“El fracaso más grande es nunca haberlo intentado”. Proverbio chino
Todos tenemos miedos y temores.
No puedes huir de ellos, pero si gestionarlos para poder superarlos y que no te
impidan hacer lo que quieres. Los miedos, igual que las creencias, no son ni
buenos ni malos. Simplemente te potencian o te limitan, te convienen o
no, te ayudan o te perjudican. . .
Seguro que te encantaría saber
qué puedes hacer para que no sean una piedra en tu camino. . . Pues ahora lo
vemos. Los miedos son simples mecanismos de defensa que se activan cuando
nosotros intuimos un peligro que nos puede afectar, ya sea físico, mental o
imaginario (como la mayoría de las veces).
¿Qué hace que temamos tanto nuestros propios
miedos, valga la redundancia?
Primero tendríamos que decir que
muchas veces no somos ni conscientes, así que si no sabemos ni siquiera que lo
sufrimos ¿cómo vamos a poder superarlo? El primer paso es poder identificarlos,
encontrar un momento de paz con nosotros mismos para sentir. Pocas veces nos
damos la oportunidad de vivir esos momentos de serenidad, tranquilidad y paz y
dejar que esa persona que te acompañará toda tu vida, a la que más tienes que
amar y la que más te necesita, sepa exactamente cómo se siente, cómo piensa y cómo
es en realidad. Por si no lo has adivinado esa persona eres tú.
Uno de los miedos más comunes,
tanto en el emprendimiento como en el terreno personal (los otros mejor los
tratamos en otro artículo) es el miedo a fracasar. No hacemos por no
equivocarnos, para que no nos salga mal, para no tomar malas decisiones, para
que no piensen mal de nosotros, para que no nos vean como unos perdedores,
elige tú tu porqué. . . .Y lo único que conseguimos es no andar hacia la meta
que nos hayamos propuesto. Es verdad, si no hacemos, no nos equivocamos, pero
¿qué tenemos a cambio? Piénsalo un momento y decide si quieres vivir con miedo,
piensa realmente lo que te estás perdiendo y estás dejando de conseguir. El
miedo nos protege, por tanto nos está diciendo que hay algo que tenemos que
“solucionar”, nos hace una advertencia para que trabajemos ese “algo” no
resuelto, tenemos que escuchar nuestro cuerpo.
El miedo a fracasar es una
ilusión no real, que tú te has creado en tu mente y la sientes, creando la
“falsa realidad” de un acontecimiento que todavía no ha sucedido. Esa pasa a
ser “tu verdad”. Una posibilidad no es un hecho. Es solo eso, una posibilidad.
Vamos a analizar un poco las causas para entender mejor porque hacemos ese
proceso y qué podemos hacer para superar ese miedo sin que afecte nuestros
objetivos.
En primer lugar, tenemos que
aceptarlo. Si no queremos aceptarlo, difícilmente podremos solucionarlo. Así
que, aunque te fastidie, acepta que tienes miedo e intenta averiguar de dónde
viene y que te está provocando para saber qué puedes hacer. Tengo que decirte
que normalmente no es una razón en particular, sino que puede ser una mezcla de
ellas, así que tendrás que trabajar un poquito más. Veamos:
1- No nos gusta aceptar críticas, ni equivocarnos. ¿Por
qué nos cuesta tanto tomar decisiones a veces? Pues porque si no sale como
esperamos querrá decir que nos hemos equivocado, ¿qué pensarán entonces los
demás? Todos necesitamos reconocimiento de la gente que nos rodea, y nos
importa demasiado. Así que si no tomamos decisiones y no hacemos nada, “en
teoría” no podemos equivocarnos. ¿Qué hacer? Tiene
que aceptar que nadie nace enseñado. Si todos supiéramos en cada momento qué
hacer nadie cometería errores, así que prepárate para estar aprendiendo
constantemente, no cometas nunca el error de pensar que ya lo sabes todo. Si no
te lo tomas como un aprendizaje (que es lo que es), acabarás culpándote y esa
carga pesa demasiado. A nadie le gusta aceptar que ha hecho algo mal, pero es
el primer paso para que no nos vuelva a suceder. Si creemos que ha sido una
causa externa a nosotros, ¿cómo vamos a solucionarlo? Acéptalo y no
identifiques ese error contigo, lo hiciste lo mejor que sabías en ese momento
(nunca hacemos las cosas mal, adrede, sabiendo conscientemente que hay una
opción mejor) Así que tu opción fue la mejor elección en el momento en que te
encontrabas. Esto es muy alentador, pues no es que tú seas tonta, es que no
tenías toda la información, o la experiencia o el conocimiento necesario. Así
que eso tiene solución: sigue equivocándote.
