El problema, con frecuencia, estriba en que las personas no
saben cómo encontrar a un mentor o cómo establecer la relación. El autor
sugiere seguir que los siguientes pasos nos pueden servir para lograrlo:
1.- Definir nuestros objetivos y necesidades específicas. Reflexionar
sobre nuestros objetivos de desarrollo profesional y escribirlos asegurándonos
de que son inteligentes y luego hacer una lista con los principales obstáculos
con los que nos enfrentamos para alcanzarlos. De esta forma podremos decidir
qué tipo de mentor es el que necesitamos, ya que puede ser que debamos mejorar
nuestras habilidades o dominar nuevas competencias, extender nuestra red de
contactos en un sector específico o ver cómo conseguimos tener la suficiente
confianza para abordar conversaciones complicadas. Al ser conscientes de dónde
queremos estar y de las oportunidades y problemas para llegar allí podremos
identificar cómo un mentor nos puede ayudar.
2.- Describir la “descripción del puesto” de nuestro
mentor ideal. Al hacerlo debemos ser específicos. Por ejemplo, podemos
necesitar a alguien que nos ayude a saber cómo poder completar un proyecto, nos
introduzca a personas a un cierto nivel en un sector determinado o ejerza como
coach para abordar negociaciones difíciles. En la descripción debemos incluir
el por qué ejercer como mentor nuestro puede ser muy beneficioso.
3.- Buscar mentores en cualquier parte: pueden
ser de nuestra red de contactos de LinkedIn, relaciones profesionales o
personas con las que hemos coincidido en alguna reunión o conferencia, por
ejemplo. Es importante que recordemos que aunque las personas puedan estar muy
ocupadas el pedirles que sean nuestros mentores es un halago. Pueden decir no
pero lo agradecerán ya que supone un reconocimiento para ellos.
4.- Hacer la petición (de forma sencilla). Puede
resultar embarazoso pero debemos aceptar el sentimiento incómodo y mostrarnos
vulnerables. Podemos comenzar por pedir una primera entrevista para conocer
mejor su trabajo e intereses y una vez que les conocemos mejor ver si existe
una sintonía antes de pedir que sean nuestros mentores.
5.- Mantener la primera reunión. Debemos tener
dos objetivos en esta primera conversación con nuestro mentor potencial:
a).- Determinar si esa persona puede ser nuestro mentor
ideal.
b).- Averiguar si están abiertos a la idea de ser nuestros
mentores.
La reunión se debe celebrar en un lugar que sea cómodo para
el posible mentor y al finalizar agradecer su interés. En ella le debemos
entregar nuestra descripción del mentor ideal según nuestras necesidades para
que la persona pueda decidir si responde al mismo y puede ayudar.
6.- Preparar la segunda reunión. Una vez que la
persona confirma su disposición para actuar como nuestro mentor debemos mandar
un correo proponiendo la agenda para una nueva reunión.
7.- Definir un proceso estructurado con el acuerdo del
mentor. Una vez que hayamos mantenido una o dos conversaciones es el
momento de preguntar si se puede establecer un proceso formal y si la persona
está dispuesta a mantener reuniones y el contacto durante un periodo
determinado para ayudarnos a alcanzar nuestro objetivo. Si la respuesta es
afirmativa podemos redactar un documento que contenga lo que queremos lograr en
ese tiempo de colaboración.
8.- Enviar una nota de agradecimiento tras cada
reunión.
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