Los líderes no pueden
escapar a la toma de decisiones. Después de los consejos dados por
sus colaboradores son ellos los que tienen la última palabra.
La información
recopilada, la experiencia, el instinto son ingredientes para elegir esa
decisión que será la mejor, o al menos la que se cree que será la mejor. La
responsabilidad de lo que suceda siempre es del líder quien al final tendrá que
rendir cuentas a sus superiores sobre lo sucedido sea esto bueno o poco
beneficioso para el grupo, empresa u organización.
Sin embargo, el hecho
de que se esté en una posición de liderazgo no garantiza que la persona sepa
tomar decisiones. Es algo que no viene con el cargo sino que se va aprendiendo
con el tiempo y las situaciones críticas que se presentan.
Para saber si eres un
líder que toma decisiones pruébate con los siguientes 3 Tips!
1) Cuánto es tu
tiempo de respuesta!
Hay decisiones que,
dependiendo de la prioridad, pueden esperar: ¿De qué color pintar la oficina?
¿Dónde se hará la cena de fin de año? ¿Quién se encargará de hacer un proyecto
en particular?
Otras hay que
tomarlas Ya! ¿Cuándo se empezará la nueva estrategia de ventas? ¿Quién hará la
presentación del nuevo producto a los inversionistas? ¿Cuándo se abrirá la
siguiente sucursal? entre otras.
Hay infinidad de
situaciones en una organización que requieren una decisión por parte del líder.
Lo mismo pasa en la vida de cada uno. Todo es una decisión. El tiempo
correcto para tomarla es lo que hace la diferencia entre los grandes líderes y
determina el éxito o aprendizaje (fracaso) de una gestión.
Lo más importante es
que antes de tomar una decisión debes asegurarte que cuentas con la suficiente
información para conocer bien la situación. Esto hará que puedas evaluar los
distintos ángulos del problema y dar con una decisión que mejor se ajuste a lo
que se está viviendo.
Sin embargo, no
coloques la excusa de que te falta información para decidir. La razón es que
siempre faltara una que otra parte de la información y si esperas demasiado
puede ser muy tare.
Un buen líder sabe
que hay momentos en los que debe decidir a pesar de no contar con toda la
información que le gustaría tener. Se supone que para eso están los líderes.
Recuero que en uno de
los test del Máster se nos preguntaba cuál creíamos que era la primera cualidad
de un líder. ¿Adivine cuál era?
La próxima vez que te
toque tomar una decisión crucial para la empresa fíjate en el tiempo de
respuesta que empleas y cerciórate de que no sea excesivo.
2) Cuánta claridad
tienes de la visión!
La visión marca la
senda a seguir. Puede ser que no veas el camino con total claridad pero la
visión, el saber a dónde quieres llegar debe estar lo suficientemente claro
como para decidir qué es conveniente y qué no.
Esa misma visión se
convierte en ese faro que te indica el rumbo.
Cada una de las
decisiones que tomes debe estar enfocada a reducir la distancia hacia ese faro.
De esta manera cuando llega el momento de decidir, comparas la decisión con ese
punto final al que se quiere llegar y decides.
Si miras la ruta
desde abajo, desde el plano horizontal, lo más seguro es que creas que la
decisión que piensas tomar no sea la correcta ya que no puedes ver la “próxima
curva”. Pero si levantas la vista a un plano vertical, desde donde puedas ver
el panorama completo, lograrás ver la ruta como con un mapa y desde allí te
darás cuenta que la decisión que estás a punto de tomar es la correcta ya que
te acerca a tu visión a pesar que desde abajo parezca que te retrasa.
¿Tienes clara la
visión?
3) Cuánto estás
dispuesto a aprender!
Tomar decisiones
siempre será un riesgo. Algunas veces son tomadas con un 90 % de seguridad y en
otras veces menos del 20%. Sea cual sea el caso, es un riesgo que no podrás
evitar. La pregunta es ¿Cuán dispuesto estás a arriesgarte, es decir, a
aprender?
Las personas que más
se arriesgan son las que más aprenden.
Riesgo = Aprendizaje. De esto estamos
claros. Pero si antes de decidir el temor te paraliza no podrás crecer como
líder.
Los líderes deben ser
conscientes de que su posición les exigirá arriesgarse más de la cuenta, al
menos mucho más que sus seguidores.
Solo los grandes
líderes toman los riesgos como si fuesen “testigos” en una carrera de relevos.
Esto los lleva a aprender más y mejor de su entorno y es por eso que siempre
están al frente.
Un buen ejemplo de
este tipo de líderes fue Steve Jobs. Con sus creaciones nos enseñó que vale la
pena aprender arriesgándonos.
Ser un líder que toma
decisiones es algo que distingue a los buenos de los mejores. El
carácter se fortalece con cada decisión que se va tomando y esto construye un
mejor liderazgo.
En algunos casos
sentirás que pudiste hacer mejor las cosas pero la verdad es que como líder
debes elegir una entre varias opciones.
Sea la que sea que
tomes, infórmate antes pero no exceso, revisa tu visión constantemente y
arriésgate más pero sin llegar a situaciones críticas.
Sé el líder que debes
ser y toma las decisiones que debes tomar ya!
¿Cuáles han sido esas
decisiones que más te han costado?
¿Qué método utilizas
para la toma de decisiones?
Deja tus comentarios,
siempre se aprende de ellos!
Hasta la próxima!
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