Hoy, aspectos como tu
proactividad para plantear nuevas formas de trabajo o tu capacidad para
relacionarte con tus compañeros aportarán un matiz diferencial a tu perfil
dentro de tu empresa.
Entre dos productos iguales en un supermercado con un precio
similar, ¿qué va a hacer que un cliente se decante por uno de ellos? Esta
pregunta que se formulan las marcas para descubrir cómo pueden distinguirse y
así llamar la atención de los consumidores, debes aplicártela a ti mismo. Al
igual que una firma trabaja para dar un valor añadido a sus servicios, por
ejemplo, a través de una atención especializada, debes reflexionar cómo puedes
aportar algo diferente a tu puesto de trabajo. Aunque nadie es indispensable,
esta actitud te ayudará a jugar un papel clave dentro y fuera de la oficina.
Debes presentar nuevas líneas de
negocio
para potenciar tu evolución en la
compañía
En general, en tu compañía tendrás fijadas una serie de
funciones y responsabilidades y, por tanto, desempeñar esas tareas será
simplemente lo que te toca. "Así que el valor añadido vendrá más bien de
la mano de la cantidad de roles que podemos desempeñar. Cada persona tiene que
saber en qué es bueno y todas las empresas tienen que potenciar que los
profesionales puedan explotar sus mejores cualidades", opina Jesús María Saló, director de Page
Executive.
Para José María
Gasalla, profesor de Deusto Business School, en primer lugar hay que
conocer las características que otorgan un plus a los profesionales según los
principios de cada compañía. "Si son organizaciones más vinculadas a
valores del pasado premiarán la fidelidad, pero poco a poco están empezando a
predominar otros parámetros como la flexibilidad o la capacidad de cada uno,
independientemente de su rango, para convertirse en líder de opinión, una
cualidad imprescindible para cualquier proceso de cambio". En la misma
línea opina Mariví Campos, socia de
Talengo, que explica que para convertirse en una especie de producto estrella
dentro de la empresa es "importante que nuestro plan de desarrollo como
profesionales coincida con el reto transversal de nuestra empresa".
Las empresas pueden trabajar con
expertos
de todo el mundo y cualquiera
puede superarte
Sin embargo, esa alineación no es tarea fácil, sobre todo,
teniendo en cuenta que las descripciones de los puestos de trabajo apenas
detallan funciones vinculadas a esos valores. "Además, ninguna empresa
busca un formador interno para la gente que entra nueva, ni un influenciador,
ni una persona que genere la suficiente confianza en la gente como para ser
receptor del clima que se respira en la organización", advierte Saló.
A pesar de ello, los profesionales que sean capaces de
explotar estos valores conseguirán dar un matiz diferencial a su perfil. Estos nuevos planteamientos suelen girar en
torno a los siguientes puntos:
-Ser innovador.
No se trata de ser continuamente una fuente de ideas nuevas, eso podría
considerarse un don. Se trata más bien de tener siempre curiosidad y ganas de
aprender. En un contexto en el que la mayoría de las empresas tienen unos
objetivos muy definidos y una forma de hacer las cosas muy marcada, resulta
complicado mostrarse creativo. Por eso, los profesionales que promueven
diferentes métodos de trabajo, desde la implantación de alguna novedad en los
productos hasta nuevas formas de organizar los equipos, aportan valor a su
departamento. "Llevar a la práctica las ideas es lo que cuesta y allí es
donde está el verdadero valor. Cada vez son más importantes las personas que
identifican lo que se puede mejorar y se ponen en marcha dando resultados
visibles", apunta Juanita Acevedo,
profesora de recursos humanos de IEBS School.
Es esencial que los retos del
profesional coincidan
con los objetivos globales de la
organización
-Conocer una materia
diferente. En general, las compañías quieren incorporar a sus plantillas a
gente polivalente. Sin embargo, dentro de esa versatilidad, las personas más
valoradas son aquellas que destacan de forma clara por su especialidad. Al
mismo tiempo, aunque hoy se valora mucho más la especialización, es crucial
actualizar esos conocimientos constantemente. Debes tener en cuenta que las
empresas trabajan con expertos de todo el mundo, y cualquiera puede superarte.
-Empatía. Tu
capacidad para relacionarte con diferentes departamentos te ayudará a impulsar
tu desarrollo dentro de tu compañía. Te servirá para conocer mejor cómo
funciona tu empresa y así poder alinear tus objetivos individuales con los
globales de la organización. Para ser un experto en las relaciones, debes saber cómo te tienes que acercar a cada compañero, teniendo en cuenta, por ejemplo,
el rol que juega cada uno en la empresa.
-Evolución. Más
allá de la experiencia que hayas acumulado, se valora el desarrollo profesional
que puedas alcanzar. Debes estar atento a las oportunidades que aparecen, así
como tener iniciativa para proponer nuevas líneas de negocio y potenciar tu
propio crecimiento. Es más, se trata de que seas capaz de trabajar en ti mismo,
en tu marca personal, sin caer en el autobombo, y de que las habilidades que
vayas adquiriendo te sirvan para aportar algo nuevo a tu carrera y a tu
compañía.
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