La psicología positiva, difundida por el profesor de Harvard Tal
Ben-Shahar, plantea nuevos paradigmas a la hora de la gestión de los recursos
humanos.
"La felicidad es buena para
los negocios." Así comenzó Tal Ben-Shahar su exposición en el World
Business Forum (WBF). El escritor, consultor y profesor del curso más
importante sobre psicología positiva en la Universidad de Harvard desafía la
creencia de que el éxito lleva a la felicidad y la invierte afirmando que la
felicidad es un factor clave del éxito de los negocios.
"Cuando el trabajador logra
un ascenso jerárquico o un aumento salarial siente felicidad, pero al tiempo
ese sentimiento decae." De esta forma, el doctor en Comportamiento
Organizacional argumentó que la felicidad se construye a diario cuando el
trabajo impone desafíos que conectan a la persona con sus pasiones.
En esa dirección van cada vez más
empresas, motivadas por la nueva generación de empleados que demanda una mayor
realización personal y profesional, y de las mismas compañías que ven que una
persona feliz es más eficiente, creativa y productiva.
Para Matías Ghidini, de la
consultora Ghidini Rodil, está creciendo la tendencia de empleados que
privilegian otros aspectos por sobre el estrictamente salarial. Esto ocurre,
sobre todo, con los más jóvenes que cada vez más deciden sopesando cuestiones
como el proyecto profesional, su desarrollo personal, el equipo de trabajo o el
jefe, o el entrenamiento y la capacitación a recibir.
"Muchas empresas han tomado
nota de esto y han intentado acercarse más a sus empleados escuchándolos, para
detectar estas inquietudes e intentar satisfacerlas", afirma Ghidini.
La falta de talentos en el
mercado laboral es uno de los factores clave en esta competencia entre las
empresas por seducir, atrapar y retener a sus empleados. Las estrategias
corporativas cambian para focalizarse en las demandas de esta nueva generación.
Los esfuerzos por ser una
compañía que haga feliz al empleado van desde la imagen, el clima laboral, la
transparencia, las oportunidades y los desafíos para los empleados hasta el rol
de los líderes y el incentivo por desarrollar la vida familiar y social.
"Las expectativas de los
empleados son diferentes a las que eran 50 años atrás", destacó Ben-Shahar
en una entrevista con La Nación. "Hoy la gente quiere más de su empresa
que cobrar el cheque a fin de mes. Por eso los líderes, managers y
organizaciones comienzan a enfocarse más en la necesidad de pensar en la salud
emocional de las personas que trabajan para ellos."
"Divertirse trabajando es
algo nuevo", dice Gonzalo Mata, de la consultora Wall Chase Partners.
"Antes trabajar estaba relacionado con el sacrificio. Ahora se busca que
al empleado le guste trabajar, y esto se logra desde la estética de la oficina
hasta el clima laboral y distintos beneficios."
Las
nuevas medidas
Para Ghidini, estas nuevas
políticas de las empresas trabajan sobre aspectos intangibles, que en muchos
profesionales suelen ser más relevantes que la remuneración monetaria. Ben-Shahar
indicó que para que el empleado sea feliz en su ámbito de trabajo debe estar
conectado con una misión que le haga sentir pasión. "Conectarse con hacer
plata no es suficiente para sustentar la energía que el trabajo requiere. Se
necesitan otras cosas para poder ser un empleado exitoso y la clave está en
tener un propósito", agrega el profesor israelí.
Ben-Shahar remarcó la importancia
de que los líderes de la organización estén abiertos al fracaso y den seguridad
a sus empleados para que puedan equivocarse. La innovación y la creación muchas
veces implica tomar riesgos.
"Uno de los roles más
importantes de los managers es determinar cuándo la posibilidad de equivocarse
es una opción y cuándo no puede haber fracaso alguno -dice Ben Shahar-. Cuando
el error es una opción, el manager debe dar la oportunidad de que se tomen
riesgos, se falle y se siga adelante aprendiendo del mismo fracaso."
El profesor de Harvard remarca
que es necesario entender que trabajar duro no es más importante que tener
tiempo libre. "Uno de los problemas de la actualidad es que estamos todo
el tiempo conectados por teléfono o computadora, entonces no tenemos tiempo de
recuperarnos. No darse el espacio para almorzar, estar con la familia o hacer
actividad física suma más estrés al día, por eso se necesita tener un tiempo de
recuperación."