2- ¿Qué entiendes tú por fracaso? Depende de tus
expectativas. Somos muy exigentes con nosotros y pensamos que todo tenemos que
hacerlo bien. Puede que por fracaso tú entiendas que en lugar de llegar a un
punto en tu negocio en dos años, necesitas cinco. Que no llegues al objetivo de
facturación que te hayas propuesto para este año. Que tengas que cerrar el
negocio. O quizás puedes que sea que ni siquiera lo intentes. Eso depende de
ti, revisa tus creencias y expectativas. ¿Qué hacer? Volvemos
un poco al punto anterior. Toda experiencia, ya sea positiva o negativa no deja
de ser un aprendizaje que vamos acumulando a lo largo de la vida. Y
probablemente no te sucederá lo mismo, pero es posible que te equivoques en
otra cosa, es parte de la vida. Si no te equivocas no puedes mejorar. Ahora
bien, si no aceptas que las cosas pueden salir de otra forma de la que tenias
planeada, ten por seguro que tendrás muchas decepciones. Lo que conviene tener
es la habilidad de adaptarte a los cambios e ir implementando de manera
distinta a medida que los vamos encontrando, ese es el reto y la clave para un
buen aprendizaje y el éxito en tu proyecto.
3- Como más miedo sientes, más riesgo ves a lo que haces.
Siempre damos más importancia a lo negativo. Existe un riesgo en todo lo que
hacemos, incluso aunque no hagamos nada. Nos asusta lo desconocido, porqué no
hemos experimentado esa vivencia y hacemos una lista mental de todas las cosas
que pueden ir mal. ¿Qué hacer? Todo lo
que haces en la vida tiene un riesgo, incluso no hacer nada. Simplemente
piensa: voy a hacer esto. . .a lo mejor sale mal. . . ¿y qué? ¿Qué es lo peor que te puede pasar? ¿Y si
pasa eso qué? Cuando valoras los riesgos te das cuenta que estas magnificando
la expectativa de que salga mal. Siempre puedes hacer ajustes a medida que te
das cuenta y el resultado no tiene que ser tan nefasto como lo crees en un
principio. Si dejas que el miedo se apodere de tu mente no pensaras con
claridad y no podrás tener una visión más amplia para minimizar las
consecuencias y más riesgo verás en todo lo que hagas. Lo que puedes hacer es
prepararte para enfrentarte a las circunstancias que te encuentres y si no te
gusta el resultado, lo reajustas y vuelves al camino correcto, adaptando cada
paso.
4- Debido a malas experiencias pasadas. Si has vivido
una experiencia que has catalogado como fracaso porque no ha salido como
querías, si has sentido dolor, si has sentido frustración y te lo quedas dentro
alimentando esa creencia de que no sirves o no puedes, no querrás saber nada
sobre volver a intentarlo. Al menos hasta que lo aceptes y le des la vuelta,
tomándotelo como un aprendizaje para hacerlo cada vez mejor. ¿Qué hacer? Es muy lógico que si has tenido una
experiencia negativa tengas miedo a que no te salga como quieres, otra vez.
