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domingo, junio 07, 2020

Cuarentena. Las cinco nuevas paradojas del consumo

Las ventas de la canasta básica crecieron 4,1% en abril aunque las perspectivas para los próximos meses no son positivas. Fuente: LA NACION

Por segundo mes consecutivo, abril cerró con una suba en las ventas en los supermercados, en un escenario impensable analizando cómo había comenzado el año. De acuerdo a los datos de la consultora Scentia en abril la demanda de artículos de la canasta básica (alimentos, bebidas, tocador y limpieza) creció un 4,1% frente al mismo mes de 2019 y los datos preliminares indican que la tendencia positiva se mantuvo durante mayo. En el sector sin embargo explican que esta reactivación de la demanda difícilmente se mantenga en la segunda mitad del año y precisan que la recuperación del consumo viene acompañada por cambios en los hábitos de compra completamente inéditos

Paradoja 1: La gente no elige más por precio

En abril las ventas totales de la canasta básica crecieron un 4,1% pero los resultados por canal no fueron parejos. Las grandes cadenas de supermercados sufrieron una baja del 1,2%, mientras que los autoservicios tuvieron un incremento del 8,2 por ciento. Lo llamativo es que la diferencia en los resultados se produce en un momento en que la brecha de precios entre los dos canales se agrandó. Según los datos de Scentia, en promedio los precios en los supermercados en abril acumularon un alza interanual del 54,5%, como producto de los controles de la Secretaría de Comercio que obliga a todos los comercios a retrotraer los precios a nivel prepandemia. Estos controles tradicionalmente son más rigurosos en los grandes supermercados, lo que explica que la suba acumulada en los precios de los mayoristas haya sido mucho mayor: 65% interanual. Pese a esta disparidad la mayoría de los consumidores optó por hacer sus compras en los comercios de barrio, que son abastecidos por los mayoristas. "Seguramente el impacto de las colas que hay que hace para entrar a los supermercados y el temor a contagiarse llevó a muchos clientes a elegir ir al autoservicios barrial o al almacén", explicó Osvaldo del Río, director de Scentia.

En los supermercados además alertan que el panorama del sector está lejos de mostrar una reactivación sostenible en el tiempo. "Creer que íbamos a poder mantener los niveles de marzo, donde la gente salió a stockearse ante un escenario desconocido, era imposible. Mayo fue un poco peor que abril, que a su vez empeoró con respecto a marzo. La retracción del canal tiene que ver con la ventaja de cercanía de los autoservicios independientes, pero también con restricciones de horario y limitaciones a la cantidad de clientes que pueden circular o limitaciones de productos que pueden vender. Lo mismo con los aumentos de los costos, con hasta un 30% en algunas cadenas de personal sin trabajar por situaciones de exención", explicó Juan Vasco Martínez, director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU).

Paradoja 2: Los fines de semana ya no son el día más caliente en ventas

La gran mayoría de los argentinos está cumpliendo el aislamiento obligatorio y se queda en su casa, ya sea manteniendo su ritmo de trabajo habitual vía el home office o sin poder cumplir con sus tareas laborales habituales. En cualquiera de los casos, la gente cuenta con más tiempo en la semana para ir a hacer las compras. Esta nueva normalidad se traduce en que los fines de semana perdieron relevancia en las ventas para las grandes cadenas. Los sábados se defienden un poco mejor, pero los domingos en cuarentena pasaron a ser uno de los días más flojos en ventas, cuando antes eran de los más hot en materia de facturación y presencia de los clientes en los locales.

Los fines de semana dejaron de ser los días de más ventas para los supermercados. Fuente: LA NACION - Crédito: Fabian Marelli

Paradoja 3: El principio de mes no se siente tanto en las góndolas

Antes de la cuarentena, cuando se analizaba los datos de venta de los supermercados se encontraban grandes variaciones a lo largo del mes. Sin importar el target de la cadena, el primer fin de semana era por lejos el más importante para las empresas del rubro que se veían beneficiadas por un flujo adicional de clientes que habían cobrado su sueldo. Con las demoras y suspensiones en el pago de salarios que se viven hoy, este factor "principio de mes" se fue diluyendo. "Hoy la demanda está más pareja en todo el mes e incluso se ve un repunte a partir del día 7 u 8, lo que se explica porque hay muchos trabajadores que están cobrando más tarde su salario" , señaló Del Río.

Paradoja 4: El consumo hoy está creciendo pero será un mal año para el sector

Con las subas de marzo y abril, en los primeros cuatro meses del año las ventas de la canasta básica acumulan un incremento del 4,3% frente al mismo período de 2019. En el sector dan por descontado que la tendencia positiva, aunque un poco atenuada, se mantuvo durante mayo y seguramente seguirá los mismos pasos en junio. Pese a estos números positivos, el pronóstico para todo el año no es precisamente muy optimista. "Hoy el consumo masivo se ve favorecido porque la gente no puede realizar otros consumos y vuelca gran parte de sus ingresos a este tipo de compras. Pero este efecto no puede ser eterno en el tiempo y en la medida en que la cuarentena se traduzca en menos ingresos por menor actividad para más sectores de la economía también se va a resentir el consumo", explica Del Río. En el escenario más optimista para el segundo semestre proyectan una caída de entre 1 y 3%, con lo cual 2020 terminaría empatado o con una muy leve mejora frente a 2019. En el escenario más pesimista, la caída en la segunda mitad del año llegaría al 12% y el balance de todo el año sería muy negativo.

En cuarentena las ventas de la categoría alcohol cayeron por las menores ocasiones de consumo como asados o juntadas de amigos. Crédito: Archivo

Paradoja 5: En cuarentena la gente toma menos alcohol

De acuerdo a los datos de Scentia, el rubro de bebidas con alcohol fue junto con las golosinas el más golpeado por la pandemia. En abril las ventas de la categoría se derrumbaron un 12,3% en volumen, lo que podría entrar en contradicción con la idea de que en cuarentena la gente termina tomando más vino, cerveza o bebidas blancas. En Scentia destacan que los malos resultados de la categoría se explican por la caída en el consumo social de alcohol. "Se perdieron ocasiones de consumo que son fundamentales para la categoría como los asados, los cumpleaños y las juntadas de los más jóvenes", precisó Del Río.


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