La industria de
relojes aplica la impresión 3D para algunas partes, robotiza el armado y
utiliza silicio; lo que se viene en el sector. Fuente: LA NACION
NUEVA YORK.- ¿Qué innovaciones recientes están sacudiendo el
mundo de los relojes? Los amantes de los relojes mecánicos, que pueden ser
debidamente conservadores, a menudo ven la innovación con escepticismo, pero
eso está cambiando. Como dijo Felix Baumgartner, cofundador de la marca de lujo
Urwerk de Ginebra y Zurich, "la historia y la tradición se respetan mejor
innovando y no simplemente imitando y repitiendo el pasado".
Los relojes mecánicos fueron una hazaña de la ingeniería.
Alrededor del año 1300 se hicieron los primeros en Europa, pero llevó otros 250
años reducir sus componentes a un tamaño portable. Los relojes fueron un
ejemplo temprano de la tendencia a la miniaturización que persiste hoy y que
durará hasta que los seres humanos dejen de pensar que las cosas más pequeñas
son más atractivas/mejores. Dicho de otro modo, durará por siempre.
La innovación en estos tiempos deriva principalmente de un
cambio en la industria que también está en proceso de innovación: el
advenimiento de equipos costosos de investigación y desarrollo en marcas como
Patek Philippe y Rolex, como también en grupos grandes como Richemont y Kering.
Estas firmas emplean relojeros, científicos, ingenieros y expertos en tecnología; se centran en desarrollar
materiales y fuentes de energía en los que se basan los relojes mecánicos y el
modo en que son fabricados. Por estos tiempos hay entonces unas cuantas
innovaciones que vale la pena destacar.
Una de ellas es la impresión 3D basada en la computación.
Esta tecnología ha sido una bendición para muchas industrias y entre ellas está
la relojería, donde se usa primordialmente para crear prototipos de relojes
mecánicos. También ha sido usada para hacer partes de piezas finales de
relojería, tales como la carcasa de titanio del Paneral Pam 767 Lo Scienziato
Luminor 1950 Tourbillon GMT Titanio, que pesa casi la mitad de un equivalente
en acero.
Philip Barat, jefe de Desarrollo de Relojes de Patek
Philippe, sostuvo que el diseño en 3D basado en la computación permitió la
creación del reloj aniversario Grandmaster Chime de 2014 de la marca, que tiene
1366 partes. Así lo explicó Barat: "Con la visión 3D, los constructores
pudieron no fabricar piezas más pequeñas, sino rellenar espacios vacíos, lo que
es imposible de lograr en 2D".
Otra innovación la marcó en 2013 Swatch, cuando anunció el
Sistem51, el primer reloj mecánico suizo cuyos componentes fueron ensamblados
completamente por robots. Más que algo ingenioso, la producción del Sistem51
dio señal de un claro avance hacia la inteligencia artificial en la fabricación
de relojes.
Cuatro años más tarde, el Richemont Group, dueño de 11
marcas de relojes, estableció una nueva instalación de investigación en
Neuchâtel, una ciudad medieval junto al lago en Suiza, anunciando planes para
reclutar ingenieros especializados en microsistemas, microfabricación y
microingeniería, lo que dará impulso a la tendencia hacia la robótica. A 35
minutos de distancia en auto, la fábrica Christophe Claret usa similarmente un
robot de 16 ejes para hacer sus carcasas.
Desde el siglo XVI casi todas las partes de los relojes se
han hecho de acero, bronce, oro, plata u otras aleaciones metálicas. Pero en
2001 el fabricante suizo Ulysse Nardin introdujo un reloj con un escape
(dispositivo mecánico que controla el flujo de energía) de silicio. Patek
Philippe y Breguet pronto introdujeron partes de silicio también. Si bien el
uso del este material (un elemento químico que se extrae del cuarzo y de otros
minerales) se limitó inicialmente a piezas de lujo, ahora se ha derramado a
marcas más básicas con modelos tales como el Mido Baroncelli SI Calibre 80.
El silicio es liviano, puede producirse masivamente y se
moldea fácilmente para producir los intrincados componentes del movimiento de
un reloj. A diferencia de los metales, el silicio resiste la corrosión y se
mantiene estable con el cambio de temperatura. Las partes hechas con este
material no requieren lubricación ni sufren desgaste, de modo que los relojes
no necesitan reparaciones tan a menudo.
Todo reloj mecánico necesita de un oscilador, dispositivo
que oscila entre dos posiciones, como el péndulo de un reloj grande. En un
reloj, el oscilador tradicional tiene más de 30 partes, incluyendo un balancín
y un resorte que contribuyen a la precisión por medio de la rotación. Su diseño
se mantuvo en gran medida sin cambios desde su invención en 1675, hasta el año pasado
cuando Zenith, subsidiaria de LVMH, lanzó el Defy Lab, un reloj con un
oscilador de silicio de una sola pieza. Mientras un oscilador tradicional va y
vuelve entre 18.000 y 26.000 veces en una hora, este oscilador nuevo realiza la
misma función 108.000 veces por hora, lo que resulta en mayor precisión.
Greubel Forsey, una pequeña marca de lujo con sede en La
Chaux-de-Fonds, Suiza, recientemente hizo un foudroyante -el dispositivo mecánico que mide fracciones de segundo
en un reloj- radicalmente más pequeño. El suyo es 96% más pequeño que la
versión tradicional y gasta 1/1800avo de la energía para hacer la misma
función. Cuando se le preguntó dónde podría conducir esta mejora, el cofundador
de la marca, Stephen Forsey, respondió: "No lo sabemos aún. Todavía no es
una cosa práctica, pero podemos hacer un prototipo y luego viene una pantalla
legible. A medida que avanzamos, encontramos nuevas posibilidades y nuevos
caminos, pero es territorio desconocido".
"Territorio desconocido" es precisamente lo que hace
interesante la innovación. Es la posibilidad de hacer algo totalmente nuevo. Si
bien es difícil imaginar que alguien se vaya a entusiasmar por estas
innovaciones fuera de los locos por la relojería, están haciendo que el sector
avance con cada pieza de silicio. Y si bien la relojería puede parecer algo
anticuado, como dijo Felix Bakumgartner, "está viva y en un proceso que
avanza. Se trata de nuevas ideas y posibilidades".
Traducción de Gabriel
Zadunaisky
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