Los líderes por lo general están
muy ocupados. Tienen diversas responsabilidades y gente a su cargo que deben
atender.
Reuniones semanales y a veces
hasta los fines de semana. Sueldos que pagar. Tiempos para la familia. Hijos
que hay que buscar en el colegio. Colaboradores que hay que animar.
Aumentar
las ventas. Satisfacer a los clientes. Entre muchas otras cosas.
Para un líder la semana se puede
pasar volando. Comienza el lunes y cuando se dan cuenta ya es domingo otra vez.
Este tipo de vida lleva
irremediablemente al estrés en algún momento. Puede desencadenar en
enfermedades como producto del ajetreo diario. Es así como vemos empresarios
hospitalizados queriendo tener una nueva oportunidad para hacer las cosas que
no han tenido chance de hacer por estar siempre tan pre – ocupados.
Pero la verdad es que un líder
realmente no es un buen líder si primero no dirige su propia vida. Dirigir la
vida es llevarla al lugar que uno quiere sin perder de lado el equilibrio en el
camino. De nada
sirve llegar a tu destino todo golpeado por las caídas por estrés que hemos
acumulado. Sí es que se llega.
Hace un tiempo atrás me propuse
seguir el consejo que Robin Sharma da en uno de sus libros sobre cómo tener una
vida más feliz. Él propone hacer una lista de las 10 cosas que más te
gustaba hacer cuando eras niño y/o adolescente y que ya nunca haces por estar
tan ocupado con tu vida y trabajo.
Una vez hecha tu lista, empieza a
colocar en tu agenda una de esas actividades por semana. Así tendrás diez
semanas del año haciendo aquello que te trae los mejores recuerdos y mayor
satisfacción. Lo cual te conecta directamente con tus pasiones de siempre.
Hice mi propia lista hace algunos
años y puedo afirmar que ha hecho una diferencia positiva en mi vida desde
entonces. Cosas como escalar en roca, salir a correr muy temprano en las
mañanas, jugar fútbol, leer sobre astronomía, las había dejado de hacer por
mucho tiempo.
Aún me quedan algunas cosas por
hacer de mi lista de las 10 cosas que me hacen feliz, pero he ido avanzando. Estoy
seguro de que si no las hubiese escrito en mi agenda no las hubiera hecho y las
hubiese terminado posponiendo.
Qué difícil es a veces volver a
hacer esas cosas que más nos hacen feliz. Las semanas pasan y cuando nos damos
cuenta ya ha pasado un año haciendo siempre lo mismo: trabajo, trabajo y más
trabajo.
Pero creo que la vida plena está
hecha de esas pequeñas cosas que podemos hacer en cualquier momento. Solo
necesitamos apartar el tiempo y empezar a hacer lo que más nos gusta.
¿Qué colocarías en tu lista? ¿Qué hacías cuando eras niño o
adolescente y no lo has vuelto a hacer más nunca?
El #Liderazgo que te hace Feliz comienza con hacer un hueco en
tu agenda y empezando ¡Hoy mismo!
¡Hasta pronto!
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