Ronald Cohen
Sir Ronald Cohen entra en el salón del Sheraton de Retiro y
las casi 500 personas presentes toman aliento e inmediatamente comienzan a
aplaudir. Aunque en la Argentina su nombre es desconocido, este hombre de pelo
blanco y 74 años es un referente mundial de las inversiones de impacto, que son
las que consideran no solo el beneficio económico, sino también el efecto
social y ambiental.
Tiene un acento inglés, pero nació en Egipto. Y a los 11
años debió migrar como refugiado a Inglaterra. "Mi familia lo perdió todo,
capaz por eso empatizo con quienes tienen mayores desafíos en la vida",
reveló durante una entrevista con LA NACION.
Es graduado de la Universidad de Oxford, tiene un MBA de
Harvard y, en 1972, junto a unos socios, fundó la firma de capital de riesgo
Apax Partners. En 2005 se retiró de la compañía y desde ese entonces se dedica
a difundir las inversiones de impacto. Actualmente preside el Global Steering
Group for Impact Investment (GSG), cuya última cumbre se realizó en noviembre
pasado en Buenos Aires.
-Durante más de 30 años trabajó en el mercado de fondos
privados, ¿se arrepiente de algo?
-No, porque me permitió crear los recursos que ahora invierto
en emprendedores de impacto. Además, me enseñó sobre el poder del
emprendimiento y de la innovación. Yo creía que los capitales de riesgo podían
ayudar a la sociedad, y luego me dí cuenta de que, aunque ayudaba a gente que
tenía muy poco a ser exitosa y a enriquecer su entorno, la brecha entre ricos y
pobres no estaba siendo atendida. Así que comencé a pensar cómo cambiar para
que la gente tuviera mejores oportunidades.
-¿Hubo un quiebre?
-En 2000 me di cuenta de que la gente trataba de ayudar a
otros mediante donaciones y que eso no tenía sentido. Es necesario atraer
inversiones para ayudar realmente. Tardamos 10 años e inventamos el bono de
impacto social, que considera el impacto de retorno de riesgo. A partir de ahí,
empezamos a usar nuestras habilidades y finanzas, y comenzamos a darle forma a
lo que es solo la punta del iceberg de la revolución que puede hacer.
-¿Está en contra de la beneficencia?
-Le damos a la filantropía nuevas herramientas. Si tenés una
organización caritativa, a través de nuestras herramientas podés recaudar
dinero de inversión. Queríamos llevar la misión de ayudar a otros al sistema
capitalista". Y le digo "revolución", porque estamos derrocando
la dictadura de las ganancias y estamos poniendo a su lado el impacto.
-¿Está en contra del capitalismo?
-Es un error considerar que las únicas opciones son el
capitalismo y el socialismo. La alternativa está en el medio y usar lo bueno de
cada uno. Eso es el impacto de retorno de riesgo. El capitalismo de retorno de
riesgo solo está fuera de control y si solo nos apoyamos en el socialismo no
habrá crecimiento para mejorar la vida de la gente. Hay un camino en el medio:
el de impacto de retorno de riesgo. No creo que haya que destruir al sector
privado y al capital que el capitalismo proporciona.
-¿Qué opina sobre con el movimiento mundial en contra del
cambio climático?
-Es enorme y aún no está usando nuestras herramientas. Por
caso, si querés sacar el plástico del océano, usar bonos de impacto ambiental
sería una forma efectiva de hacerlo.
-¿Es similar a los bonos verdes?
-No, los bonos verdes no pagan por el éxito, solo recibís
intereses. En los bonos de impacto social, si ayudás a un número grande de
gente a no abandonar la escuela, por ejemplo, te pagan más dinero. Tenés un
incentivo.
-Además de los inversores. ¿Hay más actores en la
economía de impacto?
-Están los gobiernos, los inversores, los consumidores, los
filántropos y los empresarios, que son los que sienten la presión.
-¿Cuál es el rol de los gobiernos dentro de este sistema?
-Debe crear la regulación necesaria para que se invierta en
impacto. Puede direccionar estas inversiones para limpiar los barrios, mejorar
la educación o prevenir enfermedades. Podemos adaptar estas herramientas para
ajustarnos a las prioridades del Estado. Si no tenés al gobierno como aliado,
se alcanzan muy pocos objetivos. Y, por otro lado, si solo descansás en el
gobierno, lográs menos.
-¿Por qué un inversor, en un contexto de crisis, querría
hacer operaciones de impacto?
-Si la Argentina tiene problemas para atraer inversiones
externas, el impacto no va a cambiar la actitud de los inversores. Si están
preocupados por la moneda, no invertirán en general.
-¿Cuándo dejará de ser la excepción y se convertirá en
regla este tipo de inversiones?
-Creo que para 2030 tendremos economía de impacto. Para mí,
la revolución de impacto es como la tecnológica; no es una revolución como la
rusa, sino que se da a través de las décadas. Sucede casi sin que la
percibamos.
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