Como sucedió con otras tendencias de cambio en estos meses
de pandemia, en el terreno de la movilidad y el transporte también se verifica
una aceleración de avances y novedades empresarias sin precedente. Días atrás,
la compañía Tesla, de Elon Musk, superó a Toyota (de 82 años) en capitalización
de mercado y se convirtió en la automotriz más valiosa del planeta. El propio
Musk anunció que este año su empresa estará en condiciones de fabricar
vehículos con autonomía de "nivel 5" (básicamente, que se comportan
como KITT en el auto fantástico).
Pero Musk no está solo: todos los gigantes de la tecnología
tienen la mira puesta en este sector: hace menos de un mes, Amazon compró por
1200 millones de dólares Zoox, una firma de este rubro. En paralelo, el CEO de
Nvidia (firma de vehículos automanejados que se asoció con Mercedes-Benz),
Jensen Huang, afirmó que su sector está atravesando el "momento
iPhone", en relación con un punto de quiebre tras lo cual se acelera el
crecimiento.
"Es muy probable que estemos viendo en el terreno del
transporte en general algo muy parecido a lo que sucedió en 2007 con muchas
tendencias de negocios digitales", cuenta a la nacion Leonardo Valente,
economista de Bahía Blanca especializado en transporte, robótica e innovación.
En la nueva economía, 2007 fue una suerte de "año mágico", no solo
por el lanzamiento del iPhone (el 9 de enero de 2007 Steve Jobs mostró el
producto más exitoso de la historia del capitalismo en un teatro de San
Francisco), sino también para el despegue de Facebook y Twitter, de la plataforma
de código abierto Github, del Kindle, de Android y de otros nombres icónicos de
la era digital. "Los avances tecnológicos se combinan con profundos
cambios en los consumidores, para quienes ya deja de ser importante el sentido
de propiedad de un auto. Ya nada será igual", marca Valente.
En opinión del experto en inteligencia artificial, robótica
y diseño de futuros Alejandro Repetto, hay una carrera de fondo entre Tesla y
Google (con Waimo), mientras vemos que las automotrices tradicionales, como
Ford y General Motors, se sumaron también muy fuerte a la movida. Existe un
obstáculo, que es que navegar solo con cámaras y lograr autonomía total no
parece ser lo más seguro todavía".
Repetto trajo años atrás el primer vehículo autónomo a la
Argentina. Junto a su socio Enrique Cortés Funes publicó recientemente el
libro Diseño de Futuros para transformar el presente. Cree que los
avances de movilidad autónoma más relevantes que veremos en el corto plazo son
menos "sexis" que los vehículos para trasportar humanos y tienen que
ver con la logística en industria, agro y minería, y en la denominada
"última milla" de entregas del comercio electrónico, un punto en el
cual coincide con Valente.
Además de los avances tecnológicos, el otro gran impulsor
del "momento iPhone" para un cambio radical en el trasporte es la
conciencia ambiental para migrar desde el modelo de autos con combustibles
fósiles hacia alternativas más sustentables, algo que, a su vez, se intensificó
con la pandemia.
En enero, antes de que estallara la crisis del Covid, la
agenda ambiental se perfilaba como la gran narrativa de 2020. Luego de los
incendios en Australia y en el Amazonas brasileño, en el Foro de Davos 2020 el
titular de Black Rock, Larry Fink, advirtió que la agenda climática va a
producir cambios sísmicos en el mundo de las finanzas "mucho antes de lo
que pensamos", en buena medida porque los mercados financieros se
especializan justamente en adelantar esquemas de riesgo. En 40 años de carrera,
contó Fink, vivió media docena de crisis globales, pero ninguna es comparable a
la asociada al factor climático, por su característica estructural.
Recuperación verde
Tomás Ocampo, especialista en negocios sustentables de
Stanford, cree que hay buenas chances de una "recuperación verde":
"El Covid creó conciencia sobre la fragilidad del planeta y de lo pequeño
que es el mundo, y por otro lado no afectó los compromisos ambientales a pesar
de las perspectivas de recesión".
La semana pasada, Christine Lagard, exdirectora del Fondo
Monetario Internacional y actual titular del Banco Central Europeo, dijo que la
entidad que preside tendrá en cuenta el cambio climático en la compra de bonos.
"Una novedad que estamos viendo es la irrupción del
paradigma de negocios ?carbono negativos' (hasta ahora veíamos énfasis en la
mitigación)", completa Alexis Caporale, autor del libro El futuro
de la Energía. "La óptica del carbono negativo será disruptiva, porque
abrirá el universo a muchas industrias que usarán tecnologías que capturen
dióxido de carbono de la atmósfera como lo hacen las plantas", agrega.
Ocampo, Caporale y el periodista especializado en temas de
sustentabilidad Manuel Torino, columnista de la nación, participaron el lunes
pasado en el ciclo Proxi del Instituto Baikal de una discusión sobre el futuro de
la "agenda verde".
Torino mostró una ilustración donde se ve una ola grande que
es el Covid, una de mayor tamaño que viene detrás que es la recesión económica
en ciernes, y otra más gigante aún por detrás: la del cambio climático. Desde
una ciudad solamente ven la primera y se consuelan: "Si nos lavamos mucho
las manos vamos a andar más o menos bien".
¿Por qué hay una desproporción tan grande entre la entidad
del problema y las acciones que se toman para tratar de evitarlo a nivel
colectivo e individual? Uno de los académicos que mejor está trabajando esta
fricción, con herramientas de la economía del comportamiento (con sus sesgos
asociados) es el psicólogo de la Universidad de Victoria en Canadá, Robert
Gifford, quien habla de los "dragones de la inacción climática".
Gifford sostiene que, al igual que los dragones, muchas de las excusas que nos
ponemos para no actuar ahora son ilusorias. Por ejemplo, el dragón de la
"tecnosalvación": la tendencia a creer que solo con el avance
tecnológico se evitará la catástrofe. O el dragón del "líder
mesiánico" que movilizará y coordinará las políticas de los países en pos
de un futuro más sustentable.
Según un reporte de hace dos semanas de Nature,
en caso de continuar la tendencia actual, para el año 2025 el planeta tendrá la
misma cantidad de partes de CO2 en la atmósfera que 15 millones de años atrás,
en el Mioceno, cuando la temperatura promedio era entre tres y cuatro grados
más alta por erupciones volcánicas. El último turno para sacar una licencia de
conducir podrá ser un símbolo poderoso para luchar contra estos dragones que
describe Gifford.
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