El Club Excelencia en Gestión ha organizado
la mesa redonda virtual “La transformación digital, clave del nuevo
modelo educativo”. Una de las principales conclusiones que se han obtenido
ha sido que la adaptación de los centros formativos al nuevo entorno digital es
indispensable en ese nuevo modelo educativo, pero no única, ya que para
garantizar su éxito la transformación del sector debe ser mucho más profunda.
Algo en lo que han estado de acuerdo todos sus
ponentes: Óscar Codón, director general
de la Fundación Altran para
la Innovación; María Teresa Ramos, directora general de Grupo
Sorolla Educación; Manuel Portero, CEO de Trilema & EIM
Consultores; y Miguel Ángel Suvires, director del Área de Educación
de la Universidad Internacional de Valencia. En el evento también ha estado
presente Ignacio Babé, secretario general y CEO del Club Excelencia
en Gestión.
“En estos momentos, cualquier transformación tiene que
abordarse desde una triple perspectiva: cultural, digital y del modelo de
negocio. Si la enfocamos hacia el mundo de la educación, esos tres puntos
deberían estar vinculados no sólo adecuando el uso de tecnologías disponibles.
También hay que perpetuar un ecosistema de calidad, en el que participen
padres, alumnos, docentes, autoridades escolares y personal de apoyo en una
comunidad, y en el que los profesores sean profesionales respetados y con una
carrera atractiva”, ha apuntado Babé durante su intervención.
Un momento adecuado pese a la crisis
Todos los ponentes han estado de acuerdo en afirmar que, a
pesar de la dureza de la crisis, el momento actual es idóneo para abordar una
reforma educativa que tenga en cuenta aspectos técnicos y sociales y que
encauce a los alumnos hacia carreras profesionales científicas y tecnológicas.
“No se trata sólo de mejorar las competencias digitales, no
es suficiente para conseguir buenos resultados. Se debe apostar también por un
aprendizaje vivencial”, ha comentado Manuel Portero. Desde su punto de vista,
las nuevas tecnologías son un buen instrumento para favorecer la
personalización de la educación. “Para adecuar itinerarios distintos según
las necesidades del alumno, y no el café para todos que tenemos ahora”.
Suvires, representante de la educación superior en la mesa
de debate, ha afirmado que los centros deben prepararse cuanto antes “porque nos
encontramos en un entorno VUCA lleno de incertidumbre en el que no sabemos qué
puede ocurrir. Hemos de aprovechar esta crisis para obligarnos a
digitalizarnos pero también para definir el camino hacia el que queremos ir”.
La mayoría de los participantes han reconocido a Grupo
Sorolla Educación como una de las empresas educativas que mejor han sabido
reaccionar a la situación insólita generada por la pandemia. Su directora
general ha reconocido que ha sido así gracias a sus planes estratégicos previos
que así lo contemplaban. “No es bueno improvisar, lo mejor es hacer planes a
tres o cuatro años y tener un propósito claro, pero también establecer marcos
de trabajo flexibles, adaptables a cualquier situación”.
Y en esas estrategias han de contemplarse fórmulas
que cierren la llamada brecha digital que entorpece la formación
virtual en las familias económicamente vulnerables. “Para ello es importante
que hilemos proyectos de colaboración público-privada, que también pueden
servir para reforzar la formación del profesorado en nuevas competencias
digitales y en fórmulas educativas que ayuden a reorientar el trabajo con el
alumnado”, ha apuntado Óscar Codón.
Como conclusión, los ponentes han apoyado la teoría
del que el nuevo modelo educativo debe estar apoyado en cuatro pilares:
- Focalizar la
materia para darle al alumnado una cultura amplia y unos conocimientos
profundos en pocas materias, encauzando sus enseñanzas hacia carreras que
aumenten sus oportunidades laborales en el futuro. Y asumir que la
formación no es un proceso limitado en el tiempo, sino que se desarrolla a
lo largo de toda la vida de cada persona.
- Ofrecer
herramientas para que los estudiantes logren una cualificación
profesional, pero también para hacer frente a muchas situaciones a las que
se van a encontrar en la vida a través del desarrollo de competencias y
del trabajo en equipo.
- Aprender
a vivir juntos desarrollando valores de respeto, amor,
comprensión, paz, diversidad e integración.
- Enseñar a
ser un individuo para obrar con autonomía, juicio propio y responsabilidad
personal, valorando las posibilidades de cada uno: memoria, razonamiento,
sentido estético, capacidades físicas, aptitudes para comunicar, etc.
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