¿Qué es liderar a un
equipo? ¿Cuáles son sus funciones básicas? Ser un líder empresarial es mucho
más que dar órdenes. Se trata de una tarea complicada pues implica lidiar con
la cultura de la empresa, sus objetivos y metas en materia de resultados, con
las diferentes sinergias que se desarrollan dentro del ecosistema de trabajo.
Los deberes del liderazgo empresarial tienen una alargada
sombra que va más allá de la toma de decisiones. En este sentido, desde la escuela de negocios OBS Business School han identificado
las seis funciones que se deben desarrollar desde esta posición, especialmente
ahora que las nuevas generaciones de trabajadores y la tecnología están
revolucionando el mundo de los negocios.
- Análisis. Antes de tomar una decisión, los líderes empresariales deben ser capaces de ver la situación desde diversas perspectivas. También deben contrastar los datos, cuestionar sus opiniones e identificar si son objetivas o no. “Sólo así se podrá saber cuáles son las opciones reales de rentabilidad de un negocio y llevar a la práctica planes con perspectivas acordes”, señalan desde OBS Business School.
- Proyección. Tras saber cuál es el punto de partida y la mejor opción a llevar a cabo, como parte de esta fase inicial de reflexión, los líderes deben ser capaces de evaluar sus posibilidades a corto, medio o largo plazo, sabiendo medir los riesgos para el negocio y las personas que lo componen e impulsan.
- Seguimiento. Tomada la decisión, sólo queda aplicarla a la empresa y, tras ello, monitorizarla. Este paso es vital para anticiparse a los malos resultados, permitiendo hacer modificaciones en el plan o redirigir los esfuerzos de los trabajadores, mientras éste se desarrolla con el objetivo de alcanzar los objetivos planteados.
- Reacción. Todo proyecto tiene sus problemas y obstáculos. No existe el plan perfecto, que siga la ruta marcada, especialmente ahora que se conoce el impacto que tienen los ambientes laborales en el balance de resultados empresariales. Asimismo, lo que ocurre en un proceso es responsabilidad de su líder por lo que debe ser ágil a la resolver los problemas, ya sean técnicos, logísticos, económicos o profesionales.
- Negociación. El papel de un líder también conlleva la intermediación en los conflictos entre empleados. Son también los negociadores de las condiciones con los clientes, con los proveedores o distribuidores.
- Atracción. Desde siempre, el talento ha buscado una figura sobre la que inspirarse y esto en plena ‘guerra de talento’ debe impulsarse desde la misma dirección, todo y pese a que es el departamento de Recursos Humanos el encargarlo de canalizar esa atracción, de seleccionarlo y fidelizarlo, una vez dentro de la empresa. No obstante, sin una figura referente, que mantenga el contacto con sus empleados, difícilmente derivará en un éxito de estos programas de ‘employer branding’.
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