El 30% de las empresas ya adoptaron este formato, que
combina presencialidad y teletrabajo. Cuáles son sus claves.
Algún día va a pasar. Las oficinas finalmente
volverán a abrir. Pero ya son varias las grandes empresas que en
Argentina desempolvaron esos espacios para usarlos de una manera muy diferente
a como lo hacían antes del coronavirus.
Es que con el Covid llegó el home office "extendido"
y también lo cambió todo. Así, si el virus se va, el teletrabajo queda,
con un upgrade presencial. Muchas compañías darán a
las y los trabajadores la opción de pasar por el molinete solo unos días a la
semana. Otras, directamente, no pedirán volver.
Mientras de a poco emerge la nostalgia del full time "en
la ofi", la mayoría no se hace a la idea de que todo vuelva a ser como
antes. Y ya nada es como antes. La nueva normalidad laboral en el país
está en proceso. Es este modelo híbrido, mixto, en el que
coexisten fichar y ponerse en línea.
Mientras hay un debate por el libre albedrío de
exigir estar vacunado o no para volver, y cuando no hay dudas de que frente a
la variante Delta son necesarias las dos dosis, ofrecer más flexibilidad
sobre dónde trabajar puede ayudar a atraer y, sobre todo, retener,
talento. Así lo dicen las empresas consultadas por Clarín.
También dicen que aunque el home office casi
es un camino de ida y hay una marcada reticencia al retorno, nada será
inmediato ni definitivo. Algunas empresas hasta crearon departamentos ad
hoc para preparar el regreso. Pero, eso sí, nadie volverá con la
frente marchita. Todas marcan que el desempeño individual y de equipos se
mantuvo intacto durante todos estos meses hogareños.
Pero incluso cuando el lugar de trabajo híbrido parecería
reducir algunas barreras de larga data, también podría "importar"
otro tipo de desigualdad.
¿Se marcaría un doble estándar de trabajador (y de pago)
entre el presencial y el remoto? ¿Sería un obstáculo para
crear lugares de trabajo más diversos e inclusivos? ¿Finalmente se
bonificarían los servicios utilizados para trabajar en casa?
Volver, sí, pero de a poco y quienes puedan
Clarín preguntó puntualmente por las oficinas
que Google tiene en Puerto Madero. La respuesta del buscador
llegó en boca de su CEO, Sundar Pichai, a través de la carta que les envió a
sus colaboradores en todo el planeta.
"Extenderemos nuestra política de trabajo voluntario
desde casa hasta el 18 de octubre. Nos entusiasma haber comenzado a abrir
nuestros campus y animar a los Googlers que se sientan seguros de venir. Pero a
la vez reconocemos que muchos están percibiendo picos en sus comunidades
causados por la variante Delta y están preocupados por regresar a la oficina.
Esta extensión nos dará tiempo para volver al trabajo y, al mismo tiempo,
brindará flexibilidad a quienes la necesiten."
Ahí anticiparon lo que las grandes compañías luego imitarían
en nuestras tierras: el volver, sí, pero de a poco y quienes puedan (¿y
quieran?).
Mientras acá algunas empresas apenas se animan a hablar
sobre exigencias de vacunación, en Google es un requisito excluyente para entrar a sus campus.
El lado "remoto" de la oficina
Así como Globant -la
empresa argentina de servicios de tecnología innovadores- anunció en junio una
inversión de $ 800 millones que incluye la construcción de una nueva oficina en Chaco,
tiene al home office en el ADN de la compañía. Por eso logró que el
95% de sus colaboradores se sintieran totalmente cómodos con el 100% del
trabajo remoto en pandemia.
Pero no fue gratis. "Fue posible gracias a garantizar
aspectos como el acceso a Internet bonificado, silla y monitor y herramientas
digitales para que las actividades se pudieran desempeñar en forma
eficaz", dice Axel Abulafia, vicepresidente ejecutivo de Globant.
Abulafia resume la reapertura de las oficinas como
"un fenómeno interesante", dado que, sin importar el avance de la
campaña de vacunación local, "los Globers quisieron aprovechar este ámbito
para reencontrarse". Y la empresa se adaptó al uso.
Esa es otra perlita de la nueva normalidad laboral.
Cuando el contexto lo permite, el uso de la oficina vuelve a ser diario o muy
frecuente y en los otros, se aprovecha la oficina como locación para eventos
recurrentes, en forma más espaciada.
Por eso se rediseñaron algunas oficinas y la
ambientación de las nuevas para cumplir con la premisa de que
probablemente los equipos de trabajo ya no tengan un escritorio para
uso permanente.
¿Cómo se sortea la reticencia a volver? "La vuelta es
totalmente optativa y voluntaria. Al ser una empresa nativa digital
acostumbrada a trabajar de manera remota desde hace muchos años, que los
Globers decidan mantener el esquema de trabajo remoto no trae ninguna
problemática", cierra el ejecutivo.
