Empresas exitosas
en la Economía del Conocimiento operan en mercados muy concurridos bajo
criterios probados de eficiencia y eficacia. Invierten en tecnologías
de última generación para potenciar su perfil competitivo. Creen en el
talento y compromiso de su gente para transformar una visión empresarial
en gratificantes realidades de negocios. Desarrollan proyectos de
corte innovador para cautivar una y otra vez a sus clientes, y
generar bienestar, tanto individual como colectivo.
Acceden estas
empresas a insuperables y definitivas ventajas, para competir en condiciones
favorables y crecer. Se complementan efectivamente con otras empresas,
para propagar su liderazgo e influencia en nuevos mercados. Asumen la
misión de afrontar con éxito los retos que demandan entornos de
negocios muy volátiles, inciertos, complejos y ambiguos.
En ambientes de
negocios expuestos a cambios acelerados y frecuentes eventos disruptivos,
es relevante invertir en el diseño de organizaciones ágiles y
flexibles, con procesos integrados, tecnologías de última generación,
sistemas confiables y personas talentosas. Esta empresa logrará
excelentes resultados con neta alineación a la estrategia empresarial,
gracias a sus capacidades para anticipar tendencias de mercado; introducir nuevas formas de hacer negocios; y
alcanzar fácil adaptación a circunstancias no
visionadas en el radar estratégico. Estas son las premisas para
garantizar la competitividad, viabilidad y relevancia de una empresa, en los
difíciles e inciertos tiempos por venir.
La revolución digital
funge como agente de transformación empresarial, gracias a la
difusión de tecnologías de corte social, la proliferación
de múltiples dispositivos para acceder a la Internet, la oferta
de nuevas y más versátiles analíticas de datos, y el acceso cada
vez más frecuente a servicios externos de datos y aplicaciones en la nube
(cloud computing).
La convergencia
de diversos enfoques tecnológicos en el ámbito empresarial, genera nuevas y más ricas dinámicas de comunicación; favorece el
aprendizaje en la red en todo momento y desde cualquier lugar;
posibilita la construcción de espacios de influencia en la web social;
estimula el trabajo colaborativo en ecosistemas de innovación; y permite el
acceso ubicuo a recursos corporativos relevantes a la gestión de proyectos.
Estas oportunidades son aprovechadas por talentos, que disfrutan desde sus
respectivos ámbitos personales, de la exposición a tecnologías de
información de última generación.
La revolución digital
amenaza con ampliar la brecha entre las organizaciones que invierten en
tecnologías de última generación, para mejorar su rentabilidad y perfil
competitivo; y aquellas otras, para las cuales invertir en tecnología
parece ser tan innecesario como irrelevante.
En entornos de
negocios signados por cambios cada vez más profundos, frecuentes y
acelerados, aquellas organizaciones que ajenas a la evolución del
mercado tecnológico, prefieran permanecer pasivas y expectantes, correrán
el riesgo inminente de rezagarse ante un escenario que exige asumir el proceso
de transformación, más como una oportunidad para renovar modelos de negocios y
retar prácticas tradicionales de gestión, que como un coste que forzosamente
convendría postergar o evitar.
Estas últimas
tendrán la garantía de padecer un lento declive, que
pudiese concluir con su inminente desaparición del ecosistema
empresarial.
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