Con una calidad de vida cada vez mejor y, en muchos casos, con la voluntad de seguir en una actividad rentable, las personas que llegan a la edad madura buscan productos y servicios cuyo nivel de oferta suele no ser el adecuado.
En la película ganadora del Oscar, Nomadland, aparece Bob Wells, encarnado por él mismo. Se trata de un líder de nómades, a quienes invita a vivir una vida sencilla, a bordo de una caravana. Entre sus seguidores hay personas que, habiendo trabajado durante años sin pausa, se retiraron con jubilaciones que están lejos de alcanzar para mantener su estilo de vida. “La analogía para mí es el caballo que está dispuesto a trabajar hasta que lo retiren. Es lo que nos pasa a muchos. Si la sociedad se deshace de nosotros y nos envía a retiro, debemos juntarnos y cuidarnos entre nosotros”, dice Wells.
Sin embargo, muy lejos de la melancolía, hay una tendencia a
mostrar con datos y con hechos que el pase forzado a retiro es, o debería ser,
cosa del pasado. La vida saludable se extiende, los años productivos se
multiplican y los seniors tienen mucho para aportar a la sociedad. Y
esto incluye al plano de la economía.
El tema fue la base argumental de un encuentro organizado
por el Centro de Innovación de la Universidad de San Andrés junto con el Centro
de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, que llevaron adelante el
seminario online titulado: “La revolución de la longevidad y las oportunidades
estratégicas para las empresas”.
Allí se presentó el libro La revolución de las canas,
editado por Planeta, con la presencia virtual de sus autores, Antonio Huertas,
presidente del Grupo Mapfre, e Iñaki Ortega Cachón, director de Deusto Business
School. Además, se analizaron las tendencias mundiales en la denominada “silver
economy”.
“En España, a principios del siglo XX, solo uno de cada cien
habitantes llegaba a los 65 años; hoy, el 95% de las personas los supera”, se
expresa en el libro. Se refiere también a que “hay una nueva etapa vital
entre los 50 y los 70 años, que se ha bautizado como la generación silver.
La revolución de las canas traerá un cambio radical, porque permitirá
que millones de personas de esa edad sigan trabajando, ahorrando, creando y
consumiendo, lo que hará posible que nazcan nuevas industrias para
servirles y nuevos emprendedores, muchos de ellos también seniors, que
encuentren oportunidades donde nadie pensó que podía haberlas”.
Según un estudio elaborado por la consultora PwC, estimular
el empleo en los adultos mayores y extender su vida laboral genera un
crecimiento en la economía que podría llegar a aumentar el producto bruto
interno (PBI) en US$ 2000 millones solo en los países de la OCDE. El
PwC Golden Age Index calcula que entre 2015 y 2050 la cantidad de trabajadores
de 55 años o más en países de altos ingresos crecerá un 50%. Lejos de
imaginarse un retiro frente a la televisión y en pantuflas, son personas que,
en general, quieren seguir participando en el mercado laboral, tanto en las
empresas como en emprendimientos propios, para ganar dinero y mantenerse
activos física y mentalmente.
Mercedes Jones, directora de Proyectos del Centro de
Innovación Social (CIS) de la Universidad de San Andrés, analiza: “Verificamos
en nuestra sociedad rechazo y miedo a la edad adulta. Esto obstaculiza
la creatividad y detiene la innovación económica, empresarial, gubernamental y
comunitaria. La ignorancia genera sufrimiento social innecesario en el plano
social e individual”.
Según datos presentados por la Universidad, en la
Argentina y en solo un siglo, aumentó 27 años la esperanza de vida. Hay
más de 6 millones de personas de más de 60 años, que hoy son más sanas más
educadas y vitales que sus padres. Desde el CIS se proponen “promover el conocimiento
de la longevidad positiva”. Entre sus objetivos está detectar iniciativas para
generar ingresos y ocupación.
“En la Argentina, hay un estado de trance en el que se cree
que la sociedad permanece joven. No absorbimos que millones de personas viven
su edad adulta con dinamismo; todos podemos llegar a ser longevos”, dice Jones.
Y agrega: “Hay una nueva longevidad, pero visibilizarla está pendiente”.
Según comenta Iñaqui Ortega, “las canas aparecen a partir de
la mediana edad, los 40 largos. Es una etapa donde empezás a estar en las
sombras, eres invisible”, sentencia. “Durante miles de años ha sido así. La
vida terminaba a los 40. Hoy estamos frente a otra realidad: en los últimos 20
años le ganamos 3 meses por año a la vida”.
En cuanto al mercado laboral, Ortega afirma que el segmento
senior “tiene más experiencia, más resiliencia. Las empresas
que no los tienen en cuenta no son un reflejo de la sociedad. El 25% de la
población tiene más de 50 años, ¿a quien se le ocurre prescindir de ellos?
Quienes discriminan por edad ofenden a esa parte de la población. Y ellos han
decidido que no se quedarán callados”.
Deseos y expectativas
Con bastones, pegamento para dentadura postiza, con
incontinencia, con problemas físicos de toda índole o tecnológicamente ineptos.
Así se los suele representar a los adultos mayores, muchos de los cuales no se
identifican con estas imágenes. Según un estudio de Ipsos, existe una triple
descalificación por parte de la sociedad que está lejos de la realidad: son
obsoletos frente a las nuevas tecnologías, son una carga impositiva y no
consumen ni gastan si no es en elementos para la salud. Sin embargo,
en el mundo cuentan con un caudal de dinero 11 veces mayor que el de
los millennials y basan su vida en tres ejes: libertad, deseo y
dinero. Les gusta gastar en viajes, en cuidado y bienestar y en productos para
la casa. Además, durante la pandemia incrementaron las compras online. Son
activos, hacen ejercicio físico y privilegian los vínculos.
En la Argentina, una propuesta de cuatro amigos publicistas
entendió esta visión. A través del sitio www.amantesdelobueno.com, cuentan que “nos
dimos cuenta de que había pocas o casi ninguna plataforma pensada y diseñada
para los “seniors” de este mundo: un espacio donde pudieran/pudiéramos hablar
de nuestras inquietudes, de nuestras ganas de hacer cosas, de seguir
aprendiendo y viviendo experiencias enriquecedoras”.
Según Ortega, tal como hace esta plataforma, es necesario
reconfigurar la oferta de productos y servicios para estos adultos, para
invitarlos a cumplir con sus deseos y expectativas. El rediseño de residencias,
con tecnología de primera calidad; la educación para nuevos emprendedores;
planes de ahorro para pasar con creces los 70 años y para hacer el viaje de los
sueños; las ciudades y países amigables para mayores, con menos impuestos como
Portugal o Grecia... Son todas oportunidades de negocios que todavía
deben descubrirse.
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