Julian Birkenshaw
en el boletín de The Institute for
Innovation and Entrepreneurship de London Business School plantea que como
directivos sabemos que no existe una estrategia sencilla para convertirnos en
buenos jefes, somos conscientes de que tenemos que inspirar y motivar a otros
para obtener resultados, pero para lograrlo
existen una serie de claves
importantes entre las que destacan:
1.- CONOCIMIENTO DE
UNO MISMO
El camino para llegar a ser un gran jefe comienza por
conocernos y gestionarnos a nosotros mismos. Para entender nuestra personalidad
y moldear la forma en que vamos a gestionar a los demás podemos utilizar el
modelo de personalidad OCEAN que se centra en cinco rasgos de personalidad:
a).- Apertura a las nuevas experiencias.
b).- Responsabilidad
c).- Extroversión
d).- Amabilidad
e).- Neuroticismo o inestabilidad emocional
Si hacemos el test para comprobar cuáles son nuestros rasgos
más definidos podremos, por ejemplo, saber si somos más amables que neuróticos
y utilizar este conocimiento para adaptar nuestro estilo de gestión.
2.- SOLUCIONAR
PROBLEMAS EFICAZMENTE
Los buenos directivos saben cómo y cuándo deben actuar. En
ocasiones una pequeña intervención es suficiente mientras otras situaciones
requieren una mayor implicación y contar con mayores habilidades para resolver
problemas. Existen unos pasos comunes que se pueden tomar tales como
identificar todas las causas del problema y representar los procesos claramente
para detectar y solucionar cualquier deficiencia.
Otros enfoques incluyen
analizar lo que funciona bien y detectar
las áreas de mejora o reunir a los profesionales para abordar un asunto
específico. Entender cuál es la causa raíz del problema es el punto de inicio y
para ello hay que contar con el grupo de personas que cuenten con la
experiencia y conocimientos necesarios para resolver el problema. Este equipo
definirá la situación, recogerá los datos para entender qué está pasando,
identificará las causas y recomendará y evaluará las soluciones.
3.- LIDIAR CON EL
CAMBIO Y EL ESTRÉS
La forma en que seamos capaces de manejar las contrariedades
determinará nuestra eficacia como jefe. Gestionar cuando las cosas van bien es
relativamente fácil; es cuando las cosas van mal cuando se perciben realmente
las cualidades de liderazgo del profesional.
La resiliencia es la clave. La habilidad de superar y lograr
resultados positivos al hacer frente a la adversidad viene de tener unos
objetivos claros, una actitud positiva, habilidades y experiencia, confianza en
uno mismo y el apoyo de las personas que nos rodean. Es crítico, también, tener
una dirección clara. Tendremos más seguridad en que estamos tomando las
decisiones adecuadas bajo presión cuando sabemos hacia dónde vamos nosotros y
nuestro equipo.
4.- SACAR LO MEJOR
DEL EQUIPO
La delegación es la habilidad más importante que debemos
desarrollar si queremos obtener lo mejor de los miembros de nuestro equipo. No
existen horas suficiente, normalmente, en el día para hacer todo por lo que los
que nos rodean deben compartir la carga. Lo que no hay que hacer es
microgestionarles e intentar controlar cualquier movimiento que hagan ya que no
hay nada más desmotivador. Al delegar lo que si hay que dejar claro es quien es
responsable de cada acción.
Otra forma de maximizar el desempeño del equipo es alabar y
reconocer el trabajo bien hecho. También es importante animar, apoyar y ayudar
a crear la confianza de los miembros del equipo marcando metas claras y
asegurando que aprovechan sus fortalezas.
5.- TOMAR DECISIONES
SABIAS
Es un hecho que en ocasiones las personas inteligentes toman
malas decisiones. Para evitarlo hay que utilizar técnicas que faciliten un gran
conocimiento del asunto a tratar. Por ejemplo, podemos comenzar por decidir si
la decisión tiene sentido financiero. El siguiente paso consistiría en qué
inversión seleccionar si tenemos más de una opción evaluando todas las
alternativas, considerando las distintas oportunidades, riesgos, experiencias
pasadas, análisis de mercado y asuntos éticos, para terminar pensando en todo
lo que puede ir mal antes de tomar una decisión.
Para realizar todo lo anterior
debemos evitar hacerlo solos; tenemos que contar con un equipo de expertos
dispuestos a cuestionar nuestras opiniones para que nos ayuden a tomar una
buena decisión.