Naphtali Hoff en SmartBrief on Leadership del pasado 7 de junio plantea que generar pasión es una buena forma de gestionar y reducir el estrés en el entorno laboral. El estrés afecta muy negativamente a la productividad y tiene un efecto directo en la salud de los trabajadores y en el absentismo.
Los líderes pueden disminuir el estrés ayudando a los demás
a gestionarlo mejor. Los líderes tenemos que entender que no generan estrés en
los demás pero si crean las condiciones que unidas a lo que esté pasando en la
vida de los demás pueden incrementar los niveles de estrés y disminuir la
productividad y la satisfacción en el trabajo.
El trabajo del líder consiste, pues, en ayudar a sus
profesionales transmitiéndoles la importancia del autocuidado, por ejemplo a
través de la formación en hábitos de vida saludable, gestión del tiempo, meditación,
etc. También pueden ayudar ofreciendo a los trabajadores oportunidades para
delegar, aceptando trabajos excelentes aunque imperfectos y dando a las
personas la posibilidad de desahogarse ofreciendo feedback constructivo para
mejorar los procesos y sistemas.
Evidentemente los líderes no pueden forzar a las personas a
que se cuiden mejor, pero el mero hecho de ofrecer opciones y servir como un
recurso para reducir el estrés puede ser por si solo útil.
Los líderes, asimismo, deben considerar las
siguientes tácticas para gestionar sus propios niveles
aumentados de estrés:
1.- Etiquetar las emociones. Al hacerlo la
actividad del cerebro emocional se reduce y se incrementa la actividad de las
áreas asociadas con la percepción y la capacidad de centrarse. También, sirve
para separarse de la experiencia y poder diseñar un plan más claro
sobre cómo gestionarla.
2.- Registrar y revisar las metas de su liderazgo. La
claridad de propósito y de acción, constituyen una defensa sólida contra el
estrés del liderazgo.
3.- Ser selectivos en relación con el trabajo a realizar. No
implicarse en tareas y esfuerzos que sean improductivos o que produzcan
beneficios limitados. Su tiempo y atención son muy valiosos y deben
protegerlos.
4.- Aprender a
delegar. .
5.- Controlar solo lo controlable. Deben
centrarse solo en aquello que pueden controlar como por ejemplo sus esfuerzos y
la forma de reaccionar ante los problemas.
6.- Mantener una actitud positiva. El estrés
forma parte del liderazgo por lo que no deben dejar que envenene sus
percepciones sobre sí mismos y sobre su patrón mental.
7.- Obtener apoyo social. Los líderes con
frecuencia carecen de apoyo social en el trabajo. Para evitarlo pueden unirse,
por ejemplo, a grupos de desarrollo de liderazgo.
8.- Redefinir las tareas. Cuando éstas sean
estresantes se pueden buscar formas de organizar mejor lo que tiene que
hacerse, por lo que es conveniente dedicar tiempo a definir los roles
claramente y a aclarar las expectativas.
9.- Incrementar la determinación de vencer los desafíos
sin rendirse.
10.- Considerar su impacto sobre los demás, aunque estén
peleando con sus propias cargas. Su liderazgo, guía, dirección y apoyo
son elementos críticos para la organización y los profesionales
necesitan que el líder esté allí para ellos.
11.- Compartir lo que está ocurriendo con unos pocos
confidentes que les apoyen. Contar personas que se pueden hacer cargo
durante sus ausencias es útil para aliviar la carga y sirve, también, para
asegurar que las cosas van a ir hacia delante como es necesario.
12.- Reflexionar sobre cómo lo han hecho otras personas. La
vida está llena de personas que se han enfrentado a retos y obtuvieron grandes
éxitos, como puede ser el caso de Thomas Edison que fracasó repetidamente antes
de inventar la bombilla.
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