Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

sábado, mayo 18, 2013

Qué piensan de ti como jefe tus empleados y nunca te lo dirán


Si no es más que un ejercicio de reflexión. ¿Alguno de los que están leyendo este post dirige actualmente un equipo? ¿Seríais capaces de acordaros de lo que pensabais de vuestro jefe cuando eráis subordinados y que nunca os atrevisteis a decírselo de forma directa a la cara? Si sois capaces de realizar este ejercicio de reflexión os puede dar una idea de por donde podéis estar teniendo problemas de liderazgo sin que os deis cuenta.

Lo cierto es que los humanos somos gente con una memoria a muy corto plazo cuando hablamos de que hemos ascendido y de lo que pasábamos cuando éramos los que recibíamos las órdenes, para que nos vamos a engañar. Pero sencillamente si alguien quiere ser un buen líder, debe de hacer una ligera reflexión de cuáles eran sus problemas versus quejas cuando era el subordinado y ver que está haciendo el ahora en esas situaciones.

¿Te acuerdas cuando te quejabas por qué a este o aquel compañero se le ascendía sin mérito? ¿Y de aquello que compartías en bajito con otros compañeros acerca de que os pagaban poco? ¿Es que mi jefe no escucha lo que tengo que decirle, me ningunea y menosprecia? Todo esto unido a que alguien debería de hacerle ver que tal compañero tendría que irse a la calle porque ‘no la marca’.

¿Qué estáis haciendo al respecto de cosas cómo estas que sabéis de sobra que piensan los subordinados pero que nunca os van a decir? ¿Ya no os acordáis de lo que pensabais o decíais cuando erais los mandados?

En nuestras organizaciones ha existido mucho el jefe del estilo ‘borrón y cuenta nueva’, aquel que una vez llegado al nivel de jefe sufre de repente un estado de amnesia total de lo que pensaba tan solo unas semanas antes. Cierto es que el liderar exige de competencias y habilidades que antes no debería de ejercitar, pero eso no es obstáculo para que se tengan los pies en la tierra y se sea consciente del camino seguido hasta llegar a donde se ha llegado, ni olvidar lo que se ha hecho, dicho o pensado hasta ese momento.

Hay un refrán español muy bien traído en este caso como es aquel que dice: ‘No pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió’. Muchos de nuestros jefes, una vez llegados a los puestos altos del staff parece como si quisieran soltar todo la represión que llevan dentro de su etapa como subordinados, con lo cual pasan a ser jefes dictadores en vez de ser líderes empáticos. 

Frases a los miembros de su equipo del estilo: ‘cuando yo estaba en tu lugar hacía esto o aquello’, ‘nunca me quejé de lo que me decía mi jefe’,…, pero lo que se olvidan es como se sentían cuando el jefe les mandaba y de como cuchicheaban con los compañeros sin decirle nada a la cara al jefe. Pues eso es exactamente lo que ahora piensan sus subordinados de él y que no se atreven a decirle.

Y como ya dije el otro día en otro post sobre las 10 Cosas que pueden convertir a un jefe en un buen líder, es un acto de reflexión sencillo que ayudará a ser cada día mejor jefe y, sobre todo más líder. ¿Qué trabajo nos cuesta el recordar lo que pensábamos cuando recibíamos órdenes, para no repetir actos que hacía nuestro superior, que ahora puedan hacer sentirse mal a los miembros que dirigimos?

Esta sencilla acción de coaching hace que un jefe vea en un espejo lo que no debe de hacer, pero mucho me da la nariz a mi que no es una práctica muy habitual a tenor de mis experiencias personales y ya voy teniendo añitos. Es más fácil ser tirano que ser líder asertivo, de eso no me cabe duda, y como los humanos somos de por si perezosos, recurrimos a la solución más fácil. Así tenemos la cantidad tan relevante de líderes como tenemos.

Solo espero que esta reflexión interior valga para las nuevas generaciones porque para las que ya estamos no ha valido para nada, y mucho por culpa de ello, estamos hoy como estamos.

José Luis del Campo Villares 

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