El cantante británico
Ed Sheeran anunció su retirada de la música y de las redes el pasado mes de
diciembre. Y la joven australiana 'Tones and I', cuyo tema 'Dance Monkey' ha
llegado al número uno en varios países, cantaba en la calle cuando su actual
representante la descubrió. Antes había colgado sus canciones en 'YouTube' sin
obtener el éxito y la gran viralización en redes que ahora vive.
Utilizar las redes
sociales con unos objetivos definidos evitando publicar por impulso y controlar
la necesidad de contar en todo momento lo que se hace es la mejor estrategia
para no caer en la nomofobia que, en muchos casos, conduce al abandono de la
presencia digital.
Gracias a todos, pero esto dejó de compensar". Con poco
más de 40 caracteres, Lorenzo Silva finalizaba su mensaje de despedida de
Twitter hace ahora un par de años. El escritor daba así carpetazo a su
participación activa durante ocho años en una red que ahora sólo se dedica a
difundir su actividad y su obra. Parece que aquello que en su momento fue
noticia, se está convirtiendo en algo habitual entre los que, además de
famosos, son tildados de influencer por el puñado de clics que consiguen y el
número de seguidores que suman cada día. Hace poco más de un mes Ed Sheeran
anunciaba su retirada de la música y de las redes sociales. Tones and I, que
con su tema Dance Monkey superaba el mes pasado el récord de permanencia del
cantante pelirrojo como número uno en el ránking musical Aria, alcanzó el éxito
cuando dejó de subir sus canciones a la red y decidió tocar en las calles de
Byron Bay en Australia. De eso habla en su tema que, eso sí, luego se ha
viralizado en las redes.
Por qué se van
Todo apunta a que el entorno 2.0 no es para tanto, y estar o
no estar es una decisión, que poco a poco, deja de ser cuestionada. Y no sólo
eso. Los más jóvenes comienzan a desengancharse de manera voluntaria. Un
análisis de Edison Research y Triton Digital de 2019 muestra que el uso de las
redes sociales entre los estadounidenses de 12 a 34 años se mantiene estable o
está disminuyendo. También del año pasado es una investigación del Global Web
Index que recoge que el tiempo que permanecen los Millennials y sus hermanos
pequeños de la Generación Z en las plataformas sociales es plano, está
disminuyendo o no aumenta tanto como años anteriores. ¿Ser antisocial es la
nueva estrategia para ser influencer? ¿Por qué se renuncia a los likes?
Entre los motivos que justifican este abandono, Andrés Pérez
Ortega, consultor de Marca Personal, señala redes sociales más recientes como
Instagram o Tik Tok que están frivolizándolo todo: "Hemos pasado del
contenido más o menos razonado de los blogs a otros más superficiales como
Facebook, hasta llegar a la imagen o vídeos que sólo buscan el
entretenimiento". Se lamenta de que "de esa fuente universal de
conocimiento que nos dijeron sería Internet, hemos acabado en un entorno de
contenido basura de consumo rápido". También menciona otro motivo que
ilustra con el mito de Sísifo: "Cada día vuelves al punto de partida y
nunca llegas a ver resultados de tu inversión en tiempo y, a veces, de
disgustos".
Raquel Roca, autora de Knowmads, los trabajadores el futuro
y Silver Surfers (ambos de Ed.Lid), se muestra más optimista: "Por suerte
cada vez son más las personas detrás de las redes sociales, incluyendo a las
'mentes pensantes', que se están dando cuenta de que el valor no está en los
likes, sino en la utilidad de las relaciones digitales. De ahí que Instagram ya
haya anunciado que va a comenzar a probar la eliminación de estos marcadores a
nivel global". Una medida que no es descabellada porque, como afirma
Gonzalo Martínez de Miguel, director de Infova, tal y como está planteado,
"el nivel medio de reflexión de las redes sociales es muy bajo. Creo que
muchas personas no quieren participar en ese juego de mediocridad".
