En ocasiones se ha dicho
que los principios del liderazgo son inmutables. Sin embargo, los grandes
líderes, actualmente, declaran verse envueltos en un entorno donde pocas cosas
pueden tomarse como ciertas, donde el tiempo se ha comprimido, y la dinámica es
mucho más compleja que hace sólo una década, según el informe de McKinsey
“Leading in
the 21st Century”. Es imposible para los CEOs mantenerse en la
cima de todas las disciplinas que les afectan. Es imposible saberlo todo sobre
todas las cosas que pueden impactarles.
Para entender el reto del
nuevo estilo de liderazgo necesario en el hiperconectado y global escenario
actual, McKinsey ha realizado entrevistas en profundidad a líderes como Josef
Ackermann (Deutsche Bank), Carlos Ghosn (Nissan – Renault), Moya Greene
(Royal Mail Group), Elen Kullman (DuPont), Shimon Peres (expresidente de
Israel) o Daniel Vasella (Novartis), entre otros, intentando desgranar las
claves del liderazgo del futuro.
Janet Sernack, experta en
liderazgo innovador, hace una síntesis de los
resultados de la investigación de McKinsey. Sus conclusiones se resumen a
continuación.
En primer lugar, los nuevos líderes deben ser capaces de:
- Ser totalmente adaptativos y resilientes. La resiliencia es la "capacidad de los individuos para sobreponerse a periodos de dolor emocional y situaciones adversas", según Wikipedia. Actualmente, la resiliencia se aborda como una parte de la psicología positiva, la cual se centra en las capacidades, valores y atributos positivos de los seres humanos, y no en sus debilidades y patologías, como lo hace la psicología tradicional. Resiliente es aquél que es capaz de afrontar la adversidad saliendo fortalecido, y alcanzando un estado de excelencia personal y profesional.
- Afrontar los problemas de forma holística (global), y responder en clave sistémica, rompiendo los silos funcionales, tendiendo a crear ecosistemas de agentes relacionados, y colaborando a través de las fronteras públicas, privadas y sociales para promover un crecimiento sostenible corporativo, regional y global.
- Sostener su salud emocional y bienestar, manteniendo la capacidad de operar con calma, decisión y rapidez en medio de la tensión extrema y la incertidumbre.
Los mecanismos para afrontar
dichos retos radican en el desarrollo de capacidades innovadoras y
emprendedoras, que les permitan fluir en el caos, la presión y el riesgo:
- Creando una profunda necesidad personal y global por el cambio, entendiendo que forman parte de un proyecto superior, al cual pueden y deben contribuir generando valor de forma decisiva e inmediata para su entorno y para ellos mismos.
- Asimilando una aproximación abierta, emergente y rápida a los problemas, que rompa con los viejos axiomas, procesos, sistemas y rutinas. Experimentando nuevas soluciones, aprendiendo de forma continua, eliminando lo que no funciona y potenciando lo que sí da resultado en el nuevo contexto.
- Siendo curioso, confiado, colaborativo y audaz al cuestionar el pensamiento convencional y el pensamiento único. Desafiando el statu-quo, tomando riesgos inteligentes y desarrollando la capacidad de lidiar con la adversidad y mostrar generosidad ante los fallos y ante quien falla.
- Explorando nuevas aproximaciones a los problemas a través de redes, disciplinas, y equipos transversales, que aporten puntos de vista radicalmente nuevos, buscándolos proactivamente mediante las preguntas y el debate necesario para maximizar la diversidad de pensamientos, ideas y soluciones.
- Pensando diferente, conectando diferentes campos de conocimiento, sectores, y modelos de negocio, creando asociaciones entre cuestiones aparentemente no relacionadas. Buscando la radicalidad creativa, la disrupción en la intersección entre conceptos disjuntos.
- Actuando de forma original y auténtica, desarrollando un profundo rol de liderazgo, ejerciendo las cualidades anteriores para inspirar e influenciar a terceros e involucrarlos en el proceso de cambio.
Liderar es servir. Es
transformar. Es inspirar. Es mover. Es progresar. El cambio es progreso. Y
jamás como ahora ha existido una capacidad semejante para cambiar nuestra
realidad, nuestra empresa y el mundo entero. Liderazgo personal, empresarial,
social, político, con las formidables palancas del cambio tecnológico y la
globalización, para crear un mundo mejor.
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