Es el nuevo centro de procesamiento de pedidos que el
gigante del comercio electrónico abrió en septiembre pasado en Nueva York.
Desde que Amazon se lanzó de lleno en la robótica con la compra del fabricante de robots de logística Kiva en 2012, contrató a 300.000 personas para alcanzar actualmente los 645.000 empleados en todo el mundo. (Foto: Bartek Sadowski/Bloomberg)
Cientos de robots naranja desplazan a diario grandes
armarios amarillos repletos de artículos de todo tipo. Como si fuera una
coreografía, las máquinas se mueven por un circuito delimitado por computadora
y reajustado constantemente. Los empleados humanos, en tanto, los monitorean
por medio de un chaleco con correas electrónicas, bolsillos con sensores y
walkie talkies en la cintura. Así funciona el depósito inteligente que
Amazon montó en septiembre pasado en Staten Island, Nueva
York.
Sobre una superficie de 80.000 m², con el sonido de
kilómetros de cintas rodantes, el gigante de Seattle -una referencia en el
terreno en pleno auge de los robots capaces de colaborar con humanos- desplegó
su robótica más avanzada.
Como aparece en el video Los robots colaborativos de Amazon:
https://www.clarin.com/tecnologia/funciona-deposito-inteligente-amazon-amenaza-trabajo-humano_0_4KTYsq1rh.html
, el chaleco tecnológico o "tech vest" que utilizan los
trabajadores en los almacenes de Amazon desde finales de 2018,
permite ingresar de manera segura al área de los vehículos robot,
por ejemplo, y recoger un objeto caído al suelo o solucionar un potencial
problema técnico. Basta con presionar un botón y las máquinas detienen
su marcha o disminuyen la velocidad, reajustando su ruta para evitar el
lugar donde se va a actuar.
Amazon cuenta con más de 25 centros automatizados que le
permitieron reducir a "menos de una hora [las tareas] que tomaban más de
un día" y ahorrar espacio de almacenamiento, explica Tye Brady, jefe de
tecnología de Amazon Robotics, filial de robots de Amazon. Y así fortalecer
la posición dominante de la empresa en el comercio en internet, convertida
en el proveedor casi diario de millones de consumidores en todo el mundo.
La polémica con el trabajo humano
Para algunos, estos centros representan perfectamente el
riesgo de que pronto los humanos pierdan su fuente laboral desplazados
por máquinas inteligentes.
Pero no todo es cuestión de robots en Staten Island, además
de los que usan el "tech vest", hay quienes desembalan los productos
y los clasifican en los casilleros, los que colocan en los casilleros los
productos destinados al mismo cliente o los que hacen las etiquetas. Todo
con la ayuda de pantallas y escáneres que le facilitan su elección del producto
o de la etiqueta y permiten rastrear continuamente los productos.
En cada etapa, el objetivo es "ampliar las
capacidades de las personas" para que puedan enfocarse en la resolución de
problemas", para garantizar la calidad de los productos e intervenir
si es necesario, explica Brady.
La clave de la productividad está en el despliegue de robots
"colaborativos" que fomenta el crecimiento y los empleos del
futuro, según aseguran desde Amazon.
El depósito inteligente de Amazon tiene una superficie de
80.000 m² en el que se desplazan robots con grandes armarios amarillos. (Foto:
Bartek Sadowski/Bloomberg)
"Los datos son indiscutibles: cuanto más robots
agregamos a nuestros centros de pedidos, más puestos creamos", agrega
Brady.
A pesar del entusiasmo que generan los robots colaborativos,
abundan los críticos de Amazon, como quedó en evidencia con la polémica en
torno al establecimiento de una nueva sede en Nueva York, una idea finalmente
desechada por la compañía. Además del rechazo a cualquier
representación sindical que alimenta la sospecha.
En una conferencia de prensa ofrecida por la Unión Americana
de Empleados de Comercio a principios de enero, un empleado del Centro de
Staten Island, Rashad Long, denunció ritmos insostenibles a largo plazo.
"No somos robots, somos humanos", agregó.
Y es que muchos sospechan que la compañía fundada en 1995
por Jeff Bezos invirtió en robótica para automatizar, eventualmente,
muchos puestos hoy en día ocupados por humanos y así aumentar sus
ganancias.
Pero para Kevin Lynch, un experto en robótica en la
Northwestern University, cerca de Chicago, aunque el desarrollo de
robots colaborativos es inevitable y sin lugar a dudas destruirá
puestos de trabajo en Amazon y en otras partes, también está claro que va a
crear otros nuevos, pero "es más fácil predecir los puestos que
desaparecerán que los que se crearán".
"Los robots y la inteligencia artificial brindan
beneficios evidentes para el bienestar y la calidad de vida de la
humanidad", sostiene. Pero la distribución equitativa de estos beneficios
no lo es tanto, y son necesarias "medidas políticas para garantizar que
todos nos beneficiemos de ellos y que no se conviertan en agentes de nuevas
desigualdades económicas".
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