Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

miércoles, julio 19, 2017

4 claves para sacar el máximo potencial de uno mismo


Para poder guiar a otros es importante saber dirigir el rumbo, personal y profesional, de uno mismo. En este sentido, la autogestión de energías, la escucha y el equilibrio en el apoyo de las propias ideas y las opiniones ajenas, son algunos de los elementos que hay que trabajar para, después, hacer más sencilla la tarea de liderar a otras personas.

En un artículo publicado en Forbes se han dado las claves de lo que implica saber liderarse a uno mismo. Empezando por darse prioridad a uno mismo.

Del mismo modo que el cuerpo necesita un descanso, la mente también debe tener momentos en los que poder desconectar del trabajo y las preocupaciones rutinarias de la vida. El objetivo es, en este caso, tomar distancia de aquellos elementos del entorno que pueden invisibilidad las soluciones a un problema, para poder centrarse en aquellos factores que permitan aunar energía y enfrentar los retos con un mayor optimismo.

Sin embargo, muchas veces estos periodos de reflexión, llevan consigo un proceso imbuido de soledad. En este sentido, desde Forbes señalan que se trata de un estado que permite tener pensamientos e ideas más claras y que esa claridad “crea significado”.

Asimismo, uno de los retos de la soledad se encuentra en saber escucharse a uno mismo. Entender esa reflexión implica un trabajo previo de autocuestionamiento ya no sólo psíquico, también físico. A veces un mal estado de ánimo no viene tan sólo impulsado por una problemática emocional, si no que puede estar relacionada con la salud. Hay, por tanto, que escuchar al cuerpo y la mente.

Por otro lado, esos momentos de soledad y de estar con uno mismo, trae consigo la errónea idea de que se trata de un proceso egoísta, especialmente cuando se tienen hijos o personas a cargo. Este concepto viene acompañado de un sentimiento de culpa por quien decide tomarse estos tiempos de reflexión y cuidado personal.

No obstante, tomarse un periodo de descanso, donde el centro de los pensamientos está en la situación personal y profesional de uno mismo, implica aprender a conocerse, entenderse y aceptarse para eliminar posibles cargas innecesarias que no sólo frenan nuestro avance, sino que impactan en las personas que nos rodean, especialmente porque afectan a la forma en la que se reacciona y en el estado de ánimo que se proyecta.

Finalmente, dentro de estos momentos de autoevaluación, es importante –dependiendo de la profundidad de los mismo y la situación a analizar- contar con un mentor, una persona en la que confiar para que abra la mente a nuevas alternativas, ideas y soluciones, especialmente porque cuando uno se pone en el centro y es el elemento principal del análisis, se puede caer en la tentación de opacar salidas que, desde la distancia, podrían verse a simple.

Después de todo, tal y como apuntan en Forbes, “no se puede resolver un problema con la misma forma de pensar que instigó ese problema”.

Fuente: Equipos y Talento

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