Para muchos pasó
desapercibido o bien lo percibieron como una noticia más. Pero el campeón
online –por lo cual ya revolucionó antes este terreno- transforma drásticamente
un sector que resistía la llegada de nuevos modelos de negocios.
Al comprar Whole
Foods comenzó una nueva era. Algo verdaderamente innovador ha comenzado
para acelerar el cambio en un área de negocios que alguna vez fue
revolucionaria, pero que ahora se resistía empeñosamente a cualquier variación:
el sector de los supermercados.
Para los que tienen más de 40 años es fácil recordar el
tiempo en que cuando necesitaba comprar carne, iba a la carnicería. Si hacían
falta verduras y frutas, a la verdulería. Si se trataba de pan, a la panadería.
Todo esto comenzó a cambiar, antes en Estados Unidos. A
partir de los años 30 el supermercado concentró toda la diversidad de compras.
Para los 80, era una revolución triunfante aunque con algunas variantes- en
todo el planeta.
Hubo una febril innovación en el mundo de la logística
(facilitado además por avances tecnológicos), en la capacidad de rutas y vías
para acercar centros productores a los nudos consumidores.
Aunque una buena parte del comercio minorista sintió en los
últimos años el empuje renovador del e-commerce, y de todas las variables
online, en general los supermercados quedaron estancados, especialmente por el
sano temor de los innovadores a lidiar con mercadería fácilmente perecedera.
¿Por qué habría de ser diferente esta vez? En principio, por
el asombroso recorrido de Amazon y de su inspirador, Jeff Bezos. Toda la gama de productos posibles, físicos o
intangibles, fueron campo fértil para el crecimiento de este campeón del
retail. Ahora hay un nuevo desafío. Así como los teléfonos celulares quedaron
obsoletos apenas apareció iPhone, pronto podrá ocurrir lo mismo en este campo. Amazon avanza con la intención de ser la
mayor empresa del mundo. Es probable que pronto mucha gente se pregunte
cómo se hacía antes de que Amazon entrara en este campo.
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