El mundo actual parece estar dividido entre los que son empleados
y los que emprenden. Lo cierto es que emprender no es para
cualquiera. Pero, ¿por qué no? Analicemos este aspecto.
Sin embargo, pocas veces se expone claramente que no
a todo el mundo se le da bien emprender, y que hay mucha más gente
dispuesta a cobrar un sueldo fijo a fin de mes, que arriesgarse a tener un
negocio propio.
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Uno de los motivos que sabemos quiénes lo somos, es que nos
encontramos constantemente en una batalla contra nuestro yo interior, que nos
dice que muchas de las ideas que tenemos son imposibles o alocadas. A veces es
el mundo exterior, que nos intenta convencer de que solo somos una persona más,
sin importancia, y con todas en contra. Otras, son los problemas particulares
que nos afectan y nos confunden. Y nos sobreponemos: hay una fortaleza
manifiesta que ayuda a que avancemos.
Aunque lo cierto es que emprender no es para
cualquiera. Pero, ¿por qué no? Analicemos este aspecto.
Si bien la palabra emprender es atractiva y nos hace pensar
en logros positivos, no todo el mundo está preparado para este tipo de
desafío.
Una persona que esté dispuesta a emprender tiene que contar,
además de sus ideas, con una mente abierta, las habilidades necesarias para
hacerlo, capital mínimo o saber encontrar financiamiento, capacidad de
liderazgo, de innovación y de comunicación, y, fundamentalmente, equilibrio
emocional.
Lo tuyo no sería emprender si…
Lejos de querer tirar abajo tus sueños y objetivos de
emprendimiento, es necesario hacer foco en aspectos realistas que yo mismo he
podido experimentar en mi vida, iniciando distintos tipos de proyectos: desde
un pequeño estudio de grabación de jingles publicitarios y programas de radio,
hasta una gran compañía de relaciones públicas. Así que conozco lo que es
emprender, porque soy emprendedor desde la infancia.
Aquí van 15
indicadores que lo tuyo no sería emprender, para que puedas conocerlos y
ponerlos en tu balanza interior.
Recuerda: no se trata de desalentarte, sino que deseo
ayudarte en profundizar en tu auto análisis para saber si encarar un
emprendimiento sería adecuado para ti:
1. Si no toleras la presión
El tener tu propio negocio carga sobre tus espaldas todas
las responsabilidades, y hay momentos donde esto implica una gran presión por
obtener resultados, cerrar negociaciones y abarcar muchos aspectos al mismo
tiempo.
2. Si no aguantas la incertidumbre
Cualquier negocio, por prometedor que parezca, tiene un gran
signo de interrogación delante. Si eres de las personas que prefieren la
estabilidad, quizás emprender no sería lo tuyo porque lo más frecuente es que
deberás navegar en aguas inciertas la mayor parte del tiempo.
3. Si no soportas que todo el negocio dependa de ti
El rol emprendedor implica una alta responsabilidad sobre el
total del negocio, por más que tengas socios y personal. Si te parece
extenuante de sólo pensarlo, considera bien si realmente estás en condiciones
de soportarlo.
4. Si no tienes tiempo para dedicarle
Muchas personas quieren emprender fuera de su trabajo
estable. De hecho, así lo hice cuando comencé mis primeros negocios. El tema es
que emprender en un mundo competitivo como el actual te lleva todo el tiempo.
Si no dispones de las 24 horas todos los días, es difícil que puedas seguir el
ritmo de crecimiento que quisieras para tu empresa incipiente.
5. Si no aceptas los fracasos
Como el riesgo está siempre latente, si eres una persona que
no toleraría que le vaya mal sería preferible que no emprendas; porque si bien
del fracaso se aprende, hay personalidades a las que les cuesta mucho ver la
experiencia fallida desde esa perspectiva.
6. Si eres muy emocional y todo te debilita
Otro aspecto a tener en cuenta es el de las emociones,
porque al emprender en muchos momentos habrá que ponerse fríos y calculadores.
Después de todo se trata de hacer funcionar tu negocio. Si no has trabajado
suficientemente las emociones en ti, o te sientes frágil ante el primer
inconveniente que se presente, quizás debas considerar cómo manejar esta
situación si quieres emprender.
7. Si no sabes organizar tu tiempo
Este aspecto es esencial para el espíritu de las personas
con un negocio propio. Son tantas las tareas y responsabilidades que deberás
hacer malabares para manejar tu agenda y compromisos. Porque tener
desorganización no sólo llevará al caos en tu funcionamiento, sino que te hará
perder muchísimo dinero.
