Es por todo ello que Jaap Boonstra, profesor
visitante del Departamento de Dirección de Personas y Organización en Esade en este artículo, ha identificado los cuatro
estilos de liderazgo que tienen más probabilidades de instaurar con
éxito una cultura innovadora en las empresas:
1. Liderazgo emprendedor
Los líderes emprendedores son también
carismáticos porque persiguen impulsarlas ideas nuevas en las que creen. Se
caracterizan por tener una gran iniciativa, motivación, y una
imperiosa necesidad de triunfar. Estos líderes usan su sueño para
atraer a otras personas que comparten su misma visión de futuro.
Además, a menudo son personas inspiradoras y
exigentes, y como fundadores de la empresa, crean una cultura organizativa
basada en sus valores y motivaciones.
Según el experto de ESADE, este tipo de jefe
también se caracteriza por una mentalidad estratégica y orientada a la
acción, capaz de desarrollar innovaciones disruptivas con el status quo
existente.
Pero este estilo de liderazgo no sirve para todas las
organizaciones. Los jefes emprendedores experimentan tensiones
cuando la empresa comienza a crecer, ya que existe una necesidad de adaptación
y coordinación que requiere otro estilo de liderazgo.
2. Liderazgo transformador
Se trata de un estilo de liderazgo que motiva a las
personas y las transforma. Sus líderes conocen en profundidad los
valores, necesidades y emociones de su entorno, y por eso tienen una gran
conciencia social.
Además, desgrana Boonstra, son personas curiosas
y con muchos intereses. Muestran una actitud de aprendizaje, son
conscientes de sí mismas y conocen sus fortalezas y debilidades.
Los líderes transformadores saben reconocer cuándo es
necesario modificar las normas establecidas, escuchan a los demás y son capaces
de confiar en ellos e inspirar confianza. De hecho, este tipo de
personas se erigen como un modelo a seguir por los miembros de
su equipo.
Es gracias a esto que pueden surgir nuevos líderes
transformacionales dentro de la organización ya que el liderazgo es
una capacidad que, aunque en ocasiones es innata, puede desarrollarse y ser
entrenada.
3. Liderazgo participativo
El liderazgo participativo es aquél que más
en cuenta tiene las aportaciones de los miembros del equipo y
el que basa su toma de decisiones en dichas aportaciones. Para
hacerlo, son personas que conocen lo que es importante dentro y fuera de la
organización.
Son conscientes de su entorno, tienen conciencia
social y se conocen a sí mismos. Su sensibilidad ante lo que les rodea
les permite ver nuevas posibilidades, y les permite conectar con las emociones
y ambiciones ajenas.
No solo eso. Los líderes participativos son
capaces de dirigir la energía de las personas de la organización hacia el
futuro. Se caracterizan por ser personas accesibles y cercanas, que
se interesan por las opiniones de los demás, valoran la sinceridad y no temen
hablar de sus emociones, o de consultar a los demás para superar sus puntos
débiles.
4. Liderazgo carismático
Un líder carismático debe contar con una
serie de cualidades, como generar confianza, entusiasmo, energía,
positivismo, capacidad de persuasión para asignar tareas y proyectos,
y, por encima de todo, inspirar a los trabajadores a hacer un
buen trabajo.
En momentos de crisis, este tipo de personas se ofrecen como
voluntarias para identificar la situación y abordarla. Expresan sin
ambigüedad lo que consideran importante, lo que valoran y lo que
claramente rechazan.
Como iniciadores del cambio cultural, señala el
experto de ESADE, dan nombre a los acontecimientos, comparten
interpretaciones e invitan a los demás a compartir su visión. Así, crean un
espacio para el diálogo y la creación de significado.
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