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El tiempo pasa, la
convivencia entre generaciones se consolida, y los nacidos entre 1981 y 1994 se
convierten en mandos. Si usted pertenece a otra generación y esto le incomoda,
debe saber que puede superarlo.
Los Millennials llevan ya unos cuantos años en este mundo,
cambiando, entre otras cosas, el escenario laboral y la vida de las empresas.
Muchos han llegado a cierta edad, y alguno de ellos ya es jefe, y manda, para
disgusto de los miembros de otras generaciones que inevitablemente han de
convivir en las empresas.
Quizá aquellos a los que les cuesta adaptarse a la vida
laboral con profesionales de la Generación Y tengan una dificultad añadida:
aceptar que un Millennial sea su superior. No queda más remedio que
acostumbrarse... O irse.
The Muse, la plataforma de empleo considerada como la más
eficaz para aquellos que viven los primeros 10 o 15 años de carrera, ha
analizado cómo son los mandos de la Generación Y: cómo administran, qué valoran
y cómo planean dar forma al futuro de los negocios; cuáles son sus prioridades,
o las culturas de trabajo que generan.
Una nueva convivencia
Según la investigación de la plataforma fundada por Alex
Cavoulacos y Kathryn Minshew, el 61% de los jefes Millennial asegura no tener
miedo a mandar sobre empleados mayores que ellos. Así, a quien le cueste
asimilar la circunstancia de tener un jefe más joven, debería pensar en
aceptarlo. Esta situación se hace más frecuente en un escenario profesional en
el que la edad ya no es un elemento que defina la jerarquía organizativa, y en
el que existen otros requisitos asociados a las capacidades.
Lo importante es valorar la
contribución real de quien manda,
independientemente de la edad que
tiene
La idea es que tener un jefe más joven es algo que termina
pasándole a casi todo el mundo. Básicamente, es cuestión de tiempo. Esto hay
que verlo como algo natural, aunque nos genere dudas acerca de nuestra
progresión de carrera o sobre nuestro momento profesional.
Los expertos creen que el empleado mayor y el jefe joven son
responsables a partes iguales de que funcione la relación laboral dentro de la
organización. El superior de menos edad no puede tirar sólo de autoridad, y la
experiencia de sus empleados mayores nunca debe ser considerada como una
amenaza, porque lo lógico es que sea un factor enriquecedor.
Según la investigación de The Muse, los miembros de la
Generación Y que llegan a ser mandos creen que una clave para la convivencia
profesional entre generaciones es contratar con cuidado para que los miembros
del equipo estén alineados, y que haya consideración mutua.
Mostrar siempre un respeto por los colaboradores de mayor
edad es una máxima que los expertos recomiendan seguir, sabiendo que hay una
brecha de la que nadie es culpable.
En aras de la convivencia entre generaciones, lo importante
es valorar la contribución real del jefe, independientemente de cuántos años
tenga. Uno debe percibir que su superior aporta valores diferenciales que él no
tiene, más allá de la juventud.
A esto se añade la necesidad de valorar el saber acumulado
de Boomers o X: por eso se les contrata. Y escuchar sus puntos de vista y
sugerencias, aunque no siempre sean viables.
Hay que implicar al empleado con
experiencia,
sin que parezca que el más júnior
no sabe
La investigación asegura que el 38% de los mandos que
pertenece a la Generación Y se muestra dispuesto a aprender de los
profesionales que les superan en edad; y un 35% revela que se relaciona con sus
subordinados mayores como si fueran iguales.
No son porcentajes muy elevados si se tiene en cuenta que, a
estas alturas, muy pocos dudan ya de que es necesario que un jefe joven debe
respetar la experiencia de los sénior. Aquí la clave está en implicar al
empleado con experiencia, pidiéndole opinión sin que parezca que el más joven
no sabe.
El profesional de mayor edad que deba convivir con un
superior más junior debería tratar de ayudar a éste a ser mejor jefe, como si
fuera una especie de mentoring.
Aprovechar el talento
Hay que tener en cuenta además que aprender de los mayores,
siendo su jefe, es un rasgo de humildad e inteligencia.La arrogancia que pueda
mostrar un superior Millennial es un camino hacia el fracaso a largo plazo.
La investigación de The Muse deja además algunas
conclusiones de miembros de la Generación Y que se lamentan de "no haber
mostrado humildad y no delegar correctamente". Creen que es necesario
aprovechar el talento de las personas capacitadas en el equipo y comunicarse
abiertamente con ellas. Entre los jefes Millennial encuestados se recoge la
idea de que "un líder exitoso es alguien que obtiene lo mejor de su
equipo, no uno que moldea a otros en su estilo. Todo buen mando quiere
capacitar a su equipo para que tenga éxito; debe enseñar a sus empleados y, por
muy perfeccionista que sea, ha de permitir a su equipo cometer errores".
Tener un jefe más joven debe
verse ya como algo normal,
aunque nos haga dudar sobre el
futuro
El estudio añade otra conclusión a la que llegan los jefes
Millennial encuestados: "Hay que profundizar en los problemas y usar una
comunicación efectiva, porque ésta puede resolver la mayoría de dificultades
antes de que estallen".
Por lo que se refiere a la comunicación, otra sugerencia
para lograr la convivencia intergeneracional es adaptarse a los diferentes
estilos en la comunicación, evitando jergas y tecnicismos que puedan suponer un
factor irritante. Hablar adaptando el punto de vista del otro, teniendo en
cuenta que cada edad del ser humano implica una concepción peculiar de la
realidad, también en el mundo empresarial.
Con carácter general, el estudio de The Muse muestra que los
jefes Millennial no están precisamente impresionados por los líderes
empresariales de mayor edad, sobre todo por los déficit de diversidad (racial,
de género y de conciliación) que se dan en las compañías.
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