Henry Chesbrough, director del Centro Garwood de Innovación
Corporativa en la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de Berkeley, y
padre de la innovación abierta. EXPANSIÓN
El padre del 'open innovation' se muestra decepcionado
por impacto limitado que ha tenido esta filosofía de trabajo en la economía
global.
Desde que Henry Chesbrough acuñara en su libro Open
Innovation el término innovación abierta hace ya 16
años, este nuevo paradigma de cooperación digital, que consiste en cooperar con
terceros a la hora de innovar, ha transformado radicalmente la forma en la que
las empresas desarrollan nuevos productos y servicios.
Basta una sencilla búsqueda en Google para comprobar que hoy
el término open innovation arroja más de 400 millones de respuestas. Hay casi
60.000 personas en LinkedIn que tienen innovación abierta como parte de sus
trabajos, y hay más de 6.000 empleos abiertos en todo el mundo para los trabajadores
de innovación abierta.
"Nuestras economías se
apoyan en una infraestructura
de innovación de otra
década"
Pese al evidente impacto de su propuesta, el hoy director
del Centro Garwood de Innovación Corporativa en la Escuela de Negocios Haas de la
Universidad de Berkeley (EEUU), no está del todo satisfecho con lo
logrado."La innovación abierta ciertamente se ha extendido mucho más y más
rápido de lo que esperaba. Por otro lado, no vemos un mayor crecimiento
económico fruto de la innovación abierta. No vemos un aumento de la
productividad económica a partir de la innovación abierta o un aumento de los
salarios. Por lo tanto, aún faltan estos resultados", asegura Chesbrough
en una entrevista con EXPANSIÓN.
El autor, que acaba de publicar una nueva obra, Open
Innovation Results: Going Beyond the Hype and Getting Down to Business (Oxford
University Press), en la que hace balance de los resultados de la innovación
abierta enestos años, reflexiona sobrela "paradoja existencial" que,
en su opinión, vive hoy la economía mundial. Y es que un momento en el que las
nuevas tecnologías emergen cada vez con más fuerza y en más sectores, la riqueza
y la productividad económica se está desacelerando. ¿Se han exagerado las
bondades de la innovación?
"Para garantizar la prosperidad, no sólo debemos
crear nuevas tecnologías, sino también difundirlas ampliamente e implementarlas,
lo que significa tener el conocimiento y las habilidades para ponerlas al
servicio de nuestros negocios", dice Chesbrough. "Sólo entonces veremos
el beneficio real de estas nuevas tecnologías, y sólo entonces estas medidas
generarán productividad económica".
DESIGUALDAD
Otra de las ideas que desarrolla el padre del open
innovation en su libro es la desigualdad que está generando la
innovación. "Mientras algunas compañías están logrando resultados
importantes, la gran mayoría se están quedando atrás", destaca. Y pone el
ejemplo de la inteligencia artificial: "Si bien algunas empresas ya están
implementando inteligencia artificial y están obteniendo resultados sólidos, el
90% o más de las empresas aún no la han aplicado de manera significativa en sus
negocios".
Esto, asegura, está contribuyendo a incrementar las
desigualdades entre países ricos, con acceso a estas tecnologías, y pobres,
pero también dentro de las sociedades, entre personas urbanas y rurales y con
mayor o menor nivel educativo.
"Hay un 'valle de la muerte'
entre el fin de un
proyecto académico y su llegada
al mercado"
Chesbrough identifica un punto crítico en el proceso de
innovación, al que ha denominado valle de la muerte, en el
que perecen muchos proyectos prometedores. "La investigación finaliza, los
trabajos se publican y los académicos tienen pocos incentivos para seguir
trabajando. Mientras tanto, la idea todavía está en una etapa muy temprana y no
probada en el mercado. Por lo tanto, los inversores son reacios a financiar su
desarrollo hasta que se demuestren más pruebas", explica.
En este sentido, el experto anima a las compañías a
arriesgar y a seguir apostando por la innovación, ya que ninguna tiene el
futuro garantizado. "Es sorprendente observar cuántas empresas que solían
ser exitosas a la hora de innovar, como IBM, Procter &Gamble o GE, ahora
tienen problemas. Hoy Apple y Amazon están prosperando, pero hay muchas
posibilidades de que no lo tengan tan fácil en el futuro", subraya.
En lo que respecta a España, el autor cree que "la
excelencia está bien establecida" en el país, con buenas escuelas de
negocio y empresas "excepcionales" como Inditex, a la que avisa:
"Aunque ahora sean líderes, no tienen garantías de éxito futuro".
Todo pasa por seguir innovando.
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