El cambio es el nuevo paradigma, y la innovación el
principal reto empresarial. El cambio solo es una amenaza a nuestra posición competitiva si somos más lentos que los demás. Si somos rápidos,
este nuevo entorno nos favorece.
Por ello es importante cuestionarse con rapidez conductas que en el
pasado nos dieron el éxito. Entre estas conductas que debemos revisar están las
nuevas formas de gestionar el talento y las personas.
A continuación presento algunos comportamientos que debemos olvidar,
pero que se reproducen frecuentemente en nuestras empresas:
- Creemos que nuestros líderes
son excelentes gestores, comprometidos y de confianza. El motor de las nuevas
organizaciones es un nuevo tipo de liderazgo transformador con capacidad
de potenciar el cambio, la creatividad y la innovación que potencie un
nuevo tipo de empleado. Es decir, un líder distribuido con alto empowerment
y autonomía. La prioridad de nuestras organizaciones es hacer evolucionar
el liderazgo rápidamente, no necesitamos gestores que miren al pasado,
sino líderes que construyan el futuro.
- Centramos la innovación en
la tecnología, en los productos y en el departamento I+D. La innovación es un proceso
difuso que afecta a todas las personas de la organización, a todas sus
áreas y procesos, se hace necesario implantar una nueva estrategia que
implique un cambio de cultura. La innovación es un proceso social que
implica nuevas formas de gestión de personas.
- Tenemos estructuras organizativas
jerárquico-funcionales claras. Las organizaciones no sólo devienen más planas
y los puestos más complejos con funciones más variables, sino que se
refuerzan nuevas estructuras transversales, equipos, proyectos y,
especialmente, las comunidades. La gestión de las nuevas formas
organizativas transversales es la clave del éxito de la innovación.
- Dosificamos la información
que compartimos por miedo a que sea aprovechada por la competencia. Las organizaciones más
competitivas serán las más abiertas a la colaboración y a establecer
nuevas relaciones con otros profesionales y empresas, esto exige compartir
de forma contributiva con nuestros clientes, proveedores y… competidores.
Gestionar el talento externo y su relación con el interno es una nueva
asignatura pendiente en las empresas.
- Buscamos que las nuevas
generaciones se adapten a nuestra cultura corporativa. Las nuevas formas de
entender el trabajo y su contribución en la vida afectarán a todos los
empleados, pero principalmente a los miembros de la generación conocida
como millenials. Adaptar nuestras culturas al teletrabajo, la
conciliación, nuevas formas de liderazgo y de relación trabajador-empresa
será la forma de obtener mayor compromiso, aspecto cada vez más clave para
el éxito.
- Reforzamos nuestros
sistemas de desarrollo basados en formación en el aula. La rápida caducidad del
conocimiento hace que el desarrollo profesional se convierta en
imprescindible, basado en autodesarrollo mediante múltiples sistemas no
formales y sistemas de gestión del conocimiento. Será estratégico
potenciar el talento y el desarrollo, pero la formación tradicional tendrá
un rol secundario respecto a la formación informal, oblicua y social.
- Tenemos herramientas 2.0:
somos una empresa 2.0. La revolución 2.0. no se produce cuando se adoptan nuevas
herramientas, sino cuando se adoptan nuevos comportamientos y nuevas
formas de colaborar y trabajar. La tecnología no es lo importante, lo son
los valores y la adopción de nuevas formas de gestión y trabajo. La
revolución 2.0 es básicamente una revolución cultural.
- Medimos y pedimos a nuestras
áreas y empleados las variables claves de negocio. Debemos añadir a
nuestros sistemas de gestión medidas sobre intangibles y aspectos que
impactan en el largo plazo, básicos para nuestro futuro. Estos aspectos no
suelen estar en los objetivos que compartimos con nuestros empleados. Una
focalización excesiva en los resultados de presente no solo no es una
buena práctica sino que a menudo es nefasta.
- Potenciamos, premiamos y
cuidamos el talento individual. El talento individual es necesario
pero insuficiente; la creatividad y la innovación son procesos basados en
conversaciones, en una cultura que favorece la inteligencia colectiva. El
reto es gestionar e intentar potenciar lo común sin renunciar a seguir
manteniendo y reconociendo el talento individual. Se trata de anteponer el
“nosotros” al “yo”, de rediseñar los procesos de gestión del talento para
hacerlos más colectivos.
- ¿RR.HH. e innovación? RR.HH.
es el área de personas orientada al negocio. El área de personas de
nuestras organizaciones debe focalizarse en la gestión del cambio cultural
y la innovación, pues este es el principal reto estratégico empresarial.
El comportamiento humano es la clave del éxito de la creatividad, la
innovación, de los nuevos procesos organizativos 2.0, las nuevas formas de
liderazgo innovador. Este es el nuevo foco de los profesionales de RR.HH.
para conseguir que todos los directivos sean directores de personas.
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