DREAMSTIME/EXPANSION
Saber lo que estará
haciendo dentro de cinco años implica una ventaja definitiva y prepararse para
ello es la mejor vacuna contra el desempleo.
¿Qué estará haciendo dentro de cinco años? Si tiene una
mínima pista sobre esto, puede considerarse un ser afortunado, porque está
usted en el camino correcto de la adaptación a las profesiones que vienen. Eso
de las profesiones del futuro (o con futuro) es mucho más que un contenido
sorprendente para documentales. De ello puede depender su desarrollo laboral.
Para empezar, debería plantear su carrera y su estrategia de empleabilidad
sobre la base de que las profesiones que hoy tienen éxito y son muy demandadas
(y que ni siquiera eran conocidas hace cinco años) dejarán de tener éxito
dentro de pocos años. Surgirán otras nuevas en apenas un lustro. Y ésas ni nos
las imaginamos.
- En esta estrategia de cambio debe tomar precauciones para no caer en la burbuja de las nuevas profesiones. Por eso debe plantearse si todas esas novedades profesionales que se plantean ahora son realmente sostenibles. Quizá muchas de ellas no tengan un largo recorrido mañana. Otras perderán peso, influencia y utilidad en poco tiempo.
- Ha de distinguir entre lo que es y podrá ser una nueva profesión y lo que sólo es una función o una tarea temporal que se pone de moda o que es necesaria en un momento específico. Analice si se trata de verdaderas profesiones o es sólo el nombre en inglés que designa una tarea o una mera adaptación de viejos puestos a nuevos entornos y medios.
- Cuando lea alguna lista de profesiones en extinción, tenga en cuenta que muchos de los trabajos que pueden quedar obsoletos en realidad no desaparecerán; más bien se redefinirán. Y los profesionales tendrán que adquirir nuevas habilidades y capacidades para desempeñar otros roles diferentes y valiosos.
- Se puede hablar de profesiones que vendrán, y a las que ha de adaptarse para conseguir un nuevo empleo. Pero antes hay que conocer la existencia de nuevas modalidades de trabajo. Sepa que se acaba la secuencia que implica formarse, trabajar y jubilarse. Hay un gran cambio profesional que tiene que ver con el hecho de que pasaremos periodos más o menos largos en alguna forma de autoempleo, en el que intercalaremos formación. Sin olvidar que la carrera media de cualquiera de nosotros abarcará dos o tres ocupaciones y más de media docena de empleos. La nueva relación entre empleado y empleador lleva a que no exista el empleo para siempre. El trabajo ya no tiene nada que ver con un lugar al que acudimos cada día.
- Prepárese para un futuro laboral con nuevos puestos bajo demanda; con la opción de trabajar sin ir al trabajo; o con una actividad profesional en la que dependamos de varios jefes, o en la que trabajemos sin mandos. Tendremos un portfolio múltiple de carreras; una flexibilidad alejada del concepto tradicional de conciliación y relacionada con el de integración, y con una exigencia de disponibilidad 24 horas. Sin olvidar las fórmulas de trabajo por proyectos y las de empleo independiente, que generan una nueva clase de superprofesionales y superespecialistas en microtareas muy concretas. También está la posibilidad de trabajar para más de un empleador, en distintos proyectos, o empleos más cortos que se alternan.
- En ese nuevo escenario del trabajo del futuro, usted debe tratar de convertirse en lo que la British Psychological Society define como lynchpin: aquél que alcanza una posición central en una organización. No es lo mismo estar en el núcleo fundamental o en la periferia de la compañía. Se trata de una categoría que proporciona evidentes beneficios psicológicos, un mayor sentido de la experiencia y más compromiso. Supone un antídoto contra la inseguridad laboral o la posibilidad de quemarse en el puesto, e implica ser un profesional crítico, difícilmente sustituible, omnipresente e inmediato.
- Si ya resulta difícil aconsejar acerca de qué carrera estudiar o en qué sector iniciar la actividad profesional, imagínese lo que implica predecir qué profesión tendrá éxito en los próximos años. Algunos futuristas como Ray Kurzweil -director de ingeniería de Google- se atreven a pronosticar cómo será el mundo y cuáles serán los negocios de mañana y las profesiones más necesarias y cotizadas. Kurzweil cree que en el año 2045 se dará lo que los futuristas llaman la Singularidad, que es el momento en el que la potencia de cálculo de la inteligencia artificial será 1.000 millones de veces la de la inteligencia humana. Mientras tanto, señala que en 2020 se avanzará en la ingeniería del cerebro para curar enfermedades neurológicas, sin olvidar el futuro del negocio de la inmortalidad, en el que también está embarcado otro gran emprendedor como Peter Thiel. Kurzweil cree que la tecnología médica añadirá un año de vida, cada año, a nuestras expectativas de supervivencia. Y confía en los negocios asociados a la realidad virtual, que pronto será totalmente inmersiva, o en la impresión 3D.
- Con este panorama, cabe preguntarse si nuestras profesiones serán desempeñadas por robots a medio o largo plazo. La Universidad de Oxford aseguraba en 2013 que el 47% de los empleos, sólo en Estados Unidos, corría el riesgo de desaparecer por efecto de la inteligencia artificial. Como consuelo, la consultora Gartner explica que la inteligencia artificial destruirá en los próximos cuatro años 1,8 millones de empleos a nivel global, pero generará 2,3 millones de trabajos. Capacidades como la creatividad y la percepción de las emociones son esenciales para la experiencia humana y aún resultan difíciles de automatizar.
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