8. Si te gusta trabajar en soledad
Prácticamente no existen los trabajos donde la persona que
emprende pueda no depender de nadie. Lo más usual es que necesites de la
cooperación, el intercambio y la colaboración con otras personas. Si lo tuyo es
exclusivamente hacerlo en solitario y a tu manera, tal vez emprender no sea una
buena idea, salvo que decidas entrenar tus habilidades sociales.
9. Si no te apasiona seguir formándote
Otra clave importante es la de la mejora continua. Así como
en una empresa donde estás a sueldo fijo algunas veces brindan capacitaciones
para el personal, al emprender necesitas actualizarte continuamente. La
formación es estratégica para tener ventaja competitiva en un mercado que
realmente puede ser muy duro, y si no estás con disposición a invertir en ello
podrías quedar fuera del mercado.
10. Si no sabes comunicarte bien con los demás
La cualidad de transmitir tus ideas y tu pasión ya sea al
equipo que te acompañe como a tus clientes y proveedores, y al mercado en
general, es esencial para el éxito de cualquier emprendimiento. Muchos empiezan
pensando que solo hace falta una buena idea, pero es mucho más que eso:
necesitas darte a conocer e interactuar diariamente, todo el tiempo. Si quieres
permanecer en el anonimato y no puedes vincularte en forma apropiada con las
demás personas, tendrás serias dificultades en tu rol de emprendedor.
11. Si no aceptas que puedes ir a bancarrota
En cualquier negocio siempre está latente el riesgo de que
no te vaya bien. Por eso si este aspecto te aterra, y más aún si no cuentas con
ningún respaldo, quizás pienses dos veces antes de encarar tu proyecto propio.
12. Si no estás dispuesto a trabajar todos los días de la
semana, todo el año
Más arriba te mencionaba la ardua dedicación que requiere el
emprender. Es muy fácil levantarse, cumplir un horario y volver a casa. Ahora,
cuando ese horario son las 24 horas, y pueden pasar dos o tres años, o más
hasta disponer de cierta organización para tener tiempo personal, las cosas
pueden volverse complicadas y debilitar lo que creías que era un fuerte
espíritu emprendedor.
13. Si no quieres cargar con muchas
responsabilidades
Otro clásico de las personas que conozco es que dicen por un
lado que les gustaría emprender, aunque por otro no están dispuestas a asumir
las responsabilidades de todos los aspectos. No es compatible ni factible
disfrutar sólo de lo lindo y agradable del emprender, si no asumes la otra
parte.
14. Si no tienes auto control cuando las cosas se salen
de curso
La maduración emocional es otro aspecto decisivo a la hora
de emprender. Por ejemplo, si eres una persona con emociones demasiado a flor
de piel, que llora permanentemente, o que estalla de ira de la nada, emprender
no sería para ti, porque diariamente las cosas podrán salir de su curso, y
deberás tener las competencias apropiadas para afrontarlas asertivamente.
15. Si piensas que nadie lo hace mejor que tu
El aspecto fundacional de cualquier emprendimiento en su
gran mayoría es una idea. Y esto lo hace especialmente valioso, ya que no todas
las personas se animan a llevarlas a la práctica. El asunto aquí es que, si
piensas que la única mente iluminada es la tuya, acabarás en soledad, desamparo
y con una sensación de abandono. Si, además, eres ultra exigente contigo y con
el equipo, y piensas que nadie lo hace mejor que tú, posiblemente no estás para
emprender o encabezar un proyecto propio. En estos casos conozco personas que
han buscado socios complementarios para llevar adelante sus ideas.
Una reflexión final antes que abandones tus ideas de
emprender
Sé que quizás te suene duro todo lo que he compartido hoy
contigo; aunque prefiero hacerlo de esta forma, para que consideres cada uno de
estos puntos en profundidad.
No se trata de arrancar algo y abandonarlo a los tres meses:
emprender es un proyecto de vida en sí mismo.
Claro que todo depende de tu personalidad, del entusiasmo,
ganas, recursos, y, sobre todo, de la fuerza interna que tengas.
Nadie dice que no lo podrás lograr; sólo que quizás te ayude
conocer el “lado B” de emprender, para que te prepares mejor, o busques los
recursos necesarios para que el proceso no fracase antes de empezar.
Conozco cientos de ejemplos de personas con muchas de las
condiciones limitantes que he compartido aquí, y que, sin embargo, tienen sus
negocios super exitosos en distintos países: la clave es que han trabajado en
sí mismas, moldeado su temperamento, personalidad y habilidades, y avanzado
permanentemente.
Si ellos pueden, tú también, si te decides a sumergirte en
estos quince puntos y superarlos. Y eso depende exclusivamente de ti.
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de Entrepreneur son personales.
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