En muchas empresas la innovación se ve como algo demasiado
complejo de desarrollar y que requiere ingentes recursos para poder obtener un
producto o un servicio que sea innovador y genere beneficios.
Frente a este paradigma, una de las opciones que tenemos
para cambiar esta visión es utilizar un "Caballo
de Troya", es decir, introducir la innovación en la empresa de una forma sutil y sin que se den cuenta
los “de dentro” hasta que ya sea demasiado tarde para oponerse a ella. Esta
forma de actuar se apoya en una estrategia para el cambio basada en que “un cambio de comportamiento en una
organización es más eficaz si se hacen primero cambios simples en lugar de
pretender implementar grandes programas para el cambio”. Es habitual que
los grandes cambios generen grandes resistencias porque suponen modificar la
“zona de confort” de las personas; y la introducción de una cultura de la
innovación de forma brusca supone para muchas personas que se les ponga en
cuestión la forma en que realizan su trabajo o que vislumbren cambios que les
hará que tengan que aprender cosas nuevas.
En este caso la estrategia
está muy clara pero lo que requiere de un uso avanzado del ingenio será la
forma en que introduciremos el "Caballo de Troya" en la empresa. Lo
primero a considerar es si debemos construir un caballo o más de uno; lo más
adecuado es preparar una batería de caballos que iremos lanzando de forma
sucesiva porque no siempre el primero obtiene el resultado esperado.
Así, por ejemplo, se pueden empezar a desarrollar pequeños proyectos para innovar en los
productos, los servicios y especialmente en los procesos; esto último es una de
las vías de entrada de los caballos de Troya con más posibilidades porque en
las organizaciones en las que no se innova hay muchos procesos que se pueden
mejorar introduciendo pequeñas innovaciones, lo que se conoce como "innovaciones incrementales"
y que suponen una fuente de incrementos de productividad y competitividad muy
importante.
Pero, además, la estrategia del "Caballo de Troya"
también es útil cuando se quieren introducir innovaciones tecnológicas disruptivas en productos o servicios
porque las podemos introducir como complementos para que los usuarios validen
su utilidad. Esto es útil porque las tecnologías disruptivas no siempre son
bien recibidas por los clientes y usuarios ya que suponen cambios relevantes
sobre a lo que hasta el momento estaban acostumbrados. Así cuando una innovación disruptiva forma parte del producto al que los clientes y usuarios
están acostumbrados es más fácil que la acepten que si se introduce de forma
aislada como producto nuevo y diferencial.
Una de las metodologías que podríamos considerar se basa en
una estrategia de "Caballo de Troya" es la que se conoce como "gamificación", esta
metodología que se basa en el uso de técnicas y dinámicas propias de los juegos
y el ocio para aplicarlas a actividades no recreativas entre las que podemos
encontrar las relacionadas con el marketing de fidelización o la adopción de
nuevas prácticas por parte de los empleados. En este caso el juego es lo que se
utiliza como "Caballo de Troya" para conseguir que los clientes o
empleados hagan lo que queremos que hagan y así nosotros consigamos nuestro
objetivo.
Para desarrollar una estrategia
de "Caballo de Troya" se debería seguir una estructura
metodológica y metódica consistente en una serie de pasos:
- Definir el objetivo que se pretende conseguir.
- Analizar y detallar los diferentes ámbitos en los que se podría actuar.
- Escoger el ámbito más adecuado (aquél en que las probabilidades de éxito sean mayores).
- Delimitar el marco de actuación para poder examinar los resultados.
- Desarrollar el mini-proyecto de actuación.
- Informar y hacer partícipes a los implicados y a los afectados.
- Hacer el proyecto con agilidad tanto en la ejecución como en los cambios necesarios.
- Comunicar al resto de la organización el éxito conseguido.
El último punto es de importancia
capital para que la estrategia adquiera el resultado deseado. Toda la
organización debe ser consciente que un determinado proyecto ha tenido éxito
como consecuencia de una nueva forma de actuar en la organización.
Dentro de los diferentes elementos que se pueden considerar
para que la organización adopte esta nueva forma de actuar está la introducción
de la retribución variable sobre los resultados de la innovación que dé lugar
al final a una introducción del "Total
Reward". En especial, la introducción del variable para el
"equipo de innovadores" es un elemento incentivador de la actuación
conjunta para conseguir un objetivo en común.
Por último la referencia a Oslo en el título ¿sabéis de
dónde viene?
No hay comentarios:
Publicar un comentario