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sábado, febrero 23, 2019

Así funciona el depósito inteligente de Amazon: ¿una amenaza al trabajo humano?

Es el nuevo centro de procesamiento de pedidos que el gigante del comercio electrónico abrió en septiembre pasado en Nueva York. 

Desde que Amazon se lanzó de lleno en la robótica con la compra del fabricante de robots de logística Kiva en 2012, contrató a 300.000 personas para alcanzar actualmente los 645.000 empleados en todo el mundo. (Foto: Bartek Sadowski/Bloomberg)

Cientos de robots naranja desplazan a diario grandes armarios amarillos repletos de artículos de todo tipo. Como si fuera una coreografía, las máquinas se mueven por un circuito delimitado por computadora y reajustado constantemente. Los empleados humanos, en tanto, los monitorean por medio de un chaleco con correas electrónicas, bolsillos con sensores y walkie talkies en la cintura. Así funciona el depósito inteligente que Amazon montó en septiembre pasado en Staten Island, Nueva York. 

Sobre una superficie de 80.000 m², con el sonido de kilómetros de cintas rodantes, el gigante de Seattle -una referencia en el terreno en pleno auge de los robots capaces de colaborar con humanos- desplegó su robótica más avanzada.

Como aparece en el video Los robots colaborativos de Amazon: https://www.clarin.com/tecnologia/funciona-deposito-inteligente-amazon-amenaza-trabajo-humano_0_4KTYsq1rh.html , el chaleco tecnológico o "tech vest" que utilizan los trabajadores en los almacenes de Amazon desde finales de 2018, permite ingresar de manera segura al área de los vehículos robot, por ejemplo, y recoger un objeto caído al suelo o solucionar un potencial problema técnico. Basta con presionar un botón y las máquinas detienen su marcha o disminuyen la velocidad, reajustando su ruta para evitar el lugar donde se va a actuar.

Amazon cuenta con más de 25 centros automatizados que le permitieron reducir a "menos de una hora [las tareas] que tomaban más de un día" y ahorrar espacio de almacenamiento, explica Tye Brady, jefe de tecnología de Amazon Robotics, filial de robots de Amazon. Y así fortalecer la posición dominante de la empresa en el comercio en internet, convertida en el proveedor casi diario de millones de consumidores en todo el mundo.

La polémica con el trabajo humano

Para algunos, estos centros representan perfectamente el riesgo de que pronto los humanos pierdan su fuente laboral desplazados por máquinas inteligentes.

Pero no todo es cuestión de robots en Staten Island, además de los que usan el "tech vest", hay quienes desembalan los productos y los clasifican en los casilleros, los que colocan en los casilleros los productos destinados al mismo cliente o los que hacen las etiquetas. Todo con la ayuda de pantallas y escáneres que le facilitan su elección del producto o de la etiqueta y permiten rastrear continuamente los productos.

En cada etapa, el objetivo es "ampliar las capacidades de las personas" para que puedan enfocarse en la resolución de problemas", para garantizar la calidad de los productos e intervenir si es necesario, explica Brady.

La clave de la productividad está en el despliegue de robots "colaborativos" que fomenta el crecimiento y los empleos del futuro, según aseguran desde Amazon.

El depósito inteligente de Amazon tiene una superficie de 80.000 m² en el que se desplazan robots con grandes armarios amarillos. (Foto: Bartek Sadowski/Bloomberg)

"Los datos son indiscutibles: cuanto más robots agregamos a nuestros centros de pedidos, más puestos creamos", agrega Brady.

A pesar del entusiasmo que generan los robots colaborativos, abundan los críticos de Amazon, como quedó en evidencia con la polémica en torno al establecimiento de una nueva sede en Nueva York, una idea finalmente desechada por la compañía. Además del rechazo a cualquier representación sindical que alimenta la sospecha.

En una conferencia de prensa ofrecida por la Unión Americana de Empleados de Comercio a principios de enero, un empleado del Centro de Staten Island, Rashad Long, denunció ritmos insostenibles a largo plazo. "No somos robots, somos humanos", agregó.

Y es que muchos sospechan que la compañía fundada en 1995 por Jeff Bezos invirtió en robótica para automatizar, eventualmente, muchos puestos hoy en día ocupados por humanos y así aumentar sus ganancias.

Desde que Amazon se lanzó de lleno en la robótica con la compra del fabricante de robots de logística Kiva en 2012, contrató a 300.000 personas para alcanzar actualmente los 645.000 empleados en todo el mundo. (Foto: Bartek Sadowski/Bloomberg)

Pero para Kevin Lynch, un experto en robótica en la Northwestern University, cerca de Chicago, aunque el desarrollo de robots colaborativos es inevitable y sin lugar a dudas destruirá puestos de trabajo en Amazon y en otras partes, también está claro que va a crear otros nuevos, pero "es más fácil predecir los puestos que desaparecerán que los que se crearán".

"Los robots y la inteligencia artificial brindan beneficios evidentes para el bienestar y la calidad de vida de la humanidad", sostiene. Pero la distribución equitativa de estos beneficios no lo es tanto, y son necesarias "medidas políticas para garantizar que todos nos beneficiemos de ellos y que no se conviertan en agentes de nuevas desigualdades económicas".


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