada en la
gestión y desarrollo de las personas, “estas competencias de liderazgo se
pueden desarrollar a través procesos basados en la metodología del coaching
diseñados en función de la situación actual”.
Para
mejorar la organización y sus resultados, los líderes deben desarrollar una
serie de competencias e inspirar a otros siendo ejemplo en la demostración de
esas competencias, generando confianza y respeto profesional en las personas
con las que se interrelacionan. Competencias como la inteligencia emocional,
capacidad de comunicación y negociación, creatividad en el desarrollo de las
tareas, innovación asumiendo el riesgo que ello implica, trabajo en equipo,
capacidad de escucha activa, humildad para estar abierto a las ideas de
otros, entre otras, pero también habilidades para provocar potenciar el talento
de los miembros del equipo, empowerment.
La
consecuencia es una mejora en el conocimiento no sólo de las habilidades
propias, sino también de las del resto de personas que forman parte de la
organización. “Esto contribuye a que el objetivo común, la consecución de los
resultados deseados, se pueda lograr con mayores garantías”.
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