Ya estamos pisándole los talones
al 2014, en algunas semanas comienza el nuevo año. Y siempre en esta época es
un buen momento no sólo para hacer un balance de lo que fue el 2013 sino
también para planear el 2014. Algunos los llaman “resoluciones del nuevo año”.
Algunos planifican con gran detalle. Otros simplemente ponen sus deseos en un
papel. Pero en general todos siempre pensamos algo sobre lo que será nuestro
“nuevo comienzo”.
Ahora, si aún no has hecho
tu balance del 2013, tal vez quieras comenzar por allí. Puedes aprender un
método simple y práctico para hacer un balance en este artículo: ¿Cómo hacer un balance constructivo y equilibrado del 2013?
Y aquí, lo que te propongo es
hacer un plan para el 2014 pero algo diferente a lo que estás acostumbrado.
Hagas o no habitualmente una lista de deseos para el año nuevo, este ejercicio
te ayudará no sólo a soñar sino también a cumplir tus planes. Un consejito,
cómprate un cuaderno y destínalo a tu año 2014. Aquí puedes sumar hoy tu plan
para el año, pero mes a mes podrás incorporar nuevas ideas y secciones que te
ayudarán a ser una persona más ordenada y consciente de sus acciones. También
te ayudará a aprender, a capitalizar el aprendizaje y luego a aplicar eso que
aprendiste para marcar una diferencia.
Paso número 1 – Elige tres metas
que de verdad quieras cumplir el próximo año
A veces te encuentras deseando
esas cosas que siempre deseas, como por piloto automático. Quieres bajar de
peso, cambiar el auto, ser más tolerante con los demás, ser más ordenado,
cambiar de trabajo, tener tu negocio propio, irte de vacaciones, viajar por el
mundo. Pero la invitación es para que pienses en esas 3 cosas que son tan
importantes para ti que puedan marcar la diferencia de tu año. Puede ser que
hace tiempo estás un poco frustrado con tu carrera profesional y decides que
este año es verdaderamente importante para ti encontrarle un nuevo rumbo y
salir del estancamiento. O puede ser que sientes que tu vida cada día más se ve
afectada por el estrés, que vives corriendo y lo que de verdad quieres es
lograr un mayor equilibrio en tu día a día. Sea lo que sea, elige sólo 3 metas
con las que sientas que tienes un alto nivel de compromiso y que las necesitas,
las anhelas, y te harán mucho bien en la vida. ¿Cuáles serán? Anótalas en tu
cuaderno.
Paso número 2 -
¿Qué representan esas metas para ti?
Sea lo que sea que hayas
descripto como tu triada de metas para el 2014, ahora te invito a que vayas más
allá y pienses ¿qué representan estas metas para ti? ¿Cuál es su significado en
tu vida? ¿Qué es lo que quieres lograr con ellas? Por ejemplo: si tu meta es
por fin abrir tu propio negocio y dejar de trabajar para otros, tal vez sientas
que lo que representa para ti es mayor flexibilidad horaria o mayor
independencia. Si tu meta es bajar de peso, cambiar de hábitos alimenticios y
comenzar a hacer actividad física, tal vez lo que esto significa para ti es un
mayor equilibrio, vitalidad y sensación de conexión con tu cuerpo. Permítete
unos momentos para reflexionar en este punto dado que es sumamente importante y
a veces la respuesta no resulta tan obvia. Busca dentro de ti lo que representa
o significa cada una de tus metas y asegúrate de que sientes que tiene sentido
para ti.
Estas respuestas te mostrarán los
valores o principios que representarán estas metas que quieres lograr. Y cuando
conoces cuáles son estos valores o principios, puedes aprender a vivir en
congruencia con ellos.
Paso número 3 – ¿Qué acciones
puedes ejecutar en tu día a día para ser congruente con esos valores que has
detectado?
Este punto es tan importante, que
te diría que es el la piedra angular de este método. Imagínate lo siguiente: tu
meta es lanzarte como profesional independiente y lo que esto representa para
ti es la libertad de poder elegir en qué momento trabajar, tener una amplia
flexibilidad horaria (al contrario de tu oficina anterior donde cumplías un
horario y era muy difícil modificar la rutina). Comienzas entonces a
desarrollar tu modelo de negocio y a dar los primeros pasos. Pero, para
organizarte mejor y porque al principio aún no tienes hábitos de emprendedor,
eres muy estricto con los horarios en los que trabajas. Te levantas temprano,
generas una nueva rutina, pero te olvidas de tus necesidades personales:
divertirte, conectar con otras personas, descansar. No haces actividades fuera
de lo laboral. ¿Cuánto tiempo tardarás en sentir que tu meta no es para nada la
que habías deseado? No mucho. Pero no tiene que ver con la meta, sino con lo
que haces para llegar a la meta. Claramente, estás siendo incongruente con tus
valores. ¿Cómo podrías ser congruente con tu valor de libertad para elegir el
trabajo y una amplia flexibilidad horaria? Muy simple: sabes que trabajarás
muchas horas al inicio, pero tienes una muy buena agenda y te permites, al
menos una vez por día, modificar tu agenda para darle lugar a una actividad
personal o placentera. También, al menos tres veces a la semana, comienzas a
trabajar más tarde y por la mañana haces un deporte que te apasiona (y que
antes te era imposible de practicar porque a esa hora estabas en la oficina).