"Los líderes deben trabajar
en forma coherente para alcanzar la satisfacción de sus empleados -comenta
Ghidini-, dado que las organizaciones con empleados infelices pierden
eficiencia y son improductivas, dejando pasar oportunidades."
Para Ben-Shahar, el buen líder es
aquel que estimula la creatividad y potencia la energía individual y colectiva.
Aquel que se da el tiempo para mirar a sus empleados, estudiarlos e identificar
sus pasiones, sus fortalezas y esas áreas positivas con las que cada uno se
conecta para encontrarle un sentido a su trabajo. "La inteligencia está en
ver la semilla de la persona y regarla para que crezca. Lo que se espera de los
empleados y la forma en que se los trata va a determinar el desarrollo de sus
carreras", afirma.
Aunque una condición del CEO debe
ser que sea feliz, la prioridad, según el profesor, es que sea competente, esté
preparado, sea profesional y sepa ejecutar proyectos. Luego es importante que
se vaya preguntando cómo pueden él y su organización disfrutar más de las
emociones positivas e incrementar el nivel de felicidad. "La clave está en
disfrutar cada día más de las emociones positivas, aunque sea un poquito cada
día. Pueden existir grandes cambios en la performance de la persona",
explica el profesor de Harvard.
Ben-Shahar destaca que una forma
de incrementar la felicidad es a través de preguntas positivas que pongan el
foco en lo que sí funciona de una organización. "Queremos resolver
problemas, pero no nos detenemos a pensar en cuál es la pregunta importante. El
mayor error de los gerentes es centrarse en las respuestas y no en las
preguntas", agrega.
¿Cuál es la fortaleza de mi
compañía y mis empleados?, ¿cómo puedo dar más positivismo a mi organización?,
¿qué podemos agradecer de esta semana?, son algunos ejemplos. La última
pregunta responde a otro punto fundamental para el académico que es agradecer,
un ejercicio que él hace a diario. "Agradecer hace que el foco se traslade
a los méritos del objeto o de la persona. Dedicar un poco de tiempo a dar valor
a las cosas cotidianas incrementa los sentimientos positivos, los niveles de
energía y ayuda a los demás", afirma Ben-Shahar.
ESTRATEGIAS
La nueva generación
Demanda un balance mejor entre el
trabajo y la vida personal, y además quiere pasarla bien en su ámbito laboral
El sueldo
No está en primer lugar en las
prioridades de los trabajadores, aunque pesa en el balance general
En la práctica
Trabajar una hora más por día y
tener el viernes libre, menos sueldo por cinco horas de trabajo, tiempo para
hacer gimnasia, entre los beneficios más valorados
LA RECETA
DE LAS EMPRESAS PARA SATISFACER AL PERSONAL
Muchas empresas denominadas happy
companies (compañías felices) adoptan políticas en las que se intenta balancear
el trabajo con el tiempo libre. Por ejemplo, la petrolera Chevron ofrece a sus
empleados el beneficio de tener días adicionales de vacaciones. Aquellas
personas mayores de 30 años, sin importar su antigüedad en la firma, tienen
tres semanas de vacaciones, mientras que las mayores de 40 acceden a un mes de
descanso.
"La calidad del tiempo que
pasemos con nuestra familia y amigos va a contribuir con nuestro trabajo",
dice Ben-Shahar. "Vamos a tener más energía, seremos más felices y, por lo
tanto, más exitosos."
Muchas empresas implementaron el
Friday off (viernes afuera), que permite a los trabajadores tener una jornada
laboral de nueve horas, en vez de ocho, a cambio de tener un viernes libre
semana de por medio. La política es optativa, pero, según Cruz Peman, de
Chevron, es el "beneficio estrella", dado que el 80% de los empleados
ya lo adoptó.
Desde 2010, la petrolera ofrece
la jornada de tiempo parcial. Con un sistema también optativo, los empleados
pueden trabajar cinco horas por día. Aunque se hace una reducción salarial
acorde con la disminución de horas trabajadas, el beneficio es
"extremadamente valorado, sobre todo, por mujeres con hijos chicos".
Además, con ánimos de cuidar la
salud, las computadoras en las oficinas tienen un programa que regula la
exposición de los empleados frente al monitor y los invita a hacer descansos
periódicos y ejercicios de estiramiento. En caso de que una persona pase más de
seis horas seguidas tecleando, la computadora deja de funcionar para obligar el
descanso.
"Trabajar sin descanso hace
que muchos empleados se quemen la cabeza", sostiene Ben-Shahar.
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