Detectar la chispa de una idea, madurarla, proponerla en la
editorial, acordar el enfoque. Escribir entre 250.000 y 300.000 caracteres,
entregarlos, esperar dos o tres meses a que se defina el arte de tapa, la
distribución y toque el turno del lanzamiento. El libro en cuestión, cuando
pasa todo este proceso (más de seis meses seguro, un año lo más probable) corre
el riesgo de quedar desactualizado. Y más si se trata de un ensayo sobre
cambio, transformación o de exploraciones sobre el futuro.
Si hace referencias a alguna novedad de inteligencia
artificial tal vez le falte lo último en aplicaciones con GPT-3, el sistema de
lenguaje natural lanzado a mitad de 2020 pero que recién ahora se está
desplegando fuerte. Si hay menciones a la computación cuántica no incluirá la
primera oferta pública (IPO) del rubro, de Ionq, que se concretó en las últimas
semanas y le dio a la compañía una valuación de más de US$ 2000 millones. Si hay
un recorrido por la biotecnología faltarán las novedades de ciencia ficción de
las que nos estamos enterando todas las semanas, y lo mismo ocurre con la
“agenda verde” y otras avenidas de cambio.
Este es uno de los principales desafíos que enfrentan hoy
los autores de no ficción, en el campo del género que en inglés se conoce como
Smart thinking. ¿Cómo lograr que la obra no quede vieja ni bien llega a las
librerías? “Es un dilema permanente y difícil de resolver. Mi estrategia pasa
por tratar de pararme sobre algunos pilares que sé que van a permanecer”,
cuenta Melina Furman, que el mes que viene sacará un nuevo libro (su título
tentativo es Educar Distinto) por Siglo XXI. “En mi caso, estos pilares son
promover la curiosidad, el pensamiento crítico, la motivación y el aprendizaje
profundo, contextualizándolos en la actualidad de modelos de enseñanza
híbridos”, agrega. Para su nuevo libro Nada será igual, que distribuye Planeta
por estos días, el economista Martín Tetaz cuenta que tuvo que cambiar varias
veces el precio del bitcoin en su capítulo de criptomonedas, hasta que al final
optó por una fórmula genérica que no envejeciera. El valor de la moneda virtual
es como los modelos de celular en las series y películas de los últimos 20
años: “deschava” antes que nada la desactualización. Pero salvo ese detalle,
Tetaz sostiene que cuando el texto se basa más en lo que está cambiando (y no
tanto en pronósticos) se vuelve más perdurable. Algo similar le pasó a otro
economista, Eduardo Levy Yeyati, que el mes pasado publicó Dinosaurios y
Marmotas, por Capital Intelectual, una actualización de su Porvenir, de 2015.
El profesor de la Di Tella cambió menos en el texto, dice, de lo que pensó que
tenía que modificar, en parte por eso de que “la Argentina es un país del que
si te vas una semana cambia todo y si te vas diez años te das cuenta de que no
cambió nada”. La marmota hace alusión a la película protagonizada por Bill
Murray en la que el mismo día se repite una y otra vez (una metáfora que en
ciencias sociales se usa para describir a la Argentina desde que salió la
película, en 1993), y el dinosaurio a la frase de Augusto Monterroso: “Cuando
se despertó, el dinosaurio seguía allí”.
La segunda ola de la pandemia llega con muchas novedades en
materia editorial de no ficción, con una nueva normalidad que se resetea cada
vez más seguido y que se aborda desde el bienestar digital (Cómo domar tus
pantallas, de Martina Rua y Pablo Fernández, Conecta) hasta el riesgo climático
de Flavia Broffoni (Extinción, también de RHM). La editorial tiene en carpeta
para los próximos meses libros de Andrés Hatum, Eduardo y Bárbara Abadi, Sergio
Roitberg y Fabricio Ballarini, entre otros.
A nivel global, casi todos los autores más vendidos de no
ficción hicieron sus lanzamientos en este 2021 o los preparan para antes de que
finalice el año.
Malcolm Gladwell, Jurgen Renn, Kate Crawford, Michael Lewis
y los popes de la economía del comportamiento Daniel Kahneman y Cass Sunstein
son algunos de los autores con lanzamientos. Lo que sigue es un breve recorrido
por la no ficción de la segunda ola.
Decisiones en
hiperincertidumbre. Uno de los autores de Nudge, Sunstein, publicó el 27 de
abril en inglés Evitar la catástrofe, un ensayo sobre la teoría de decisión
para el Covid, la crisis climática y potenciales desastres de todo tipo. El
Nobel y padre de la economía conductual Daniel Kahneman, por su parte, lanzó
Ruido, que ya fue comentado en Álter Eco meses atrás, acerca de los errores que
cometemos cuando decidimos y que no son sesgos. En la misma línea de toma de
decisiones tuvo buenas críticas El mindset de scout, de Julia Galef, que
propone un método para “actualizar creencias” y no quedarse encerrado en el
sesgo de confirmación, en contraposición el “mindset de soldado”, mucho más
común, que rechaza todos los elementos que contradigan nuestras creencias
preestablecidas.
Los que la vieron
antes. Michael Lewis, tal vez el mejor escritor de novelas no ficticias de
economía, dejó de lado sus temas habituales para meterse de lleno con la
pandemia en La Premonición, un libro que sigue el derrotero de una pequeña
tribu de científicos que anticipó los riesgos de una pandemia antes que nadie.
Bucear profundo en el recorrido de una “pandilla de antihéroes” es lo que mejor
le sale a Lewis.
Conocimiento y
tecnologías exponenciales. Una de las estrellas del terreno de la
inteligencia artificial y su divulgación, la australiana Kate Crawford, publicó
El Atlas de la IA: Poder, Políticas y los Costos Planetarios de la Inteligencia
Artificial.
Desde una perspectiva histórica, Jurgen Renn propuso La
Evolución del conocimiento: repensando la ciencia para el Antropoceno, donde
explora una nueva mirada sobre la historia del conocimiento y las revoluciones
tecnológicas.
Las sugerencias de los párrafos anteriores fueron aportadas
a la nación por algunos lectores que siguen con entusiasmo la literatura sobre
cambio y trasformaciones sociales (Elio Rodríguez Marquina, Edmundo
Szterenlicht, Rocco Di Tella, Carlos Scolari y Jorge Vitali). Hay otros autores
conocidos que presentan proyectos que no tienen que ver con cambio pandémico.
En The Bomber Maffia, Malcolm Gladwell, una de las mejores plumas del género,
se mete con historias de innovación y estrategia de la Segunda Guerra Mundial.
Y Yuval Harari aceptó (luego de varias negativas) publicar su best seller
Sapiens en formato de historieta, con el dibujante francés Daniel Casanave y
con el guionista belga David Vandermeulen.
“¿Cómo lograr que una
obra no quede desactualizada cuando llega a las librerías, dada la actual
velocidad de transformación?”
“Este año se publican
nuevos libros de los principales autores de no ficción, desde Gladwell hasta
Kahneman, pasando por Lewis y Sunstein”
¿Dará alguno de estos libros el batacazo de Sapiens o de
Steven Pinker hace dos años con Ilustración ahora, para capturar un espíritu de
época y vender millones de ejemplares? Jean Cocteau, recuerda el crítico Daniel
Molina, dijo una vez: “Es más fácil vender 100.000 ejemplares en un año que
venderlos a lo largo de un siglo, pero estos últimos son los que verdaderamente
perduran”.
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