Ni todo ni nada
Quizá publicar una vez al mes contenido interesante puede
generar curiosidad y aumentar el número de seguidores online. Un vez más, en el
equilibrio reside la virtud. Carlos Rebate, autor de Influencers (Ed. Empresa
Activa), no cree que las redes sean una panacea, pero tampoco cree que se deban
abandonar: "Siempre que las usemos con prudencia, nos sintamos capaces de
activar y desactivar nuestro modo digital, conectando con el humano, y de
decidir de manera consciente en qué momento dejamos que la sociedad nos invada,
entonces, estará bien". Desde un punto de vista profesional y de
desarrollo de carrera, Andrés Fontenla, socio director de la firma de
headhunter Recarte &Fontenla executive search, asegura que las redes deben
ser cultivadas con moderación, "considero que es fundamental contar con
una imagen pública que te conecte con el ámbito que dominas, por lo que cierta
visibilidad es necesaria. Sin embargo, no hay que desvivirse para contar en
todo momento lo que se hace. Se corre el riesgo de perder la naturalidad y
entrar en una espiral de radiar todo buscando la satisfacción en los likes,
olvidando los verdaderos objetivos".
Es por esta razón que Rebate recomienda "acotar el
tiempo que dedicamos a las redes y acudir a ellas con una intención. También
conviene relajarse, no es necesario publicar contenidos a diario, ni tampoco
hay necesidad de estar en todas las redes, sólo en aquella que sirva a nuestro
propósito". Subraya que el contenido es prioritario: "Es importante
definir nuestro propio 'contrato social' que nos garantice que somos dueños, y
no esclavos, del destino digital que hemos escogido para nosotros".
Pérez afirma que para hacer un uso sano de las redes
sociales hay que ser menos social: "Habrá quienes lo consideren una
aberración, pero parece que no se dan cuenta de que son precisamente los dueños
de las plataformas los que lo fomentan para que seamos nosotros los que les hacemos
el trabajo". La estrategia que propone Martínez de Miguel al profesional
es convertirse en un líder de opinión, en una voz autorizada y, luego, tener
una presencia continuada en las redes, no al revés.
Roca insiste en que el ámbito digital es una herramienta
imprescindible: "No podemos quedarnos con lo que ya conocemos, o la ola de
cambio nos pasará por encima. No conozco a nadie que no le preocupe su futuro
profesional, su empleabilidad, por lo que me asombra que aún no seamos
conscientes de cómo, insisto, bien usadas, con estrategia y conocimiento, las
redes sociales son esenciales en esa empleabilidad a medio y largo plazo".
MEJOR NO ESTAR A MORIR DE ÉXITO
Estrés, ansiedad o ira son parte de lo que se quitan de
encima aquellos que, tras una conexión excesiva, dejan las redes. "Un día
te das cuenta de que vives sometido a ellas desde que amanece hasta que
anochece y decides que quieres salir de ahí y recuperar tu vida", explica
Eva Collado, consultora estratégica de capital humano, que reconoce que, al
margen de los 'influencer', "hay quien abandona o baja su actividad porque
su empresa lo pone en cuestión por su relevancia. Existe una delgada línea
entre la marca personal y profesional, que si no se gestiona de forma
inteligente puede llevar a malas interpretaciones, sobre todo, cuando brillas
más que el propio CEOde la compañía o de la marca".
En el caso de los jóvenes, Raquel Roca, consultora de
transformación digital, explica que la exposición no es mala, pero hacerlo
tomando copas o enseñando abdominales no es lo más adecuado para conseguir un
empleo: "Tienes mil veces más opciones si desde joven utilizas las redes
con inteligencia, sentido común, cierta coherencia y proyección de
futuro". Carlos Rebate, autor de 'Influencers', advierte de que "ser
activos digitalmente genera un rastro digital del que hay que ser consciente y
en el que conviene intervenir de forma muy activa, participando en la
construcción responsable de nuestro 'momento '0' de la verdad', ¿qué queremos
que las redes y Google digan de nosotros cuando alguien nos busque?".
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