El Covid-19 trajo cambios en la forma en que vivimos,
trabajamos, nos conectamos, compramos, socializamos... En fin, impactó de tal
manera en nuestros hábitos que esos cambios no solo se ven y verán reflejados
el corto plazo, sino que continuarán impactando en los próximos años.
Estamos frente a un entorno de constante cambio e
incertidumbre frente a ciertos temas, pero creo que, frente a otros, tenemos la
clara necesidad y responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias
ayudando a desarrollar "resiliencia humana". Me refiero a la
habilidad de adaptarse y comprometerse en momentos difíciles. Se potencia la
imperiosa necesidad de ser "líderes responsables". Liderar con
empatía y cercanía, preocupándonos por nuestros colaboradores y vecinos, por
nuestra comunidad, por nuestra cadena de valor -clientes y proveedores- es algo
que toma más relevancia que nunca.
Prácticamente todas las empresas están tomando decisiones
que afectarán la forma de trabajar en el corto y en el largo plazo. La
velocidad y agilidad son esenciales en un momento en el que los equipos y la
sociedad se esfuerzan por seguir en marcha. Siempre supimos de la importancia
de confiar en nuestros líderes, pero hoy toma una relevancia central y mayor
que antes.
En nuestra experiencia dentro de Accenture en América
Latina, con las más de 30.000 personas trabajando en los equipos, la confianza
se sustenta en la capacidad de los líderes para satisfacer tres niveles de
necesidades: las físicas, las mentales y las relacionales. Lo físico, en cuanto
a podamos sentirnos seguros y a salvo; lo mental, en lo que se refiere a ayudar
a construir resiliencia psicológica, y lo relacional, porque es importante
poder conectar y pertenecer tanto al propósito como a la contribución de la
empresa a la comunidad. A continuación, algunas acciones que responden a
urgencias de hoy y que, a su vez, nos permiten prepararnos para mañana.
Hoy la gente está preocupada por sus necesidades más
básicas, sus ingresos, su empleo. Es muy importante guiar a las personas para
que se centren en lo clave, liberándolos de tareas y trabajos innecesarios. Los
colaboradores se acordarán de las voces y los rostros que lideraron el cambio.
Es importante ser sabio y actuar con intelecto, pero también y, sobre todo,
siendo compasivos, atentos y más humanos que nunca.
El propósito y los valores de la compañía deben estar
presentes en las comunicaciones e iniciativas, activando en los empleados los
sentimientos de pertenencia, conexión y contribución a la sociedad.
El Covid -19 no ha dejado elección a muchas compañías: llegó
de golpe, sin avisar, sin poder planificar. Los últimos 90 días fueron de alta
velocidad en la adaptación de modalidades. Es importante reflexionar en las
oportunidades de aceleración de la colaboración humano + máquina y apoyar a las
personas en la transición hacia formas de trabajo más digitales. Repensar la
transformación de las tareas y hacerlo en forma inclusiva. No permitir que la
crisis del "ahora" nos frene para avanzar hacia el
"mañana". Reservarse dos horas al día para centrarse en el futuro de
la organización será de altísimo valor y ayudará a cada organización a ir más
allá del ahora y a prepararse para el futuro, para un futuro nuevo que,
claramente, tiene la necesidad de ser más humano.
Alejandra Ferraro. Líder
de Recursos Humanos para Latinoamérica en Accenture
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