¿Se imagina si pudiera
desarrollar intraemprendedores, es decir, personas que emprenden negocios
dentro del ámbito de la propia compañía? Es el ejemplo de Yuri Jain en
Unilever, quien ha sido capaz de impulsar un sistema de purificación de agua
potable del que se han vendido millones de unidades en India. O el caso de
Colin Harrison en IBM, quien ha creado aplicaciones tecnológicas para
desarrollar ciudades más saludables.
En una
época como la actual necesitamos innovar en nuevos modelos de negocio, y esto
solo se logra si somos capaces de impulsar en nuestras empresas la figura clave
del intraemprendedor. Como sugiere Scott D. Anthony, en un artículo publicado
en Harvard Business Review, en la actualidad las grandes oportunidades en
innovación provienen de cambiar los modelos de negocio, más allá de los
inventores solitarios como Edison, los laboratorios corporativos como DuPont o
las famosas start up.
No es de
extrañar que desde 1997 a 2007 más de la mitad de las empresas que aparecieron
en Fortune 500 antes de celebrar su veinticinco cumpleaños, lo consiguieron
gracias a innovaciones en su modelo de negocio. O que Nokia centre su
renovación a través de programas que fomentan la colaboración y el
emprendizaje. Sin embargo, todo lo anterior no será posible si no tenemos
personas que asuman el desafío de emprender y organizaciones que así lo
permitan.
Los
intraemprendedores son una raza especial, como comprobamos en un estudio que
realizamos en España en treinta empresas de diferente tamaño y sector. Son
personas muy orientadas al logro, con alta capacidad de influencia, de
identificación con la compañía y con elevadas dosis de adrenalina en los
negocios.
Sin embargo,
el principal problema lo identificamos en los entornos que necesitan para
respirar libertad. Requieren de líderes que crean en ello, que sepan asumir el
vértigo a la aparente pérdida de control y de los posibles fracasos y que
respalden económica y emocionalmente el emprendizaje.
Nos
empeñamos en hablar de innovación y en buscar las grandes ideas, cuando quizá
debiéramos identificar a los intraemprendedores que tenemos dentro de nuestras
organizaciones y poner los medios para que pongan en marcha sus proyectos.
Es
posible que la oportunidad que nos ofrezca esta crisis sea precisamente el
repensar si nuestras compañías son lo suficientemente permeables para el
emprendizaje, para hacer cada vez más líquidas sus fronteras con el exterior y
para desarrollar líderes que tengan en su ADN la innovación. Como diría Gandhi:
“Como seres humanos, nuestra grandeza radica no tanto en nuestra capacidad para
rehacer el mundo sino en rehacernos a nosotros mismos”. Es posible que esta
máxima también sea de aplicación a la innovación de las empresas.
Pilar Jericó. Directora general y socia de Be-Up 0
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