¿Sabía que todas las
personas pueden--y deberían--saber ejercer un buen liderazgo? El liderazgo
efectivo también es una habilidad que todo niño debería aprender.
A lo
mejor usted pensará: "¡No tengo habilidades de liderazgo!" o
"¡Prefiero que me digan lo que debo hacer!"
Sin
embargo, todos somos líderes. Todos tenemos un círculo de influencia de mayor o
menor envergadura, a pesar de que no estemos conscientes de eso y no siempre actuamos
como un líder.
Ya sea
por valores culturales, ignorancia, temor o simple comodidad, hay muchas
personas que no están asumiendo su rol de líder. Prefieren dejar esa
responsabilidad en manos de otros y no preocuparse del tema. A la hora de tener
una posibilidad de liderar un grupo o un proyecto, prefieren evadirse y
quedarse en las tribunas observando como los demás toman decisiones y actúan.
¿Usted no
cree que tenga o que sus hijos tengan--habilidades de liderazgo? A lo mejor
cree que algunos simplemente son líderes y otros tendrán que seguirles.
Todos
lideramos en un área de nuestras vidas y somos seguidores en otra. Hay que
saber hacer bien las dos cosas.
Sin
embargo, a diferencia de lo que muchos creen, un buen líder no nace, se hace.
Contrario a lo que muchos piensan, las habilidades de liderazgo se pueden
aprender.
Si nunca
se ha planteado esta posibilidad, ahora descubrirá 3 razones por las cuales
todos deberíamos aprender a ser mejores líderes y por qué deberíamos enseñar
habilidades de liderazgo a nuestros hijos:
1. Sin un
buen liderazgo, las cosas no cambian: Hacen falta buenos líderes. En un mundo que
está cambiando a una velocidad vertiginosa y nos obliga a adaptarnos
rápidamente a situaciones nuevas, se necesitan personas con iniciativa que saben
tomar decisiones oportunas.
2. Es su
responsabilidad: Alguien
dijo alguna vez que las cosas malas suceden porque los hombres buenos no
actuaron. No permita que usted sea una de esas personas pasivas o temerosas. Si
usted se ve confrontado con una situación que usted sabe que será perjudicial
para otros, debe actuar y debe saber actuar correctamente.
3. Es una
oportunidad de aportar: todos tenemos habilidades diferentes y estamos capacitados para
aportar nuestro grano de arena en cierta área de experiencia. No pierda la
oportunidad de beneficiar a otros y a "devolver la mano" con lo que
Dios le ha dado. La verdadera felicidad no se encuentra dentro de nuestro metro
cuadrado, sino más allá, al impactar positivamente sobre vidas ajenas.
Bettina Langerfeldt
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