Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

sábado, febrero 08, 2020

¿Qué tipo de líder eres?

En el actual contexto de evolución tecnológica y entornos VUCA, ser un buen líder implica abrazar la innovación, gestionar el cambio, y proyectar carisma y credibilidad a los miembros del equipo. A todo eso se suma la correcta comunicación de la cultura corporativa, y la actitud que adopte y proyectes como jefe ante la plantilla.

Es por todo ello que Jaap Boonstra, profesor visitante del Departamento de Dirección de Personas y Organización en Esade en este artículo, ha identificado los cuatro estilos de liderazgo que tienen más probabilidades de instaurar con éxito una cultura innovadora en las empresas:

1. Liderazgo emprendedor

Los líderes emprendedores son también carismáticos porque persiguen impulsarlas ideas nuevas en las que creen. Se caracterizan por tener una gran iniciativa, motivación, y una imperiosa necesidad de triunfar. Estos líderes usan su sueño para atraer a otras personas que comparten su misma visión de futuro.
Además, a menudo son personas inspiradoras y exigentes, y como fundadores de la empresa, crean una cultura organizativa basada en sus valores y motivaciones. 
Según el experto de ESADE, este tipo de jefe también se caracteriza por una mentalidad estratégica y orientada a la acción, capaz de desarrollar innovaciones disruptivas con el status quo existente.
Pero este estilo de liderazgo no sirve para todas las organizaciones. Los jefes emprendedores experimentan tensiones cuando la empresa comienza a crecer, ya que existe una necesidad de adaptación y coordinación que requiere otro estilo de liderazgo.

2. Liderazgo transformador

Se trata de un estilo de liderazgo que motiva a las personas y las transforma. Sus líderes conocen en profundidad los valores, necesidades y emociones de su entorno, y por eso tienen una gran conciencia social.
Además, desgrana Boonstra, son personas curiosas y con muchos intereses. Muestran una actitud de aprendizaje, son conscientes de sí mismas y conocen sus fortalezas y debilidades.
Los líderes transformadores saben reconocer cuándo es necesario modificar las normas establecidas, escuchan a los demás y son capaces de confiar en ellos e inspirar confianza. De hecho, este tipo de personas se erigen como un modelo a seguir por los miembros de su equipo.
Es gracias a esto que pueden surgir nuevos líderes transformacionales dentro de la organización ya que el liderazgo es una capacidad que, aunque en ocasiones es innata, puede desarrollarse y ser entrenada.

3. Liderazgo participativo

El liderazgo participativo es aquél que más en cuenta tiene las aportaciones de los miembros del equipo y el que basa su toma de decisiones en dichas aportaciones. Para hacerlo, son personas que conocen lo que es importante dentro y fuera de la organización.
Son conscientes de su entorno, tienen conciencia social y se conocen a sí mismos. Su sensibilidad ante lo que les rodea les permite ver nuevas posibilidades, y les permite conectar con las emociones y ambiciones ajenas.
No solo eso. Los líderes participativos son capaces de dirigir la energía de las personas de la organización hacia el futuro. Se caracterizan por ser personas accesibles y cercanas, que se interesan por las opiniones de los demás, valoran la sinceridad y no temen hablar de sus emociones, o de consultar a los demás para superar sus puntos débiles.

4. Liderazgo carismático

Un líder carismático debe contar con una serie de cualidades, como generar confianza, entusiasmo, energía, positivismo, capacidad de persuasión para asignar tareas y proyectos, y, por encima de todo, inspirar a los trabajadores a hacer un buen trabajo.
En momentos de crisis, este tipo de personas se ofrecen como voluntarias para identificar la situación y abordarla. Expresan sin ambigüedad lo que consideran importante, lo que valoran y lo que claramente rechazan.
Como iniciadores del cambio cultural, señala el experto de ESADE, dan nombre a los acontecimientos, comparten interpretaciones e invitan a los demás a compartir su visión. Así, crean un espacio para el diálogo y la creación de significado.


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