Los trabajos que
alimentan grandes expectativas pueden conducir a la frustración. Dreamstime
Ante la perspectiva de
una carrera de éxito en una empresa, los recién titulados comienzan a someterse
a una presión a la hora de realizar prácticas, que no siempre suponen un
trampolín para su carrera.
Antes, los directivos tenían que trabajar durante años para
conseguir opciones sobre acciones, una oficina mejor o un coche de la compañía,
lo que terminaba llevándoles al agotamiento. Sin embargo, muchos Millennials ya han llegado a este
extremo.
Los graduados aceptan puestos de menor rango para progresar en su
carrera
Los graduados están haciendo grandes esfuerzos para
conseguir independizarse y progresar en su carrera profesional. En ocasiones,
aceptan puestos de menor rango que, por su naturaleza, suelen ser frustrantes y
poco gratificantes.
El precio del
entusiasmo
En 2013, la muerte de
Moritz Erhardt, que trabajó durante el verano como becario en la sucursal
londinense del Bank of America (BofA), motivó que este tipo de compañías
hiciese examen de conciencia. Erhardt sufrió un ataque epiléptico. No obstante,
el forense concluyó que pudo haber sido provocado por el agotamiento del
trabajo durante horas sin descanso. Desde entonces, el BofA y otras compañías
han endurecido sus normativas sobre el horario laboral de los becarios para que
los jóvenes reequilibren sus prioridades.
En 2012, Bogdan
Costea y varios de sus colegas de Lancaster University Management School
analizaron las ofertas de empleo de The
Times Top 100 Graduate Employers, la guía anual en la que las principales
compañías publican sus anuncios para atraer a los graduados. Entre los
eslóganes destacaban: "Invierte en ti" (Herbert Smith, un bufete de
abogados), "Conoce más, progresa" (Barclays) o "Sé el único que
nunca se detiene" (PwC). Tras la tragedia de Erhardt, Costea declaró que
"esta cultura del trabajo se centra de forma implacable en el ego, una
filosofía que comienza a transmitirse desde el inicio de las carreras
profesionales".
Siguiendo este hilo, Kira
Schabram, de la Universidad de Washington, y Sally Maitlis, de la Universidad de Oxford, entrevistaron a
exempleados y al actual personal de un refugio de animales para un estudio de
la revista Academy of Management Journal. La mayoría afirmó que su trabajo era
estresante, sobre todo para aquellos que han tenido que presenciar o practicar
una eutanasia a un animal.
Los jóvenes saben combatir el estrés, pero ignoran
que una gran ambición
puede llevar a la ruina
Cuando realicé mis prácticas, recuerdo que les prometí a mis
padres que nunca sería como aquellos universitarios que trabajan hasta tarde.
No obstante, la ambición y la presión de grupo influyen a la hora de buscar un
puesto de trabajo. Después de unos meses, tenía un programa de prácticas
similar al de mis compañeros porque me dejé llevar por el entusiasmo.
Estoy de acuerdo hasta cierto punto en que no es malo que
las personas se comprometan con su trabajo. Detrás de cada anuncio en el que se
buscan empleados "apasionados" y "entregados", hay personas
que se preguntan por qué no se sienten realizados y satisfechos con su empleo.
La desilusión del
directivo
Esto es, en cierto modo, lo que experimentan los consejeros
delegados cuando finalmente alcanzan la cumbre de sus carreras profesionales.
El asesor internacional Ram Charan
afirma que estas personas suelen saber "a qué quieren dedicar su tiempo y
decir 'no'". Aun así, algunos consejeros delegados fracasan. Por eso, las
compañías han comenzado a ofrecer apoyo a sus directivos con más potencial para
evitar futuras crisis.
Las organizaciones tendrían que mostrar la misma
preocupación por las personas con potencial que están comenzando. Según varios
estudios, los trabajadores jóvenes son conscientes del estrés y saben
combatirlo con ejercicio, meditación y descansando, aunque también deberían
tener presente que la ambición extrema por triunfar podría suponer la ruina. La
investigación que se realizó al personal del refugio de animales concluyó que
aquellos trabajadores que evitaban el estrés solían tener aspiraciones más
modestas. No ponían como prioridad su trabajo ni lo consideraban una misión
transcendental en sus vidas y, como resultado, no habían perdido el entusiasmo
ni la pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario