Todos los grandes líderes que conozco también eran y son buenos seguidores que han sabido cómo influenciar a su jefe. Y todos tiene tres cosas en común, según un blog reciente de John Hester de la Organización Ken Blanchard:
SE GERENCIAN A SI MISMOS: Tu ejemplo – tu ser y tu hacer – es lo que más ejerce influencia sobre tu jefe. ¿Qué diría tu jefe si alguien le preguntara lo siguiente acerca de ti?:
¿Qué tanto cumples tus compromisos?
¿Cómo está tu puntualidad?
¿Qué tanto apoyas a los compañeros y compañeras de equipo?
¿Qué tanto respondes por lo que te toca hacer?
¿Con qué frecuencia contribuyes con algo que añade valor?
Entre más tu jefe te percibe como un miembro valorado y valioso del equipo, más influencia tendrás sobre él o ella.
CONVERSAN CONSTRUCTIVAMENTE CON SU JEFE: Esto es más que dar o recibir información…es intercambiar ideas y percepciones con el fin de co-crear soluciones. Sea en un one-on-one agendado o algo más informal, puedes y debes buscar sentarte con tu jefe 15-30 minutos cada quince a treinta días para repasar compromisos previos, compartir progresos y éxitos, abordar obstáculos y preocupaciones que tienes, solicitar su apoyo si es necesario y acordar nuevos compromisos de parte y parte.
PIDEN LO QUE NECESITAN: Los jefes no son seres omnipotentes y omniscientes: no pueden adivinar lo que estás pensando, lo que sientes o lo que necesitas. Puedes pedirle cinco minutos para aclarar algo que te dijo o sobre las opciones para lograrlo. También tienes derecho de pedirle la autonomía para liderar un proyecto que quieres y mereces liderar.
La peor diligencia es la que no se hace…incluyendo estas estrategias para influenciar a tu jefe.
Gilbert Brenson Lazan, Socio-Fundador Amauta International, LLC
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