La sensación de pánico que ha generado esta pandemia en la
sociedad a nivel global dejará consecuencias muy marcadas en los hábitos de
vida, que se verán en las formas de consumo y de compra. Y me refiero también a
las actividades que estuvieron exentas y que pudieron seguir trabajando
(supermercados, farmacias, alimentos y bebidas, ferreterías, etcétera) . Todo
esto impulsará el desarrollo de nuevos modelos de negocios que solo la
creatividad innovadora y comercial podrá encontrar y los emprendedores,
implementar.
Hay un cambio cultural en el trabajo. En los primeros 30
días de la cuarentena muchos se han enfrentado al desafío del homeoffice,
en el que muchos empresarios no creían porque estaban acostumbrados a ver a su
gente trabajar en la empresa, a que todos llegaran de manera puntual y a contar
con ellos cuando se los necesitaba. No pocos me confiaron que, con respecto al
trabajo en sus casas, tenían el prejuicio de que no se estuviera trabajando o,
al menos, de que no se estuviera haciendo el trabajo responsablemente.
De la crisis aprendimos que podemos trabajar desde nuestras
casas y que digitalmente se puede hacer mucho más de lo que hacíamos. Además,
hay muchas herramientas digitales que no se usaban.
También hay cambios en los hábitos de vida. Con los
confinamientos han surgido parejas a las que les gustaba mucho salir a comer
afuera y que, ahora que no pueden, descubrieron el atractivo por reinventarse
y, en algunos casos, el gusto por cocinar o por otras tareas, como arreglos en
la casa. Muchos se sorprendieron al adquirir habilidades antes desconocidas.
Ello, sin lugar a dudas, brinda oportunidades de negocios para este público.
En cuanto a los hábitos de compra, se ha tomado conciencia
del peligro para la salud que significan las aglomeraciones de gente, sea en
supermercados o en otros comercios. Y muchos decidieron comprar desde la casa a
través de aplicaciones o plataformas digitales. Mercado Libre, por ejemplo,
consiguió 2 millones de clientes en tan solo 45 días.
Ha explotado el e-commerce de manera
repentina, lo que trae aparejado otro desafío, el relacionado con el delivery y
la logística. Y buscar una mayor eficiencia exigirá un desarrollo constante de
tecnologías.
Algunos ejemplos de adaptaciones en este sentido son la
empresa Servientrega (empresa familiar colombiana), que usa ecobicis y Green
Cars para sus entregas; la firma Matternet (primera aerolínea estadounidense de
drones), que realiza entregas con drones en el sector sanitario; la compañía
Alibaba, que hace envíos con robots sin conductores.
Hay también casos de empresas que se tuvieron que inclinar
por el e-commerce sin saber cómo hacerlo. Este contexto es muy
dinámico.
Hay avidez por el comercio electrónico, pero muchos no tienen
claro cómo manejarlo. Todo está pasando muy rápido y la velocidad del cambio
será una ventaja competitiva.
En el área del estudio y la capacitación, explotó el e-learning,
que es un sector que ya venía desarrollando cada vez mejores plataformas tecnológicas.
Está el caso del Canvas y se prevé que su crecimiento será exponencial. La
escuela de negocios ADEN, con casa matriz en Mendoza, ya tiene su
universidad online en Estados Unidos, en el estado de Florida.
En el caso del turismo, uno de los sectores más castigados,
vemos el caso de reinvención de negocios como el de Greecefromhome,
una empresa que está convencida de que la economía se encamina al mundo digital
a través de la realidad virtual. En este caso, se ofrece una experiencia de
turismo cultural, con visitas a países seleccionados y con elección de temas de
interés (historia, arquitectura, música, comidas, etcétera).
Para reinventarnos ya no dependemos de un fundador
visionario. Las tecnologías que existen, que se aplican en los negocios (agrícolas,
ganaderos, industriales, comerciales, servicios) y que se pueden adquirir,
exigen formar equipos talentosos interdisciplinarios. Dave Ulrich, referente en
recursos humanos a nivel mundial, en la Cumbre Latinoamericana de
Management online organizada por ADEN en mayo, dijo que la
clave para superar la crisis estará más que nunca en contar con gente
talentosa, con liderazgo y con organización para llevar adelante los cambios.
¿Quién es responsable de que esto suceda? El líder de la organización. Gente
talentosa no es suficiente si no trabaja de manera organizada.
Los talentos están desaprovechados porque aún las empresas
evalúan a sus colaboradores por los KPI (indicadores claves de desempeños),
dándole prioridad a la eficiencia, pero sin promover la innovación. Falta una
cultura creativa, una cultura orientada a conocer qué está pasando en el mundo:
cómo está cambiando el sector a partir de esta crisis, hacia dónde cambian los
hábitos de consumidores y clientes.
La empresa familiar suele quedarse encerrada. Sus directivos
no tienen tiempo porque están focalizados en cómo salir de la crisis, lo cual
es razonable pero no suficiente, porque cuando lo consigan ya será tarde para
reinventarse, dado que otros lo habrán hecho primero.
Aquí es donde las empresas familiares tienen la gran
oportunidad para internacionalizarse. Porque les resultará más fácil hacerlo
desde lo digital. Esta es la oportunidad para que los líderes de empresas
familiares aprendan a trabajar en equipo con sus hijos, con las generaciones
millennials y centennials. Será muy enriquecedor para todos, con unos
aprendiendo de los otros y con todos tras un objetivo común. Será una
oportunidad única en la cual la generación joven podrá mostrar todo su
potencial y sus limitaciones, pudiendo todos ver quiénes son los mejores
candidatos para la sucesión del líder familiar. Esta crisis da una experiencia
única en la que cada uno puede mostrarse como es.
Con seguridad, descubrirán el inmenso campo que ofrece la
inteligencia artificial para los negocios: conocer los hábitos y
comportamientos de los clientes y consumidores, quienes compran, qué compran,
cuándo compran, con qué frecuencia, dónde, etcétera. Además, el aprovechamiento
del networking permitirá desarrollar modelos de negocios
asociativos a través de las aplicaciones o plataformas que permiten unir oferta
y demanda.
Será entonces una competencia descomunal, librada más a la
creatividad comunicacional y a los millones de emprendedores que están luchando
por posicionar sus marcas en mercados locales y globales.
En síntesis, desde lo macro habrá fuertes cambios de
paradigmas del que surgirán millones de emprendimientos nuevos. Los
protagonistas serán quienes sepan ver las oportunidades y ejecutarlas,
aprendiendo a trabajar con equipos multidisciplinarios e intergeneracionales,
donde se verán cómo los grandes grupos económicos irán perdiendo importancia
relativa en sus sectores.
Santiago Dodero. Economista, autor de libros como Método EFE (El Ateneo, 2019) y
cofundador de ADEN Business School
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