Hay una acumulación de daños y fallas en nuestro sistema,
por problemas iniciales de diseño; la buena noticia es que cada vez más
empresas se dedican, con un objetivo que pasó a ser creíble en términos de
negocios, a demorar o revertir el proceso de envejecimiento
La ripamicina se descubrió en la
Isla de Pascua en 1975 LA NACION
Para quienes siempre empiezan la dieta o el plan de
ejercicios el próximo lunes, van en esta nota algunas píldoras de razonamiento
economicista para hacer el clic mental y arrancar de una vez por todas con
buenos hábitos de bienestar.
La primera pastilla tiene que ver con un concepto que repite
a menudo Juan Ignacio “Pepe” Sánchez, el exbase de la Generación Dorada de
básquet, hoy experto en nuevo bienestar: ver a este conjunto de hábitos (de
ejercicio, alimentación, sueño, hidratación) asociado al “interés compuesto”
que también generan los ahorros en términos financieros. Así como empezar a
ahorrar a los 30 es sustancialmente mejor que hacerlo a los 50, lo mismo sucede
con las decisiones para cuidar el cuerpo y la mente: el tiempo juega a
favor de esta acumulación y de las chances de llegar en plenitud a la segunda
mitad de la vida.
Al prisma del “interés compuesto” de Pepe Sánchez se le suma
una segunda píldora relacionada: “Invertir tiempo y energía en nuevas
estrategias de longevidad tiene un valor presente neto positivo”, dice
el científico de datos Marcelo Rinesi, quien agrega: “El cuerpo humano no es
como una vela que se va apagando, no hay nada en la biología o la física que
indique que una célula tiene que ser distinta a los 80 años que a los
25; simplemente hay una acumulación de daños y fallas en nuestro sistema,
por problemas iniciales de diseño. La buena noticia es que estamos viendo cada
vez más empresas que se dedican, con un objetivo que pasó a ser creíble en
términos de negocios, a demorar o revertir el proceso de envejecimiento”.
“Está emergiendo toda una ‘economía de la extensión de
vida’, que incluye consideraciones demográficas, incluso de desigualdad”
Desde hace años, Rinesi se aplica en su propio cuerpo
tratamientos de vanguardia contra el envejecimiento. “No se lo recomiendo a
nadie, porque hay riesgos. Pero sí creo que en general los médicos son
demasiado conservadores: si te morís a la edad de la tasa estadística de tus pares,
está todo más o menos bien, y no tienen en cuenta que hay mejoras constantes y
que vale la pena llegar en buenas condiciones al momento en que estos
avances se vuelvan exponenciales”, explica.
En la frontera de estudios sobre envejecimiento este santo
grial se llama “velocidad de escape actuarial”: el momento en el cual
la expectativa de vida empieza a aumentar más que el tiempo que transcurre en
la realidad. Por eso Rinesi remarca que los hábitos para sumar
bienestar tienen “valor presente neto positivo” y desde un razonamiento
economicista tiene todo el sentido del mundo priorizar esta inversión de tiempo
y energía.
Hasta hace pocos años, este debate estaba protagonizado casi
exclusivamente por genios excéntricos como Aubrey de Grey, el gerontólogo que
dirige la Fundación Matusalén, quien viene pronosticando que dentro de pocos
años el proceso de envejecimiento celular podrá ser detenido, e incluso
revertido. Pero esto comenzó a cambiar, porque “el entendimiento
científico de los mecanismos directos del envejecimiento –no los síntomas que
usualmente tratan los médicos, sino las razones por la que estos síntomas son
más frecuentes y eventualmente inevitables a medida que pasan los años– ya
permitiría, o está muy cerca de permitir, tratarlos de manera específica”, apunta
Rinesi.
Por eso está emergiendo toda una “economía de la
extensión de vida”, que incluye consideraciones demográficas, de cambios
en el mercado de trabajo y hasta de desigualdad: ¿qué pasaría si estos
tratamientos son costosísimos y se limitan a un pequeño grupo de
supermillonarios, que seguirán acumulando riqueza durante cientos de años?
En el terreno de los negocios se combina el juego de
empresas grandes como Google, que con su iniciativa Calico apunta a disrumpir
el mercado de extensión de vida, con decenas de startups. Santiago
Tissembaum, investigador del Instituto Baikal, menciona firmas como Human
Longevity, que aplica inteligencia artificial a la salud personalizada (fue
fundada por Craig Venter, el del proyecto genoma); Samumed (células madre,
enfocado en la regeneración de tejidos y órganos); Deep Longevity (desarrolla
biomarcadores para medir la edad biológica de las personas), y Unity
Biotechnology, una de las primeras firmas del rubro en hacer una oferta pública
de acciones, tras lo cual tuvo un traspié con uno de sus productos y bajó de
precio. Se trata de un vertical de negocios, marca Tissembaum, en etapa
embrionaria y con mucha volatilidad.
"Invertir tiempo y energía en nuevas estrategias de
longevidad tiene un valor presente neto positivo" dice Marcelo Rinesi
En varias líneas de investigación hay científicos
involucrados vinculados a la Argentina. El biólogo David Sabatini es
uno de los precursores en investigar la ripamicina, una molécula descubierta en
1975 en la Isla de Pascua, en Chile –de ahí el nombre asociado a Rapa Nui, como
se llamaba el lugar originariamente–. Sabatini, de padres biólogos argentinos
emigrados a Nueva York, cree que esta molécula puede tener una de las claves
para ralentizar el deterioro producido por el paso del tiempo.
El genetista Jorge Dotto, que tiene
estudios en Harvard y en la Clínica Mayo –la meca de la innovación en salud–,
cuenta a la nacion: “Hoy entendemos que la aceleración del proceso de
envejecimiento está vinculada a la inflamación de la microbiota, que es donde
está el 80% del sistema inmune”.
Dotto está asociado a Pepe Sánchez en su
iniciativa de ciencia del deporte y del bienestar en Bahía Blanca (el Dow Center)
y tiene tres libros publicados por Planeta: Nutrición y genética; El ADN del
placer, y Genética: cómo puede cambiar nuestras vidas.
Al igual que sucede con los emprendimientos comerciales,
el tema de la longevidad también está explotando en el campo de la divulgación.
Uno de los libros de no ficción más vendidos en EE.UU. este año es Keep Sharp
(“mantenerse afilado”, aún no traducido), del neurocirujano y columnista de la
CNN Sanjay Gupta. La bajada promete “construir un mejor cerebro a cualquier
edad” y en la obra se resumen las recomendaciones que hoy tienen mayor aval de
la ciencia. Entre otras, el ejercicio físico (lo más importante: si hay que
elegir solo un factor, es este), el aprendizaje permanente, el buen dormir, la
alimentación saludable y las conexiones con amigos y familia.
¿Qué otras avenidas nuevas se vislumbran a futuro en la
economía de la longevidad? Rinesi está interesado en el concepto de “DeMed”:
así como se habla de “finanzas descentralizadas” (DeFi), una línea similar se
está discutiendo en el campo de la economía de la extensión de vida, donde los
intermediarios (grandes laboratorios, medicina tradicional que hace “gestión de
síntomas”) llevan las de perder. En este sentido, el foco en las
primeras piezas del dominó de la cadena de fallas que llevan al envejecimiento
podría tener un potencial de impacto similar al que tienen las
criptotecnologías con las finanzas tradicionales: cambia absolutamente todo el
esquema de incentivos y los términos del debate.
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