Luego, te armas una estructura de trabajo sólida de manera que, cuando surge un
imprevisto o una invitación a algo diferente, la puedes tomar, luego
compensando tus actividades postergadas por dicho evento. ¿Ves la diferencia?
Te aseguro que no trabajarás menos que en el caso anterior, pero sí estarás
considerando como importante y dándole un lugar preponderante a tu necesidad de
ser flexible con los horarios. Este será el motor de tu nueva meta. Sin ese
motor, aceitado y funcionando cada mes, no cumplirás tu meta.
Paso número 4 – ¿Qué acciones o
tareas puedes llevar adelante cada mes para estar un pasito más cerca de tus
metas deseadas?
Como verás, aquí comienzan a
aparecer una serie de pasos para ponerte en marcha. Pensar en qué acciones
deberás llevar a cabo para lograr lo que quieres, no tiene que ver sólo con
querer lograr algo sino con ponerte a conseguirlo. Lo que aquí debes recordar
es que no es necesario que hagas nada drástico y que los cambios no suelen
suceder de un día para el otro. Pero lo importante de todo cambio es que sea
constante y consistente. Así que vale con que al menos pienses en una pequeña
acción que puedas hacer cada mes para estar un pasito más cerca de tus metas.
Por ejemplo: si lo que quieres es bajar de peso y tener mayor equilibrio
cuerpo-mente, tal vez el primer paso sea anotarte en un gimnasio para ir una
vez por semana (no para comenzar un entrenamiento intensivo que te durará 1 mes
y luego no irás más), o bien comenzar a caminar una hora 2 ó 3 veces por semana
en algún parque o plaza cerca de tu casa. Si, por ejemplo, quieres cambiar de
trabajo, tal vez una pequeña acción sea hacer un listado de qué tipo de trabajo
o tareas te gustaría desempeñar, o qué características tiene la empresa donde
te gustaría trabajar. Si tu meta es ser más ordenado, tal vez comiences dando
un primer paso comprándote una agenda, y al mes siguiente obligándote a anotar
todo allí. ¿Lo ves? Pasos simples, pequeños, pero que consistente y
sistemáticamente te lleven hacia tu objetivo.
Con esto, puedes diseñar un plan
muy básico pero que te ayudará paso a paso a llevar adelante tu meta. Así que
vuelve a tomar tu cuaderno, y escribe 12 acciones por cada una de tus metas,
una acción por cada mes para que sientas que estás avanzando hacia el logro de
tu objetivo del año.
Paso número 5 – ¿Cuáles serán tus
puntos de control?
Lo que has hecho en el paso
anterior carecería de sentido si no logras revisarlo de vez en cuando y
verificar si estás acercándote o alejándote de tu meta. Así que lo mejor es
marcar puntos de control. ¿Qué es esto? Es una fecha que marcarás en tu
calendario para revisar tu cuaderno, controlar el avance de tu meta, las
acciones que ya has realizado, y sus resultados. Si descubres que va todo bien,
felicitaciones, lo estás logrando poco a poco. Pero si descubres que no estás
acercándote a tu objetivo, estarás a tiempo para re-encaminarte. Por ejemplo:
si tu objetivo es tener una vida más equilibrada, por lo que te has anotado en
clases de todo lo que has deseado hacer alguna vez (arte, baile, actividad
física) y descubres que lejos de tener más equilibrio lo único que tienes son
más obligaciones, pues entonces no estás acercándote más a tu meta. Tal vez
debas eliminar algunos compromisos, derivárselos a alguien más (cuando son
cuestiones familiares o del trabajo) y pensar en tomarte un rato cada día para
meditar sobre cuáles son tus verdaderas prioridades y qué es lo que puedes
suprimir, delegar o simplemente sacar de tu radar para poder equilibrar mejor
tu vida. Recuerda que nunca hay malos resultados. Lo malo es no saber cuáles
han sido tus resultados para que puedas aprender de ellos y aplicar lo
aprendido.
Paso número 6 – ¿Cómo festejarás
tus logros?
Algo nuevo para un nuevo año,
porque me animo a pensar que no tienes el hábito de festejar cada uno de tus
logros, ¿es así? En cualquier caso, es un excelente hábito y te ayuda a
mantenerte motivado para tus próximos pasos. ¿Cómo funciona? Sencillo, por cada
una de las acciones que has marcado para cada meta, escribe junto a ella cómo
te premiarás por conseguirla. Si tu meta es bajar de peso y las acciones del
primer mes son: comenzar a hacer ejercicio o caminar 2 ó 3 veces por semana,
leer un rato de un nuevo libro sobre alimentación saludable y anotarte en una
clase de baile que te permita divertirte, al mismo tiempo que te mueves, ya
tienes 3 potenciales logros para festejar. ¿Cómo los celebrarás?
Recuerda hacerlo de forma
congruente con tus valores. Si buscas equilibrio en tu vida, vitalidad y una
vida sana, no te celebres con más comida. Si tus logros están relacionados con
un cambio de trabajo, puedes celebrarte con unas mini vacaciones para comenzar
con más energía el próximo empleo.
No tienen por qué ser grandes
celebraciones (aunque el límite lo pones tú mismo). Pueden ser pequeñas cosas
que disfrutas y que te podrían beneficiar. No omitas este paso, es una dosis
extra de motivación que te ayudará a lograr tus metas cada mes.