El caso de Globant no es aislado: un estudio encargado por
Adobe a la consultora Forrester deja ver que 6 de cada 10 empresas ya
emprendieron acciones para mejorar el trabajo remoto --como utilizar
tecnologías de nube e incorporar documentos digitales a sus procesos-- y 3 de
cada 10 esperan hacerlo en los próximos seis meses.
Los datos del informe de Forrester muestran el
impacto del teletrabajo: antes de la pandemia menos del 2% de los empleados
había teletrabajado en América Latina y hoy el 96% de las compañías adoptaron
mecánicas de trabajo remoto.
Otro estudio que realizó WeWork, la empresa líder de
oficinas compartidas, encontró que el 90% quiere volver por lo menos un
día a la semana y en ese grupo, el 20% quiere estar en la oficina
los cinco días. A nivel nacional, según la compañía de servicios
inmobiliarios corporativos Binswanger, el 30% de las empresas
ya retornaron a la presencialidad con modelos híbridos.
"Lo que antes se consideraba como un modelo disruptivo
para las oficinas, en la actualidad es el presente y aquello a
lo que las organizaciones de todo el mundo apuntan: el alquiler de espacios
laborales con una dinámica muy adaptable a cada necesidad y contexto",
dice a este diario Tomás Calusio, director de WeWork Argentina.
Desde esa empresa marcan que, además del modelo híbrido,
aquí quedará instalada la rotación de personal -"rotar
los equipos que entran físicamente"-; la descentralización de
oficinas -"viajar en transporte público a la sede es una fuente de
preocupación y una solución es distribuir a través de los centros de
oficina satélite, para llegar a pie o en bicicleta"; y el trabajar desde
casa o cerca de casa -"que decidan dónde y cuándo trabajar
mejor".
El lado presencial, reloaded
"Actualmente notamos que, poco a poco, la gente está
volviendo a concurrir a nuestras oficinas y estamos cómodos en que cada persona
pueda decidir cómo y cuándo hacerlo. Lo único que requerimos es que nos
informen vía un aplicativo cuando concurrirán de manera presencial para garantizar
no saturar la ocupación", dice a Clarín Damián Cherñavsky,
director del área de Personas y Cultura de Roche Argentina.
¿Cómo hace un laboratorio para entrar en el modelo híbrido?
"Estamos analizando cómo será la forma de operar una vez que todo esto
pase, pero por el momento no identificamos mayores inconvenientes. Hemos
acompañado a nuestros colaboradores brindándoles días libres cada dos semanas,
entregando materiales de trabajo adecuados, apoyándolos para que puedan balancear
las nuevas necesidades que trajo la pandemia y su trabajo", detalla
Cherñavsky.
En cada respuesta se repite el dar la posibilidad de
elegir si ir o no ir. "Según nuestra investigación, realizada a
nivel global a más de 8.000 colaboradores en 2020 durante la pandemia, el
43% cree que el horario de 9 a 18 terminará y prefieren ir al lugar
del trabajo entre 2 o 3 días a la semana", explica Gustavo Aguilera,
director de Talent Solutions de ManpowerGroup Argentina, la empresa ícono en
soluciones de capital humano.
¿A qué habrá que prestarle atención en el modelo
híbrido? A que nadie quede a mitad de camino.
"Estas situaciones no deberían surgir si la vuelta es
de forma paulatina, planificada y con foco en garantizar la salud física y
emocional. La mayoría de las empresas priorizan al personal de riesgo o a
quienes tienen responsabilidades de cuidado para delimitar aquellos que pueden
retomar sus actividades bajo esta modalidad con menor dificultad",
advierte Aguilera.
En Kimberly-Clark, proveedora de productos de higiene, ya
estaba implementada la modalidad de trabajo flexible, con algunos
días por semana desde casa. Pero la extensión del home office,
dicen desde la compañía, los llevó a "dejar de pensar en una jornada
laboral de 8 horas lineales, y a adaptar la agenda a momentos de trabajo".
Todo parece brillar, pero el home office también tiene su
lado oscuro. ¿Cómo afecta eso a los empleados? ¿Cómo es volver al puesto de
trabajo? ¿Hay trabajadores "secundarios" y son los remotos?
En un reciente relevamiento en todo el país que realizó UADE
junto a Voices! se preguntó a más de 1.300 personas cuánto tiempo
creían que pasaría antes de poder vivir su vida más o menos como era
antes. La mitad dijo que todavía falta más de un año.
Federico Toledo es responsable de la Licenciatura en
Psicología de UADE y trabajó en ese estudio. Habla de "desconcierto",
"sensación de desconexión", "inquietud", sobre lo que
vendrá en el regreso presencial -o no- a las oficinas.
"Sería fundamental tener en claro cuáles son
los motivos que promueven la incapacidad de la vuelta. ¿Son temores? ¿Una
elección consensuada? Muchas cuestiones vinculadas a nuestro sistema de
creencias, deseos y elecciones entran en juego. Es importante tener en cuenta
que, sin importar el camino que elijamos, volver o seguir en el teletrabajo,
todos tendrán sus consecuencias", dice. Eso se verá pronto, cuando el
modelo híbrido deje de ser la excepción y pase a ser la regla.
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