Recursos
Humanos RRHH Digital. Es un hecho que las organizaciones con mayor tendencia al emprendimiento
tienen mayor capacidad para adaptarse de forma eficiente a las exigentes
demandas, innovaciones y cambios que plantea de forma continua el entorno
empresarial. El emprendimiento, por tanto, se posiciona no solo como una
actividad individual orientada únicamente a la creación de una empresa, sino
también, y cada vez más, como una necesidad crítica de las organizaciones para
ser competitivas.
A las personas que adoptan este
rol dentro de las organizaciones las denominamos «intraemprendedoras».
Si bien existen diferencias más que notables entre una persona que emprende
para iniciar su propio negocio y aquella que lo hace en el contexto de una
organización, las similitudes son más que notables: es necesario reconocer una
oportunidad de negocio, es vital dar el paso adelante y arriesgarse, y es
fundamental persistir en el intento, ya que nos encontraremos con numerosos
obstáculos por el camino. Asimismo, se demuestra que la actividad
intraemprendedora de los trabajadores se relaciona con el incremento de los
beneficios y de las ventas e, incluso, con el grado de crecimiento de la
organización.
Desde un punto de vista de
gestión de recursos humanos las preguntas que podemos hacernos podrían ser: «¿Y
cómo crece un intraemprendedor?, ¿qué lo caracteriza?». La investigación se
ha centrado, por un lado, en tratar de determinar las características de la
organización que favorecen el «intraemprendimiento» y, por el otro, en estudiar
las características sociales y psicológicas que están asociadas al
comportamiento emprendedor.
Respecto a la primera cuestión,
los factores de la organización que favorecen la conducta emprendedora son bien
conocidos: el tamaño de la organización, su estructura
flexible y favorecedora de autonomía, un sistema de gestión
del desempeño que recompense el riesgo asumido en el emprendimiento y
no castigue los fracasos, el apoyo de la dirección y la disponibilidad de
recursos.
Atendiendo a la segunda cuestión,
las personas con mayor probabilidad para involucrarse en comportamientos
emprendedores son las que tienen una clara orientación al logro,
una gran capacidad para trabajar de forma autónoma, y una tendencia a asumir
riesgos, a la innovación y a la creatividad.
Por último, estudios recientes
muestran que las personas con mayor identificación y compromiso con la compañía
tienden también a involucrarse en mayor medida que los no comprometidos en
acciones emprendedoras. Así que de nuevo aparece el factor del
compromiso. ¿Será que cuando las personas tienen una serie de
características personales (como el no tener miedo a arriesgarse) en una
organización que respalda el emprendimiento, estos factores propician más
emprendimiento, innovación y una mejora continua?
Para mí está muy claro que una
organización con emprendedores dispuestos a dar lo mejor de sí mismos es una
organización con mayor capacidad para lidiar en el entorno en el que operan la
mayoría de ellas: sumamente competitivo y en continuo cambio. En este contexto
la identificación de este talento emprendedor y el desarrollo de sus
habilidades y capacidades se convierten en una herramienta de gran
valor para las organizaciones.
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