Tienes que digerir esa experiencia, a lo mejor dejar pasar un cierto tiempo
para que puedas trabajarla y volver a motivarte y prepararte para intentarlo de
nuevo. Tienes que analizar qué salió mal la otra vez, tratar de informarte y
formarte para estar mejor preparado, para minimizar los posibles errores a
cometer. Si lo instalas como una creencia en tu cerebro, eso regirá tus
acciones el resto de tu vida, o hasta que tu decidas. Hay que re-programar tus
creencias para desatarlas de esa experiencia y volver a empezar. Lo importante
es perseverar y perseverar, y luego perseverar, no hay otra.
5- Por creencias infundadas a raíz de experiencias de otros. Si
todos te dicen constantemente que conocen a fulanito y menganito que no les ha
ido bien, que es muy difícil, que hay que tener mucha “suerte” o cosas así, al
final acabamos grabando en nuestro cerebro esas afirmaciones como si de
“verdades” se trataran y acaba formando parte de nuestra realidad. Si menganito
que tiene más experiencia que yo, o está mejor preparado le ha ido mal,
imagínate a mi. . . ¿Qué hacer? De
entrada la gente es muy aficionada a dar consejos y saber mejor que tu lo que
te conviene. Incluso aunque sean los más cercanos con todo el cariño del mundo
y con intención de protegernos. Todos somos únicos e irrepetibles, aunque nos
parezcamos, aunque actuemos de forma parecida, todos tenemos nuestros patrones
mentales, nuestras creencias y nuestras emociones, aunque nos lleven a actuar
de manera parecida, no todos lo procesamos y gestionamos de la misma forma,
Además, cada uno ha tenido una experiencia concreta y todo eso le lleva a ser
como es, diferente a todos los demás. Lo que le sirve a uno puede que no le
sirva a otro, así que busca tus propias razones y gestiona tus propios miedos,
no vivas los de los demás.
6- Falta de confianza en nosotros mismos. No creer en
nosotros igual que tener una baja autoestima nos lleva a pensar que no somos
capaces de hacer algo, de llevar a cabo un proyecto. Y eso se convierte en ley,
si no crees que puedas, ¡fijo que no vas a poder! ¿Qué hacer? Esa es una causa muy poderosa que va
más allá del puro miedo o temor. Sólo puede salirte bien lo que emprendas (en
lo profesional o en la vida) si crees en ello, en ti, en que lo vas a
conseguir. ¿Cómo vas a conseguir algo que no crees que sea posible? La pregunta
se responde por sí sola. Eso nos lleva a no hacer, a bloquearnos a paralizarnos
a sabotearnos. . .el caso es que si te impide tomar acción nunca sabrás qué
resultado podías haber tenido. Si crees que necesitas ayuda en cualquier área
de tu emprendimiento, búscala, pídela. Recibir la ayuda de alguien que ha
conseguido llegar donde tú estás y que no esté involucrado en tus “obstáculos”
te da una visión de ti mismo que nunca imaginarias. Piensa en grande y tendrás
grandes resultados.
A modo de conclusión te diré que lo que hace que
superes tus miedos es tomar acción. Cuando te mueves te ocupas en ir resolviendo lo que te encuentras y
no te preocupas tanto por el posible resultado. Los
temores antes de iniciar una acción siempre son más fuertes que cuando te
encaminas hacia ella. Prepárate, enfócate y diseña un plan para tu objetivo,
pero ponte en marcha.
Para ayudarte a estar más
preparada puedes preguntarte:
§ ¿Qué necesito aprender para
prepararme para ese momento?
§ ¿Tengo los recursos necesarios
para emprender mi proyecto?
§ ¿Qué hay detrás de ese miedo y
cómo lo puedo solucionar?
§ Qué creencias tienes que
revisar/cambiar para que no te limite?
§ ¿Qué habilidades y fortalezas
tengo que me ayudarán a superar cualquier situación?
§ Cuál es el siguiente paso que
tengo que dar para acercarme a mi objetivo
§ ¿Qué me detiene para tomar
acción?
Me encantará leer tu opinión. . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario