Cada vez son más las organizaciones
que han comprendido que su supervivencia depende de su capacidad para gobernar
de forma inteligente (y con rapidez…) un proceso de cambio y transformación cultural.
Nadie se cuestiona ya la necesidad de adecuar la organización a un nuevo
tiempo.
Por lo tanto, el debate (si es que
alguna vez debió existir…) sobre si se debe llevar o no a cabo una
transformación cultural está agotado, sencillamente resulta estéril. La cuestión esencial es ahora
como ejecutar y liderar el proceso de cambio.
Lamentablemente no existen pócimas
mágicas ni bálsamos de fierabrás que puedan administrarse a todas las empresas
por igual. Cada organización posee una señas de identidad específicas, una
idiosincrasia particular que la hace única e irrepetible, un código genético
exclusivo… elementos todos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de activar
e impulsar el incuestionable proceso de cambio que les permita sobrevivir a
este entorno ya bautizado como VUCA (volatility
uncertainty complexity ambiguity).
Pero que la alquimia no pueda resolver
el problema sobre cómo abordar el proceso de transformación cultural necesario
no es excusa para reflexionar en profundidad sobre una serie de principios que
bien entendidos pueden ser claves para liderar la transformación…
1.- El cambio no se produce por
pensar en innovar, sino por innovar en nuestra forma de pensar…
Pensar en innovar es una obviedad. La
velocidad de transformación será directamente proporcional a la capacidad de la
organización para pensar de forma diferente.
2.- El líder de la empresa del
S.XXI no debe predecir el futuro, sino asumir que liderará una realidad
impredecible…
El liderazgo visionario es un modelo
insuficiente para liderar el cambio ante la complejidad. Lo razonable no es
tratar de predecir el futuro, sino preparar a la organización para navegar en
un contexto empresarial impredecible, inestable e incierto…siempre.
3.- Una organización inicia su
proceso de transformación cuando la cultura de la colaboración supera al
paradigma del control y conexión se convierte en sinónimo de gestión…
El control y la fiscalización son mecanismos
que ralentizan profundamente la transformación. En un entorno empresarial
global y conectado, la cultura de la colaboración es el principal acelerador de
cualquier proceso de transformación.
4.- Nos han educado pensando
que al equivocarnos estamos perdidos, cuando perderse es la mejor forma de
encontrar nuevos caminos…
La penalización del error es un freno
para liderar el cambio. Desterrar la creencia de que el error es perjudicial
resulta crucial para impulsar una transformación cultural. Equivocarse no es
perderse, sino más bien encontrar nuevos caminos…
5.- En la empresa del S.XXI un
profesional no debe preocuparse por adaptarse al cambio… debe ocuparse de
crearlo…
La competencia “adaptación al cambio”
es una reliquia del pasado. La competencia más valiosa que cualquier empresa
debe fomentar en sus profesionales será la de crear, impulsar y dinamizar el
cambio…
6. Un líder es genuinamente
transformador cuando lo primero que pone en cuestión es… a él mismo…
El ejercicio más importante para poder
impulsar el cambio en la organización es la autocrítica constante. El líder que
mejor puede impulsar un proceso de cambio es el que tiene la capacidad de
cuestionarse su propio estilo de liderazgo.
7.- En tiempos de
transformación el talento más valioso es el de poder identificar, saber
reconocer y querer liberar el talento de los demás…
Liderar un cambio no es una tarea
individual sino colectiva. El éxito de un proceso de transformación reside en
la capacidad de conectar el talento de toda la organización; por ello, el
talento más valioso para liderar el cambio es identificar y liberar el talento
de los demás…
8.- El aprendizaje más
importante en un proceso de transformación es aprender a aprender de otra
manera…
Una de las claves para liderar el
cambio no será aprender nuevos conceptos, procesos y metodologías, sino
comprender que la forma de aprenderlos será diferente. En la empresa del S.XXI
liderar el cambio pasa por aprender a aprender de otra manera.
9.- En la empresa del S.XXI la
digitalización de la conversación es una condición imprescindible para la
transformación…
En un mercado digitalmente conectado,
liderar el cambio implica fomentar y multiplicar conversaciones. Para ello, los
entornos 2.0 en forma de tecnología social son vehículos esenciales para
transportar las ideas y los comportamientos que aceleran la transformación.
10.- Si lo único que no cambia
es el cambio no hay nada más “seguro” que estar en constante transformación…
La seguridad es la utopía del
profesional del S.XXI. Cuanta más estática es la cultura de la organización más
inestable se muestra ante un mercado que cambia a mayor velocidad. La seguridad
es un falso llano que solo se puede ascender… cambiando…
Vivimos tiempos en los que lo nuevo
reemplaza y sustituye cada vez con mayor rapidez a lo viejo. Tiempos en los que
aparecen nuevas reglas de mercado, nuevos procesos de negocio, nuevos
consumidores y lógicamente nuevos competidores.
Nuevos consumidores y competidores que
invitan a pensar que el éxito o simplemente la supervivencia implican
desarrollar nuevas competencias, comportamientos y, obviamente, un nuevo
liderazgo acorde a estos tiempos…
Tiempos convulsos para aquellas
empresas y profesionales que permanezcan estáticos e impasibles… Tiempos, sin
embargo, de oportunidad para aquellas organizaciones que revisen los
principios necesarios para liderar el cambio…
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